Bruselas niega la acusación y los países responden divididos al conflicto comercial
Bruselas opta por el perfil bajo en el conflicto con Pekín por las placas solares y el vino
La contienda comercial con China por las placas solares ha desatado un coro de voces en la UE que revela la división existente hasta para defender los intereses comerciales. Bruselas optó ayer por el perfil bajo en el conflicto con Pekín; Francia alzó la voz para reclamar una reunión de los 27 Estados sobre este asunto y Alemania hizo lo propio, pero para mostrar sus discrepancias con la Comisión Europea.
Aunque la intención del presidente francés, François Hollande, era pactar una postura común, el jefe del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durão Barroso, respondió molesto que no era necesario un encuentro de ese tipo y que la política comercial europea corresponde a la Comisión. Barroso había mantenido la noche del martes una conversación telefónica con el primer ministro chino, Li Keqiang, sobre esta disputa.
Más allá de dejar clara su autoridad en la materia, Bruselas asegura que la UE no realiza dumping (venta por debajo de coste) en el vino que envía a China, pues lo que subvenciona es la producción, no la exportación. “Si se trata de represalias o no [por la medida contra los paneles solares], tendrán que preguntárselo a las autoridades chinas”, respondió el portavoz de Agricultura.
Venganza o no, lo cierto es que los países más afectados por la medida de Pekín son los sureños, los que más respaldaron a la Comisión en la imposición de aranceles a los paneles chinos. Las ventas de vino europeo a China ascendieron a 763 millones de euros el año pasado, el 8,6% de todas las exportaciones que hace la UE de este producto. El país que más comercia es Francia, con 546 millones de euros, seguido de lejos por España (89 millones) e Italia (77 millones).
Hollande se apresuró a pedir un encuentro específico de los 27 sobre la guerra con China, una idea que rechazó Barroso: “No creo que sea lo apropiado”, aseguró en conferencia de prensa. A su lado, el presidente español, Mariano Rajoy, restó importancia a las discrepancias comunitarias. “Estoy absolutamente convencido de que todo el mundo en Europa nos va a apoyar a nosotros, a los franceses y a los italianos”, recalcó.
La reacción alemana desmintió ese vaticinio. “Alemania siempre ha dicho claramente que el Gobierno da prioridad al diálogo, no a la confrontación”, aseguró el ministro alemán de Economía, Philipp Rösler, que habló de “grave error” de Bruselas. Otras fuentes subrayaron que el principal potencial de crecimiento en las exportaciones europeas está fuera de la UE.
Aunque las transacciones de vino suponen una pequeña parte de los 144.000 millones de euros que la UE vende al año a China, la respuesta de Pekín, por su inmediatez y simbolismo, endurece el conflicto comercial que inició el martes la Comisión Europea al anunciar la aplicación, desde hoy, de aranceles a los paneles solares chinos por hacer competencia desleal a los europeos.