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ROBERTO CARVALHO DE AZEVÊDO / Candidato de Brasil a la dirección de la OMC

“Fijar las reglas fuera de la OMC puede ser un proceso irreversible”

Alicia González
Roberto Carvalho de Azevêdo
Roberto Carvalho de AzevêdoLUKE MACGREGOR (REUTERS)

En apenas tres días, las dudas sobre quién ocupará a partir de septiembre la dirección de la Organización Mundial del Comercio (OMC) quedarán despejadas. Hasta entonces, Roberto Carvalho de Azevêdo (Salvador de Bahía, Brasil, 1957) despliega una actividad extenuante, con reuniones y llamadas desde su oficina de Ginebra hasta bien entrada la noche, como sucede con esta entrevista. Azevêdo exhibe como gran aval su profundo conocimiento de la organización, donde ha ejercido como embajador desde 2008. Pero ya se sabe que la geopolítica de los nombramientos internacionales es compleja y caprichosa y nada está decidido hasta que está decidido.

Pregunta. Ahora que está claro que el próximo director de la OMC será un latinoamericano, dígame por qué un brasileño y no un mexicano [el otro candidato es Herminio Blanco].

Respuesta. No se trata de un brasileño o un mexicano, se trata de Azevêdo o Blanco. Son personas con personalidades distintas, con perfiles distintos, con trayectoria distinta y que tienen un conjunto de habilidades y capacidades distintas entre ellos. Yo vengo básicamente del sistema. Yo he trabajado dentro del sistema multilateral durante una gran parte de mi carrera profesional y desde 1997, como miembro de la misión permanente de Brasil en Ginebra, en todo lo relacionado directamente con las instituciones multilaterales. Por supuesto, también participé en negociaciones bilaterales, pero llevo trabajando con la OMC desde hace 15 años y me parece que eso es lo que necesita la organización en este momento. Una persona que tenga visión de liderazgo, capacidad de hablar con todas las partes en la negociación y que todas las partes confíen en él y, además de eso, que sea capaz de proponer soluciones, caminos, que sean innovadores pero que sean viables.

P. ¿Cree que le perjudica que otro brasileño ocupe un puesto de relevancia en una organización como es la FAO?

R. De ninguna manera. También hay otro mexicano al frente de la OCDE y también es una organización muy importante. No se trata de una competición por ocupar un cargo sino del candidato con el perfil más adecuado y la capacidad de atender las necesidades de la organización en este momento.

P. ¿Cómo hace uno campaña para ser director general de la OMC?

R. Bueno, nos estamos reuniendo con los miembros, explicamos la visión que tenemos de la organización y de su futuro, cómo vemos los problemas, cómo solucionarlos. De una manera general, la visión que tenemos fue muy bien recibida por todos los miembros. No solo entre países con diferentes niveles de desarrollo económico. Estamos contentos porque la base de apoyos es bastante horizontal y amplia.

P. Ante la irrupción de multitud de acuerdos bilaterales, ¿no corre la Ronda de Doha el riesgo de morir en el intento?

"Doha corre riesgo, pero no por los acuerdos regionales o bilaterales"

R. Doha corre el riesgo no de ahora, por el hecho de que la Unión Europea y Estados Unidos hayan abierto negociaciones comerciales. Corre riesgo desde hace tiempo porque no encontramos manera de acortar las diferencias de posiciones entre los miembros, sobre todo los países centrales de la organización. Las negociaciones bilaterales y regionales no provocan ni agravan ese hecho. Es una cuestión de dentro del sistema que tenemos que salvar pronto.

P. Tantos años de falta de acuerdo tendrán varios culpables...

R. No creo que sea el momento de atribuir culpas, es el momento de encontrar soluciones, que tienen que salir de una manera colectiva. Este debe ser el foco de los miembros. No en encontrar culpables o responsables de la parálisis. Lo importante es mantener el foco en el futuro.

P. ¿Qué necesita Doha para avanzar: un empuje político o técnico?

R. Una combinación de las dos cosas. Un impulso político sin negociación técnica no va a resultar y un avance técnico sin voluntad política, tampoco. Así que es necesario trabajar en los dos niveles y yo creo que el acuerdo es posible en ambos.

P. ¿La OMC podría quedar relegada a un papel de mero árbitro comercial?

R. Corre el riesgo, si no llegamos a revitalizar y a redinamizar el pilar de las negociaciones, esto sí sin duda. Si no llegamos a encontrar manera de negociar multilateralmente lo que va a pasar es que el mundo no va a parar y va a encontrar maneras de negociar si es necesario en otros foros, que no serán los foros multilaterales. Y si eso pasa, una vez que se pongan en marcha negociaciones de reglas fuera del sistema multilateral de una manera más institucional, no tópicamente, con una negociación bilateral acá, otra allá, sino de una manera sistemática e institucional, este proceso puede ser irreversible.

"Cualquier retroceso en la apertura comercial es preocupante"

P. ¿La persistencia de la crisis agrava aún hoy la amenaza proteccionista?

R. Yo creo que hubo un retroceso en el proceso de liberalización comercial después de 2008. Afortunadamente no fue tan serio y tan grave como nos temíamos, en buena medida justamente porque la OMC estaba presente para evitar abusos y los miembros tenían siempre el recurso de acudir a la OMC para denunciar medidas proteccionistas inaceptables. De todas maneras es muy grave porque cualquier regresión, cualquier retroceso en el ámbito comercial es un movimiento muy preocupante.

P. ¿Esos retrocesos no amenazan directamente a la OMC como institución del modelo multilateral?

R. Yo creo que frenarlo totalmente no, aunque está en las manos de los miembros. Yo no creo que ese movimiento vaya a ser permanente sino más bien circunstancial y tenemos que trabajar en la OMC para que así sea. Que nosotros todos podamos volver a la buena dirección, de la apertura y de la liberalización comercial.

P. Los últimos datos conocidos de la OMC revelan que el crecimiento del comercio será este año de nuevo inferior al del PIB mundial. ¿Qué está pasando?

R. Es parte de este momento transitorio, me parece, en el que el comercio mundial se está enfriando, en parte por la desaceleración de las economías domésticas, sobre todo de las grandes economías. Normalmente, el comercio acompaña el crecimiento y en el momento en que surgen dudas aparece como un movimiento natural. Pero de nuevo espero y tenemos que trabajar para que sea una tendencia meramente transitoria.

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Sobre la firma

Alicia González
Editorialista de EL PAÍS. Especialista en relaciones internacionales, geopolítica y economía, ha cubierto reuniones del FMI, de la OMC o el Foro de Davos. Ha trabajado en Gaceta de los Negocios, en comunicación del Ministerio de Economía (donde participó en la introducción del euro), Cinco Días, CNN+ y Cuatro.

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