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La recesión se atenúa en el inicio del año por la menor caída del consumo

El PIB se deja un 0,5%, tres décimas menos que al cierre de 2012

Alejandro Bolaños

El primer adelanto de cómo fue la economía en el arranque del año quita la razón al Gobierno. Y se la vuelve a dar. Porque el Banco de España anticipa que el PIB retrocedió un 0,5% respecto al trimestre final de 2012. Es una estimación que arruina el pronóstico que el Ejecutivo de Rajoy mantenía (que el PIB español se dejaría ese 0,5% en todo 2013) hasta hace unas semanas. Es, también, un dato que sí encaja con la nueva predicción oficiosa que airea el ministro de Economía, Luis de Guindos. Tras rectificar, el Gobierno cree ahora que la recesión descontará hasta un 1,5% más al PIB este año.

El nuevo pronóstico del Ejecutivo, que hará oficial este viernes, está en línea con el de expertos y organismos internacionales. También con lo que adelantó ayer el Banco de España: la segunda recesión en cuatro años habría tocado suelo en los últimos meses de 2012 (la tasa trimestral bajó entonces un 0,8%), pero “la economía española prolongó la pauta de contracción de la actividad, si bien a un ritmo más atenuado”. El vaticinio casi unánime es que la recesión seguirá atemperándose a lo largo de este año, para desembocar en un mínimo crecimiento en el paso de 2013 a 2014.

Aun así, el informe trimestral del Banco de España, que sitúa el descenso en el 2% cuando la comparación es anual, está lleno de cautelas, y no solo porque aún debe ser refrendado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la próxima semana. El servicio de estudios del organismo supervisor destaca que el primer trimestre se compara con una de las peores etapas de la crisis, solo equiparable a la Gran Recesión de 2008-2009.

El supervisor avisa de

El frenazo en el deterioro de la demanda interna que, según las cuentas del Banco de España, es muy notable en el caso del consumo privado y las importaciones, tiene mucho que ver con “la reversión de factores de impacto transitorio” en los meses finales de 2012: la supresión de la paga extraordinaria de Navidad de los funcionarios, o el desplome del gasto familiar tras el anticipo de compras para sortear la subida del IVA, en vigor desde el pasado septiembre.

Los expertos del Banco de España prevén un descenso trimestral del consumo privado mucho más ligero (-0,3%) que el registrado en los últimos meses de 2012. Algo similar anticipan para la inversión en bienes de equipo (-0,4% frente al -5,4% del trimestre que cerró el año pasado), no así para la inversión en construcción, que mantendría un ritmo de contracción muy parecido (-2,8%).

A falta de los datos de consumo público de marzo, el Banco de España cree que la demanda interna habría retrocedido un 0,8% en el primer trimestre de este año, mucho menos (-2%) que en el final de 2012. La mejora en la demanda se aprecia también en las importaciones, mucho menos débiles que en el trimestre anterior (cuando la caída rondó el 5%).

Al bajar menos las compras al resto del mundo, también es menor la aportación al crecimiento del sector exterior (apenas tres décimas). Las exportaciones mejoran algo, pero la recuperación es escasa, lastradas aún por el estancamiento de la zona euro. Y tanto en el consumo privado, como en las exportaciones, el Banco de España avisa de que los “indicadores cualitativos” revelan un empeoramiento en marzo.

El Banco de España destaca que el “descenso en las rentas de los hogares, la marcada debilidad del mercado de trabajo, el elevado nivel de endeudamiento de las familias y el mantenimiento de unas condiciones financieras estrictas” seguirán pesando sobre el consumo en los próximos meses. El supervisor vuelve a reseñar que los tipos de interés en préstamos a pymes y al consumo familiar son muy superiores a los de la media del euro.

Con el principal motor de la demanda gripado y los ajustes presupuestarios en marcha, las perspectivas del empleo no son mejores: el supervisor cree que la destrucción de puestos de trabajo apenas se frenó en el primer trimestre (del -4,7% al -4,5% en tasa anual).

El supervisor destaca que la recesión y la reforma laboral prolongan “la moderación de salarios”, pero reclama al Gobierno reformas (en los mercados de servicios y productos) para asegurar que “se traslade en toda su extensión a los precios”.

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