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Sacyr resurge bajo la tormenta

Cambia su estrategia y expectativas mediante la poda de actividades y el saneamiento

Manuel Manrique, presidente de Sacyr
Manuel Manrique, presidente de SacyrCARLOS ROSILLO

Hay que ajustar la navegación a la tormenta para atravesarla sin zozobrar. A esa máxima se entrega Sacyr desde los inicios de la crisis y con mayor intensidad desde el motín que sacó a Luis del Rivero de su presidencia. En los últimos 18 meses, los que lleva como presidente Manuel Manrique, Sacyr ha enderezado el rumbo —su singladura se ciñe ahora al núcleo central del negocio: construcción y concesiones, servicios y proyectos industriales, y actividad patrimonial—, y no ha dejado de soltar lastre —ha vendido activos y ha reducido su deuda en un 57% en los últimos cuatro años hasta situarla en 8.600 millones al cierre de 2012—.

Navega aún con vías de agua (Vallehermoso, ItÍnere o las autopistas radiales de Madrid) y con algunas dudas (presencia en Repsol y cambios accionariales), pero tiene las bodegas ocupadas (su cartera de ingresos futuros asciende a 40.232 millones y en construcción tiene trabajo para 36 meses) y su naufragio se percibe cada vez más improbable.

Al menos eso creen algunos analistas que ven en la deprimida cotización de Sacyr una oportunidad. En el último mes y medio su acción ha concitado, al menos, ocho recomendaciones de compra (Ahorro Corporación, Bankia, Sabadell, Fidentis, NMas1, Alphavalue, Société Générale e Interdin). Y eso que las cuentas del grupo registran pérdidas netas de 977,5 millones de euros en 2012 y de 1.604 millones en 2011.

La revisión que ha hecho Sacyr del valor de sus participaciones, en especial la del 10% que posee en Repsol, y el saneamiento de otros activos (en energía, inmobiliario y concesional) ha tenido un enorme impacto negativo en la cuenta de resultados del pasado ejercicio. Sin las provisiones y los deterioros el resultado neto, habría sido positivo en 90 millones. La cifra de negocio se redujo, por otra parte, en un 5,4% por la caída de la actividad constructora en España y Portugal, compensada solo en parte por la aportación de los negocios de servicios y de sus actividades internacionales.

Navega aún con vías de agua y pérdidas, pero atesora 40.232 millones en cartera

Sacyr, que ha sacado de su marca de grupo a Vallehermoso, ha sufrido una pequeña convulsión en su accionariado de referencia. Hace un mes Juan Abelló, que era vicepresidente y llevaba 11 años en el capital, vendió su participación del 9,6% por 70 millones. El financiero, que aduce que su salida responde a una operación normal de rotación en la cartera de participaciones, contó con el beneplácito y el auxilio de la propia Sacyr. Le puso en contacto con el fondo británico THS que le adquirió finalmente por 45 millones un 5,9% del capital.

Antes han ido desinvirtiendo y saliendo del consejo de administración del grupo, obligadas por la reestructuración de las cajas, varias entidades (Bankia, Unicaja y Marenostrum). No lo ha hecho aún Novagalicia, que tiene un 5,2%, pero lo hará pronto a través de ventas parciales y con ayudada de la propia Sacyr. La dirección del grupo busca elevar su porcentaje de capital flotante del 20% al 50% con la vista puesta en su junta general de accionistas de junio.

En la actualidad, los mayores accionistas de Sacyr son Demetrio Carceller, que tiene un 15,9% del capital (sumando la participación sindicada con Satocán), el expresidente de la compañía José M. Loureda (11,5%), el grupo Fuertes (6,2%), el presidente actual Manuel Manrique (6%), el citado fondo THS y el empresario José Moreno Carretero (5,3%).

Sobre Vallehermoso, que en 2012 vendió 509 viviendas y facturó 190 millones (un 5,7% más que en 2011), en Sacyr se muestran relativamente tranquilos. La promoción ha dejado de ser una actividad central para el grupo y además el grueso de la deuda de Vallehermoso (1.235 millones) vence a partir de 2015.

Hoy, dicen, no hay abierto ningún proceso de refinanciación global de esa deuda. La estrategia, explican, es ir negociando caso por caso, sin prisas, en especial con la Sareb, con el llamado banco malo, que ha asumido casi el 50% de los créditos promotores de Vallehermoso. Dada la depreciación de inmuebles y suelo de las antiguas cajas, exigida por Bruselas y sufragada en parte con dinero público, lo lógico sería compartir esa ayuda en lo que afecta a activos de Vallehermoso, señalan en Sacyr. No es lógico, dicen, que tengamos que devolver a la Sareb el 100% de los créditos devaluados de Bankia. Se trata de adecuar los créditos al precio de los activos y de buscar fórmulas de dación o de promoción compartida en ciertos activos con la Sareb y con otras entidades.

En Testa, la filial del negocio patrimonial de Sacyr, que en 2012 facturó 251,6 millones y tuvo un beneficio neto de 60,6 millones, la idea de la matriz es intensificar la rotación de activos y desinvertir, no por falta de rentabilidad en sus alquileres sino para facilitar la gestión, en dos edificios situados en París y Miami que en conjunto pueden aportarle 600 millones. La venta del edificio de Miami es inminente, dicen en Sacyr.

En lo que va de 2013 ha ganado contratos en Escocia, Bolivia, India y Mozambique

La participación de Sacyr en Repsol se devaluó con fuerza tras la expropiación hace un año de su filial argentina YPF, pero los buenos resultados de la petrolera en 2012 le han permitido recuperar en parte esas pérdidas. Manrique dijo hace unos meses que “lo razonable es vender una parte” de la participación en Repsol, “cuando compense el precio de compra”. En el último plan de acción del grupo Sacyr figura Repsol, sin embargo, como una inversión estable, que es fuente de sinergias y proporciona un gran apoyo a Sacyr Industrial.

Las obras de ampliación del Canal de Panamá, adjudicadas en 2009 al consorcio GUPC, que lidera Sacyr, por 3.200 millones de dólares, avanzan a “velocidad de crucero” y a plena satisfacción de la entidad contratante, según la constructora. Aunque con algún retraso: estaba prevista su conclusión para agosto de 2014 y lo va a hacer a finales de ese año en su vertiente atlántica y en abril de 2015 en su vertiente del Pacífico. La razón principal del retraso han sido problemas surgidos en torno a la calidad del hormigón y a las capas basálticas que inicialmente se les exigieron en el concurso de adjudicación.

Hay diversas demandas interpuestas por adjudicatarios y adjudicador en una institución arbitral, que son independientes y pueden diferir en sus fallos, pero que en conjunto ponen en solfa unos 500 millones de dólares.

Sacyr Concesiones, por su parte, registró en 2012 una caída en la cifra de negocios (pasó de 444 millones en 2011 a 267,2 millones) debido a los menores ingresos registrados por construcción (106,6 millones); pero aumentó sus ingresos concesionales un 13,8% hasta 160,6 millones por la entrada en explotación de una autopista en Chile y un hospital en Portugal. Las dificultades que tiene Sacyr en esta área se centran sobre todo en la imposibilidad de llevar adelante por las condiciones del mercado la venta de su participación del 15,45% en la concesionaria Itínere y la delicada situación de su inversión en las autopistas radiales de Madrid.

La facturación del grupo Sacyr en su conjunto en el exterior representaba ya, a final de 2012, el 41,1% del total y superaba el 52% en su actividad de construcción. La cifra de negocios fuera de la península Ibérica creció un 24%.

La internacionalización es clave en los nuevos planes de Sacyr. En los tres primeros meses de 2013 ha sido designada para participar en la construcción de 40 subestaciones eléctricas en Escocia; se ha hecho con tres contratos de la boliviana YPF (75 millones de euros); en Mozambique ha ganado dos contratos ferroviarios (177 millones de euros), y acaba de desembarcar en India con un contrato para construir una carretera (33 millones de euros).

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