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Pescanova agotará su liquidez en una semana si no vende activos

La firma dependía de financiación de la banca, que ha cerrado el grifo Los acreedores están pendientes de que la firma presente sus cuentas a la CNMV

Cristina Delgado
Sede central de Pescanova en Chapela, Pontevedra.
Sede central de Pescanova en Chapela, Pontevedra. Salvador Sas (EFE)

Una empresa con negocios en 25 países y más de 10.000 empleados en todo el mundo necesita mucho combustible para mantener su actividad en marcha. Para Pescanova, ese combustible, en forma de financiación que llegaba de la banca, se ha terminado. Según fuentes financieras, la propia empresa reconoció hace unas semanas que sin la ayuda de las entidades tenía caja solo para afrontar los pagos hasta el próximo 15 de abril. Es decir, que en una semana, no podrá afrontar todos sus compromisos, sobre todo, compras a proveedores, a no ser que logre hacer caja con la venta de algún activo.

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La compañía, unos días antes de decidir que acudiría al concurso de acreedores, se reunió con las entidades a las que adeuda cientos de millones para pedirles que le mantuviera abiertas las líneas de crédito, porque de no hacerlo, la compañía quedaría ahogada. Las entidades accedieron a mantener el circulante, aunque exigieron conocer de cerca la situación económica real de la empresa. Sin embargo, con la llegada del proceso concursal todo ha cambiado: las entidades, que se enfrentan a perder ya buena parte de lo prestado y que deben provisionar inmediatamente el 25% de pasivo, no van a seguir facilitando dinero a Pescanova para los gastos del día a día. La empresa precisaba, según señalaron fuentes cercanas antes de anunciar el concurso, entre 50 y 60 millones para seguir funcionando hasta mediados de abril. Otras fuentes cercanas a la compañía explicaron que Pescanova había asegurado que necesitaba hasta el final del preconcurso, es decir, hasta julio, hasta 100 millones. Y ese dinero no llegará.

La firma quería créditos de hasta 100 millones antes del concurso

La entrada en el concurso le permite a la compañía algunas ventajas frente a sus acreedores, como evitar las ejecuciones o paralizar el cese del devengo de intereses. Sin embargo, será difícil que ningún proveedor le fie el género. “Cuando una empresa está en preconcurso, la idea es lograr en un tiempo muy reducido poner orden y evitar que frene su actividad y los acreedores colaboran. Ahora la cosa cambia: el proceso va para largo. Los bancos siguen sin saber los números rojos y ya asumen que van a perder parte de lo que pusieron en la compañía”, explicaron fuentes financieras.

La solución para la empresa sería darle salida a algunos de sus activos. Las negociaciones más avanzadas parecen las de la venta de sus instalaciones de acuicultura de salmón en Chile, por las que, según varios medios del país latinoamericano, se han interesado la canadiense Cooke Aquaculture y la noruega Marine Harvest. Pescanova no quiso explicar en qué punto están las ventas, y señaló que trabajan en ello. Tampoco quiso confirmar el estado de su caja. En un comunicado reiteró su intención de presentar los documentos de solicitud del concurso de acreedores en diez días en los juzgados de Pontevedra.

Dos empresas están interesadas en su negocio de Chile, según prensa de allí

De momento, explicaron fuentes cercanas a la compañía, las empresas del grupo han abonado todas las nóminas a sus trabajadores. Según su informe financiero de septiembre de 2012, el último que entregaron a la CNMV, la deuda del grupo (la reconocida oficialmente) era de 1.522 millones. Dentro de esta partida, adeudaban a los proveedores 459 millones.

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Sobre la firma

Cristina Delgado
Es subdirectora y se encarga de la edición digital de EL PAÍS. Antes fue redactora jefa de Economía, sección en la que se incorporó al periódico, en 2008. Licenciada en Periodismo y en Comunicación Audiovisual, ha realizado el máster UAM-ELPAIS y posgrados de información económica y gestión.

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