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Rusia considera el rescate injusto y lo califica de saqueo

El Kremlin critica el acuerdo pero anuncia que renegociará con Chipre el crédito de 2011

Pilar Bonet

Moscú espera que las medidas para evitar la quiebra de Chipre no afecten a sus legítimos intereses financieros en la isla, a saber el Russian Commercial Bank (RCB), la filial local del grupo VTB, controlado por el Estado ruso. En ese sentido se han expresado hoy lunes dos miembros del Gobierno. El primero, el viceprimer ministro Igor Shuválov, que trató sobre el tema con el jefe del gabinete, Dmitri Medvédev. El segundo, el ministro de Finanzas, Antón Siluánov, desde Durban, en Sudáfrica, donde asistirá el martes a la cumbre de jefes de Estado de los BRICS, el club de países emergentes formado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.

Medvédev fue claro sobre los últimos planes para salvar a Chipre: “Me parece que allí (en Chipre) siguen robando lo robado. Por eso, hay que entender en qué ira a parar esta historia finalmente”. Por su parte, el presidente Vladímir Putin, ordenó al Gobierno y al ministerio de Finanzas que reestructuren el crédito de 2.500 millones de euros que Moscú concedió a Chipre en 2011. Las condiciones ofrecidas por Rusia (cinco años de prórroga y rebaja de intereses del 4,5% al 2,5%), sobre las que Siluánov trató con su colega chipriota la semana pasada, equivalen a una condonación del 10% de aquella deuda, señaló el ministro.

Siguen robando lo robado Dimitri Medvedev, pimer ministro ruso

Shuválov consideró que sería “injusto” que las medidas para salvar a Chipre afecten al RCB, ya que se trata de un banco “sano”, “tal vez el más sano” de la isla, que no debe medirse con el mismo rasero que los bancos de alto riesgo. El grupo VTB (donde el Gobierno ruso tiene el 75,5%) tiene oficinas en más de 20 países, desde los postsoviéticos a los europeos pasando por algunos africanos, y es el primero de Rusia por su red de filiales internacionales, según la página de web de la entidad.

“Pese a todas las garantías que recibimos de parte de la Comisión Europea, tememos que esto (las medidas para gravar los depósitos superiores a 100.000 euros) pueda afectar a la estabilidad del euro y de la zona euro y que produzca crecientes oleadas que empeorarán la situación en general”, dijo Shuválov. El alto funcionario responsabilizó a la UE de haber “asustado a todos los inversores” con su primera propuesta (descuentos sobre todos los depósitos, rechazada por el parlamento chipriota) de carácter confiscatorio.

Shuválov diferenció entre la crisis financiera rusa de 1998 y la situación de hoy en Chipre. En 1998, el rublo se devaluó y los ahorradores se arruinaron, mientras que ahora los chipriotas proponen “confiscar de forma selectiva los depósitos, alegando que muchos no pagan impuestos”. “No vemos nada justo en ello”, sentenció.

Shuválov dijo no tener una estimación exacta sobre las pérdidas de los inversores rusos en Chipre ni sobre la cuantía del dinero ruso en los dos bancos problemáticos de la isla, el Bank of Cyprus y el Cyprus Popular Bank (Laiki). En los capitales rusos en Chipre hay que distinguir, según dijo, una parte mayoritaria que está en la isla de forma totalmente legal, y una parte mínima, procedente de la evasión de impuestos en Rusia. “En el momento actual no tenemos una relación exacta de las pérdidas posibles para los inversores rusos. Solo sabemos quienes son los titulares de las cuentas en el RCB, confirmamos que en ese banco no hay dinero sucio y que se trata de una institución totalmente sana con esquemas legales y abiertos”, explicó.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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