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Bruselas exigirá a Hollande más ajustes contra el déficit y reformas estructurales

Las previsiones de la Comisión anuncian que la segunda economía crecerá un 0,1% este año El país sobrepasará su objetivo de consolidación con un desfase fiscal del 3,6% del PIB

El presidente francés, François Hollande.
El presidente francés, François Hollande.THIERRY ZOCCOLAN (AFP)

Bruselas será indulgente con François Hollande y de momento no sancionará a París por incumplir su previsión de déficit este año. Las previsiones de la Comisión Europea, que se presentan mañana pero han sido adelantadas por la prensa gala, vislumbran para Francia un crecimiento cercano a cero y un déficit público al menos seis décimas mayor del comprometido (3,6%). El entorno del vicepresidente finlandés Olli Rehn matiza que París no será sancionada “todavía”, aunque exigirá al Gobierno socialista “reformas suplementarias para reducir el gasto público y hacerlo más eficaz”, según han señalado fuentes comunitarias.

La noticia adelantada por la web del semanario Le Point, que accedió el documento de previsiones comunitarias para Francia con 48 horas de adelanto, señala que el Elíseo puede esperar malas noticias el viernes, pero no las peores posibles. Las perspectivas financieras son malas, mucho peores que las que maneja el Gobierno de Jean-Marc Ayrault, pero el incumplimiento del déficit, que superará en seis décimas el 3% comprometido, entra dentro de una horquilla tolerable en el clima recesivo que recorre Europa.

La filosofía de Rehn es que, en plena recesión, no se debe añadir austeridad si no es estrictamente indispensable. Francia acabó 2011 con un déficit público equivalente al 5,2% del PIB y, tras crecer un 0,1% intertrimestral en el tercer trimestre de 2012, volvió al terreno de las tasas negativas en los últimos meses del pasado año con una contracción del 0,3%.

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París, en todo caso, no será multado de momento porque la Comisión interpreta que está en “el buen camino” y ha emprendido reformas estructurales —en el campo laboral y de la competitividad— “que hace falta respaldar y sobre todo no frenar”, dicen fuentes europeas.

Pero los vigilantes financieros, eso sí, harán “recomendaciones” al Gobierno de Hollande, enemigo número uno de la austeridad sin fin, defensor de un “rigor de izquierdas” y hoy al frente de un Estado que es todavía el campeón del gasto público europeo con un 56% del PIB.

Esas recomendaciones, según teme París, se referirán con mucha probabilidad a las pensiones, las colectividades locales y la seguridad social, y equivaldrán a una seria advertencia de que Francia continúa bajo estricta vigilancia. El segundo problema para Hollande es que la Comisión no decide sola, y aunque su intención sea esperar a mayo para decidir si se multa o no a Francia, los países más duros, Alemania, Holanda y Dinamarca (conocidos como la policía de la policía), pueden presionar a Rehn para que vaya más lejos.

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