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El paro ahonda las heridas sociales

El número de desempleados roza los seis millones a finales de 2012 La tasa de paro llega a los 26,02% La población activa cae en 176.300 personas en tres meses

Fuente: INE
Fuente: INEEl País

La gangrena del mercado laboral español se agrava día a día. Tras cinco años y medio de deterioro, la destrucción de empleo y el aumento de paro son la prueba más evidente, lo que se aprecia a simple vista. En 2012 han desaparecido 850.500 puestos de trabajo; el empleo se ha hundido al nivel de hace una década; al año se cerró con 5.965.400 parados y la tasa de desempleo se encaramó al 26,02%, datos sin parangón en las series estadísticas, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Pero la larga duración y la profundidad de la debable ponen de relive otras cifras que muestran la gravedad de la situación: caída significativa de la población activa, emigración entre jóvenes y extranjeros o aumento del paro de larga y muy larga duración.

Ayer era un día esperado por el Gobierno. El discurso de Mariano Rajoy al final del año pasado, especialmente lúgubre, tenía una explicación: sabían que llegaría esta EPA rozando los seis millones de parados. Desde entonces, el Ejecutivo venía preparándose. En Moncloa buscaban algo con lo que frenar la EPA de enero, una bomba en la línea de flotación de Rajoy, que prometió que con él bajaría el paro y que hizo una durísima reforma laboral que de momento lejos de ayudar a la creación de empleo ni siquiera ha impedido que se siga destruyendo.

Más bien al contrario, el año pasado la caída del empleo entró en su fase más dañina, más incluso que durante la Gran Recesión. Basta una comparación: en 2009 el número de puestos de trabajo destruidos por cada punto que caía el producto interior bruto quedó lejos de superar en ningún trimestre el medio millón; este año ha ido más allá de los 600.000.

En 2012 la caída del empleo entró en su fase más dañina, más incluso que durante la Gran Recesión

Hay otro elemento que agrava socialmente lo que sucede durante esta recesión en el mercado laboral español cuando se compara con la que comenzó hace más de cuatro años. Entonces el punto de partida eran 2,5 millones de parados y un desempleo del 10,5%; esta vez en la casilla de salida se situaban 5,2 millones de parados y una tasa de casi el 23%.

Cuando las crisis se prolongan —y esta lleva camino de cumplir seis años en julio— cae el empleo, cunde el desánimo y se nota en la llamada población activa, la gente que está en edad y disposición de trabajar, y que lo busca si no lo consigue. Hace una semana la mayoría de previsiones apuntaban que España superaría por poco los seis millones de parados al acabar 2012. Se apoyaban básicamente en la caída de afiliación a la Seguridad Social, aunque asumían la cautela habitual: “Dependerá de la población activa”.

La cautela se ha cumplido. Algo apuntaba el dato de paro registrado de diciembre, la caída de desempleados no tenía ninguna correspondencia con la afiliación. Un dato y otro no tienen por qué tener una evolución paralela, aunque esta vez la discordancia era excesiva. Faltaba la confimación del INE que llegó ayer. La población activa bajó en 176.300 personas entre octubre y diciembre, la mayor caída en un trimestre de la última década. Quedó en 22,922 millones.

Hay otros datos que muestran la extenuación social y laboral a la que está llegando la sociedad española. Varios apuntalan y explican la caída de la población activa. Por ejemplo, el aumento de jubilados y prejubilados (17.400 en el cuarto trimestre), gente que en los últimos años de su vida laboral ante la escasas posibilidades de encontrar un empleo optan por el retiro, o el regreso de muchos estudiantes a las aulas tras el final de verano (más de 200.000). Pero hay datos mucho más significativos y novedosos que afectan sobre todo a los colectivos que más sufren el hundimiento laboral: los jóvenes (55% de paro) y los inmigrantes (36,5%).

La población activa bajó en 176.300 personas entre octubre y diciembre, la mayor caída de la última década. Quedó en 22,922 millones

La encuesta de población activa del cuarto trimestre de 2012 ha mostrado que España pierde población entre estos dos colectivos. En tres meses salieron a otros países 125.500 personas entre 20 y 35 años —unos a buscar trabajo, otros a seguir formándose ante la falta de alternativas laborales. En el mismo periodo, 87.000 extranjeros, probablemente inmigrantes sin empleo, ha vuelto a migrar. De estos dos datos, hay que tener en cuenta una salvedad: no pueden sumarse ya que hay casos que pueden solaparse.

Pero entre los parados son una abrumadura mayoría quienes no pueden buscar salidas en el extranjero y no encuentran empleo. Muchos de ellos son parados de larga duración, 3,5 millones. Este dato tiene una doble consecuencia negativa. Por un lado, cuanto más tiempo pasa un desempleado sin trabajo, más difícil tiene salir de esta situación. Por otro, conforme pasan los meses consume su derecho de prestación y subsidio contra el paro y corre un riesgo mayor de perder esta protección. De hecho, en este momento 1,9 millones de los parados que integran este colectivo lleva más de dos años en esta situación, por lo que están entre los que ya no tienen derecho a percibir una prestación contributiva (la parte del seguro de desempleo más cuantiosa), un colectivo que incluye a muchos otros parados.

Esta letanía de datos —y secuelas socioeconómicas— acabaron ayer por imponerse a las dudas que tenía el Gobierno para prorrogar el plan Prepara por el coste que tiene. Rajoy anunció ayer en Lima que hoy el Consejo de Ministros lo volverá a prorrogar. No se quedó aquí, afirmó que la ayuda mensual de 400 euros a los parados a los que se les acaba la prestación se renovará automáticamente, como reclamaba en los últimos días el PSOE, mientras el paro supere el 20%. Y tampoco se cambiarán las condiciones para limitar el acceso, como pasó en la última renovación de agosto, según fuentes del Gobierno. “Creo que 2013 será mejor que 2012, pero los datos de la EPA no son buenos. Vamos a seguir esforzándonos para darle la vuelta a esta situación. El momento es duro, pero creo que es el más duro de todos”, señaló Rajoy, que anunció que el Gobierno también aprobará hoy otras reformas, como la ley de Unidad de Mercado.

“Creo que 2013 será mejor que 2012, pero los datos de la EPA no son buenos", admitió Rajoy

No acaban las heridas socioeconómicas de los cinco años y medio de bajada laboral. Hay otras: el trimestre pasado aumentó en 14.800 los trabajadores independientes o empresarios sin autónomos. A primera vista, esto puede parecer una buena noticia, pero la verdad es que esta suele ser la alternativa de quien no tiene más salida que buscarse la vida por su cuenta por la necesidad y la falta de empleo, ya que tampoco tienen la obligación de darse de alta como autónomos en la Seguridad Social si sus ingresos mensuales no superan el salario mínimo interprofesional (752,85 euros al mes contando pagas extras).

Cierra este triste capítulo el aumento de hogares en los que ningún miembro activo tiene empleo, 95.800 más, hasta los 1,8 millones, por primera vez más del 10% del total.

“Es imprescindible aumentar los niveles de protección social especialmente para las personas en situación de desempleo que carecen de cualquier tipo de cobertura económica”, declaró ayer el secretario general de CC OO, atendiendo a estas heridas. En la misma línea apuntó Cándido Méndez, líder de UGT, tras criticar con dureza la reforma laboral: “La reforma laboral no ha hecho más que agravar el problema. Es una máquina de destruir empleo”. En la dirección opuesta se movió Juan Rosell, presidente de CEOE. “Es preciso seguir apostando por medidas de flexibilidad laboral para que se pueda volver a generar empleo lo antes posible cuando se inicie la recuperación”.

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