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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

¿España en el Olimpo de los inversores?

Por sorprendente que pueda parecer para los buscadores de sensaciones fuertes y noticias esperpénticas, España sigue siendo (muy) atractiva para los inversores extranjeros. Aquí una noticia de impacto: en 2011, en plena crisis ibérica, las empresas españolas son las que más inversión han recibido por parte de los fondos soberanos, por delante de cualquier otro país de Europa. España SA se coloca así por delante de Francia, Reino Unido o Alemania, tal y como lo resaltamos en un informe que acabamos de publicar con ESADE. Empecemos a destruir los mitos sobre España: un país donde nadie quiere invertir.

Todo lo contrario. De manera general, los últimos datos de inversión extranjera directa confirman el atractivo de España SA. En plena crisis, colapso de la Bolsa y del PIB, los inversores extranjeros están apostando por el país. En Europa, España es, de hecho, el cuarto país del continente que más ha recibido proyectos de inversión extranjera directa (IED) a lo largo del año 2011, según la consultora Ernst & Young. Con un total de 273 proyectos de IED, se coloca justo por detrás de Reino Unido, Alemania y Francia, y muy delante de Holanda, Rusia, Polonia, Irlanda o Suiza. Más destacable todavía: en 2011, España ha sido el país que mayor crecimiento ha registrado en términos de proyectos de IED: 62% con respecto al año anterior, un crecimiento que la coloca por delante de cualquier país del continente (en Reino Unido o Francia se registran caídas interanuales).

La UNCTAD también apunta que en 2011 la Unión Europea fue la región que más volumen de inversión exterior recibió, con un 27,5% del total mundial, por delante de Asia (22,8%), América Latina (14%) y Estados Unidos (14%). España recibió una inversión neta de 25.000 millones de dólares ese año, lo que supone un incremento del 2% respecto a 2010, situándose como la decimoquinta economía del mundo que más IED ha recibido. Los datos españoles, del Registro de Inversiones Exteriores del Ministerio de Economía y Competitividad, también ratifican esta tendencia, aunque más pronunciada: España recibió a lo largo del año 2011 un total de 28.400 millones de euros de inversión extranjera directa en participaciones de capital, lo que supone un 18,4% más que en 2010.

Por sorprendente que pueda parecer, España sigue siendo atractiva para el inversor extranjero

Más sorprendente todavía: en plena crisis europea, el Viejo Continente (y España en particular) es el que más inversión ha recibido por parte de los fondos soberanos, en particular los de los países emergentes, árabes y asiáticos. De hecho, una de las mayores operaciones de IED en el mundo en 2011, realizada por un fondo soberano, se ha hecho en España: la compra de CEPSA por el fondo emiratí IPIC (International Petroleum Investment Company) por cerca de 5.000 millones de dólares.

En 2011 Europa se colocó por delante de Asia como región receptora de inversiones por parte de estos fondos, captando un 42% de los 81.000 millones de dólares invertidos por ellos en el mundo (frente al 39% de Asia). En Europa, el país que más capital ha recibido ha sido… España, con casi 8.500 millones de dólares de inversiones, por delante de Francia (3.700 millones), Reino Unido (2.800 millones) y Alemania (700 millones). Las operaciones, en particular de Qatar Holdings, el fondo soberano catarí, en Iberdrola y Santander, conjuntamente con la toma de control de CEPSA por parte del fondo emiratí IPIC, propulsaron estas cifras a un récord histórico.

En 2012, los fondos soberanos siguieron atentos a las oportunidades en Europa. Algunas incluso se plasmaron de la mano de multinacionales españolas. Así, Abertis ha vendido un 7% de Eutelsat, la empresa de satélites participada por el fondo soberano francés Fonds Stratégique d’Investissement (FSI) al fondo soberano chino CIC por algo más de 385 millones de euros. Eutelsat posee, por su parte, el 27,7% de la española Hispasat (y está presente en su Consejo de Administración), con lo cual indirectamente CIC tiene ahora una ventana abierta sobre la española. A finales de 2011 los activos de CIC ascendían a 482.000 millones de dólares. CIC empezó a sondear oportunidades de compra en España, con el punto de mira puesto en empresas como Repsol, Red Eléctrica, Enagás o el Canal de Isabel II.

En agosto de 2012, Qatar Holding, invirtió en el gestor de aeropuertos británico BAA, filial de la española Ferrovial, tomando una participación del 10% (por más de 600 millones de euros) y convirtiéndose así en un socio estratégico de la multinacional española. Poco después, en octubre de este año, una filial del fondo chino CIC también tomaba otra participación en el holding de aeropuertos británicos (casi un 6% por cerca de 320 millones de euros). En total la filial de CIC, Satable Investment, tendrá una participación del 10% (también compró a otros inversores) de Heathrow Airport Holdings, del cual la española Ferrovial sigue siendo el mayor accionista con más de 33%.

Los fondos soberanos constituyen fuentes de financiación de largo plazo por cuidar. De cara al futuro, algunos, como el de Singapur Temasek, ya han apuntado que quieren hacer operaciones de calado en Europa (por más de 1.000 millones de dólares). Ello puede constituir una oportunidad para España, sobre todo cuando uno tiene en cuenta que estos fondos buscan también exposición en América Latina (donde Temasek, por ejemplo, abrió oficinas y donde las empresas españolas tienen particular presencia).

Atraer a los fondos soberanos sería una manera de consolidarnos en el mapa internacional

Pero más allá de la dimensión financiera, España haría bien en prestar más atención a los fondos soberanos que se están estructurando en América Latina. Estos se están multiplicando, como hemos apuntado en el informe anual publicado por ESADEgeo con el apoyo de Invest in Spain (ICEX) y KPMG (Informe sobre fondos soberanos. Javier Santiso, editor. ESADE, ICEX, KPMG, Madrid, 2012). A lo largo de los últimos años, Chile, Trinidad y Tobago, Brasil y Colombia se dotaron de fondos soberanos. Panamá y Perú lo están también haciendo. En total, media docena de países de la región ya tienen instituciones de este tipo. Por ahora, salvo el fondo chileno, no invierten fuera de sus fronteras, pero lo harán, y en todo caso se irán sofisticando a lo largo de esta década, como han venido haciéndolo sus homólogos asiáticos y árabes en el pasado. Haríamos bien en cuidar estas relaciones de cara al futuro. Lo mismo deberíamos hacer con los fondos soberanos que emergen de África, otra docena de gigantes en formación.

A corto plazo, España podría aprovechar también su ubicación europea y vinculación latinoamericana para que fondos radiquen su sede en el país. CIC, por ejemplo, abrió recientemente oficinas internacionales en Hong Kong y, sobre todo, en América del Norte. No lo ha hecho en este caso en Nueva York, lo que hubiera sido natural, sino en Toronto, por la proximidad a las materias primas y quizás también por evitar precisamente presencia en el suelo estadounidense. En Europa su ubicación natural sería Londres (donde están muchas de las sedes europeas de los fondos soberanos asiáticos y árabes). ¿Pero por qué no imaginar que se elija Madrid en vez de Londres, al igual que se ha elegido Toronto en vez de Nueva York? Igualmente, ¿por qué no imaginar que fondos árabes como IPIC (que tienen en España uno de sus mayores activos internacionales) ubiquen su sede en el país?

Qatar Holding, que tiene en Iberdrola, Ferrovial y Santander algunas de sus mayores inversiones internacionales, está actualmente buscando abrir oficinas internacionales. Una de ellas sería en China, para potenciar su presencia en Asia. ¿Por qué no imaginar que haga lo mismo en Europa y elija Madrid en vez de Londres? ¿O lo haga también una de sus filiales, Qatar Diar, en el sector inmobiliario, que en 2011 ya compró una marina en Tarragona? Aabar Investments, otro fondo árabe que en su día ha invertido en el Santander, tampoco tiene oficinas en Europa o América latina, dos regiones en las cuales tiene gran interés. Lo mismo pasa con Mubadala, otro fondo emiratí (este último con acuerdos ya firmados con empresas españolas, uno con Indra y otro Sener), con fuertes intereses en Europa y en América Latina, que tampoco tiene oficinas en ambas regiones. ¿Por qué no imaginar fomentar que ambos abran en España para supervisar ambas regiones, Europa y América Latina?

España tiene que reinventarse. La crisis pasará, y el sol y la luz seguirán brillando sobre nuestras cabezas. Pero tendremos que echarle razón y corazón para salir bien parados de esta. Para ello tendremos que resetear nuestros mapas mentales. Y actuar con valor y valores para salir bien parados de ella. Atraer inversiones y centros de decisión de fondos soberanos podría ser una manera (audaz) de colocarnos todavía más en el mapa internacional.

Javier Santiso es profesor de economía de ESADE Business School

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