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Brókers de capa caída

El desplome de la negociación bursátil pone contra las cuerdas a los intermediarios

David Fernández
La sede de la Bolsa de Madrid.
La sede de la Bolsa de Madrid.ULY MARTÍN

Las manos que mecen las Bolsas, es decir, las sociedades y agencias de valores, atraviesan su particular vía crucis. Su crisis es severa. Y puede ir a más debido a algunas medidas legislativas de reciente aprobación. Los intermediarios bursátiles tienen su principal negocio en las comisiones que cobran a sus clientes (inversores particulares, fondos de inversión, fondos de pensiones, aseguradoras, hedge funds, sicavs...) por la ejecución de sus órdenes de compra y venta de valores. La incertidumbre sobre la situación económica de España tiene como consecuencia un fuerte descenso desde hace varios años en el volumen de contratación del mercado local. Esto se traduce en una importante merma de ingresos para los miembros del parqué.

Las cuentas de las empresas de servicios de inversión en 2012 muestran este deterioro. Y llueve sobre mojado porque llevan varios ejercicios en retroceso. En concreto, hasta el pasado mes de agosto —últimos datos disponibles en la CNMV— las compañías de esta industria han visto cómo sus comisiones netas caían un 38%, el resultado de explotación era un 37,4% inferior al registrado en el mismo periodo del año anterior, y los beneficios se desplomaban un 38%. Las sociedades de Bolsa han sufrido una bajada mayor que las agencias de Bolsa en los ingresos por comisiones, pero su mayor tamaño y su mayor capacidad (pueden operar por cuenta propia) les permiten contener mejor la hemorragia en su resultado neto que las segundas.

“Creo que hay varios factores que contribuyen a la caída del volumen de negociación”, dice Juan Carlos Ureta, presidente de Renta 4. “En primer lugar, estamos asistiendo a un descenso de la tasa de ahorro y de la riqueza financiera. Cada vez más familias tienen que recurrir a sus ahorros para el día a día. Tampoco ayuda a la actividad de renta variable que los inversores están apostando por productos más conservadores que las acciones. Asimismo, los clientes, sobre todo los grandes patrimonios, empiezan a diversificar sus carteras”, añade Ureta.

El veto a los cortos, la tasa Tobin y los impuestos meten más presión

Al cierre del primer semestre, 12 sociedades de Bolsa cerraron el periodo con pérdidas antes de impuestos, es decir, el 27% del total de sociedades registradas en la CNMV. En el caso de las agencias de valores, 22 tuvieron números rojos en este periodo, el 48% del total.

El presidente de Renta 4 explica que sociedades de mayor tamaño como la suya tienen una capacidad de resistencia superior a la que tienen intermediarios más pequeños. “Disponemos de una variedad de productos y servicios mayor. Por ejemplo, el 60% de nuestras comisiones se generan en mercados no españoles”. A pesar de este panorama, Ureta es optimista. “El sector es bastante dinámico y ha sabido adaptarse a las sucesivas crisis y desafíos como fue la revolución tecnológica”.

A la caída natural en el volumen de negociación por los efectos de la crisis, el sector debe hacer frente a varios factores añadidos que meten aún más presión sobre la contratación bursátil. Uno de ellos es la decisión de la CNMV de prohibir las apuestas bajistas sobre las acciones de compañías españolas. El veto entró en vigor el pasado 23 de julio y tenía una vigencia de tres meses, pero el supervisor comunitario (ESMA) ha dado permiso para extenderlo otros tres meses más. La operativa bajista, utilizada fundamentalmente por los hedge funds, tiene unos efectos negativos en el precio de los valores, pero supone un soplo de liquidez del que ahora no disponen los intermediarios. Además, la futura implantación de la llamada Tasa Tobin sobre las transacciones financieras en varios países de la Unión Europea, incluida España, y la subida de los impuestos a las plusvalías en Bolsa a corto plazo, suponen más palos en las ruedas en el negocio de los brókers.

Se barruntan bodas

Las crisis son momentos para reestructuraciones y en el sector de la intermediación bursátil ya ha comenzado el baile de operaciones. Y se espera que el proceso de consolidación se acelere en los próximos meses. Uno de los movimientos ha sido la entrada de Riva y García en el Banco Alcalá. Además, Banca March ha comprado una participación de Consulnor y Banco de Valencia ha vendido Nordkapp a Banco Madrid.

“Los movimientos de concentración tendrían mucho sentido por varias razones: por la necesidad de tener estructuras más eficientes en un sector con facturaciones decrecientes; por los efectos de la tendencia general de la normativa comunitaria de tener miembros de mercado con mayor capacidad financiera y por la previsible desbancarización que deberá acometerse en la prestación de servicios de inversión”, reflexiona Victoriano López-Pinto, director general de ACF.

“Gracias a que las estructuras en el sector no son pesadas se ha venido aguantando. Sin embargo, cada vez cuesta más, sobre todo este año que el descenso del negocio está siendo acusado. A medio plazo, la industria de la intermediación bursátil está abocada a un proceso de concentración en paralelo al que están realizando las entidades financieras”, augura Agustín Garmendia, director general de Norbolsa.

“Con todo, el problema principal sigue siendo que la marca España está aún fuera de las matrices de los inversores internacionales. Estos, que han representado una parte muy relevante del volumen total, no discriminan entre valores buenos y malos, sino que directamente no invierte en el mercado español. Para salir de esta situación la palabra clave es confianza. El volumen solo volverá si los mercados leen positivamente las reformas económicas que se están haciendo. En este sentido, tenemos una doble convicción: vamos por el buen camino, pero llevará algún tiempo”, señala Victoriano López-Pinto, director general de ACF, la sociedad de valores de Ahorro Corporación.

Los intermediarios calculan que las órdenes bursátiles de los pequeños inversores españoles han caído cerca de un 80% con respecto a 2007. “Los volúmenes se han reducido mucho por la incertidumbre política y económica que hay en España. El mercado está a la expectativa. Los inversores necesitan saber, por ejemplo, qué va a pasar con el rescate”, explica Rufino Gallego, director general de Link Securities.

En este contexto, donde también está seco el mercado primario de salidas a Bolsa, los intermediarios intentan buscar alternativas para mantener su negocio. “La situación es delicada. Nosotros tratamos de compensar la caída de contratación con operaciones especiales como el aseguramiento de colocaciones de deuda pública del Gobierno vasco, ejecución de ofertas de scrip-dividend o contratos para ser cuidadores de un valor”, señala Agustín Garmendia, director general de Norbolsa.

“Las perspectivas no son nada halagüeñas. No creo un cambio de tendencia a corto plazo en los volúmenes. La menor liquidez del mercado español, además, produce que los sistemas de negociación algorítmicos busquen otros mercados más activos, lo que acentúa la gravedad de la situación. Las empresas del sector estamos abocadas a revisar nuestro modelo de negocio y los planes estratégicos”, concluye Salvador Isasa, director de mercado de Inversis.

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Sobre la firma

David Fernández
Es el jefe de sección de Negocios. Es licenciado en Ciencias de la Información y tiene un máster en periodismo por EL PAÍS-UAM. Inició su carrera en Cinco Días y desde 2006 trabaja en EL PAÍS, donde se ha especializado en temas financieros. Ha ganado los premios de periodismo económico de la CNMV, Citigroup, Aecoc y APD.

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