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Bruselas exigió al Banco de España que impusiese la retirada de bonus en Bankia

La entidad obliga a 72 directivos a retornar su paga variable de 2011 El supervisor español había aprobado esas retribuciones en abril

Goirigolzarri, en una imagen de archivo.
Goirigolzarri, en una imagen de archivo.ULY MARTÍN

Los principales directivos de Bankia se quedarán sin el bonus del ejercicio 2011, que se ha ido pagando desde este año. La Comisión Europea ha impuesto la retirada de la paga variable a los 72 principales directivos después de que la entidad haya tenido que ser nacionalizada y rescatada con dinero público. Según fuentes conocedoras del proceso, Bruselas impuso esa exigencia al Banco de España, que a su vez se la trasladó a la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri, que estaba de acuerdo con la medida. Otras fuentes precisan que el supervisor ya había iniciado antes la revisión de la procedencia de la paga, aunque no ha sido hasta ahora cuando se ha tomado la decisión.

La paga fue autorizada en abril pasado por el Banco de España, cuando el gobernador era Miguel Ángel Fernández Ordóñez, que, sin embargo, impuso una rebaja en la cuantía que pretendía abonar la entidad. Entonces, Bankia había presentado unas cuentas en las que declaraba un beneficio de 305 millones. El entonces presidente de la entidad, Rodrigo Rato, quería premiar la tarea de un ejercicio en que se había acometido la integración de las siete cajas fundadoras del grupo y la salida a Bolsa. La entidad encargó dictámenes jurídicos que avalaban el pago de la retribución variable y el supervisor lo aceptó.

Rato renunció al cobro inmediato del bonus. Los beneficiarios fueron los otros consejeros ejecutivos, el comité de dirección y otros ejecutivos, especialmente los vinculados a riesgos. Las retribuciones de todos ellos necesitaban ser aprobadas por el Banco de España, de acuerdo con la nueva normativa sobre la materia.

La medida no afecta a Rato, que ya renunció a su paga variable

En mayo, sin embargo, Rato dimitió como presidente de Bankia después de que el Gobierno rechazase su plan de saneamiento y el auditor negase el visto bueno a las cuentas que había anunciado. Cuando Bankia formuló legalmente sus cuentas de 2011, su resultado fueron unas pérdidas cercanas a los 3.000 millones. La formulación de las nuevas cuentas vino seguida por la nacionalización de la entidad, al concluir los informes de valoración que el grupo estaba en quiebra técnica. Posteriormente, los exámenes a la banca realizados por la consultora Oliver Wyman para el rescate europeo han arrojado que tiene unas necesidades de capital de casi 25.000 millones.

Las premisas que habían servido de base para el bonus saltaban por los aires. En el proceso de revisión de la situación de Bankia y de las medidas necesarias para su reestructuración, los servicios de la Comisaría de Competencia, al frente de la cual está el español Joaquín Almunia, dieron con la partida de retribuciones variables, concluyeron que no estaban justificadas y así se lo transmitieron al Banco de España. Otras fuentes señalan que, tras la reformulación de las cuentas, y aún bajo el mandato de Ordóñez, el supervisor ya inició por sí mismo una revisión de la procedencia de los bonus. Ese expediente quedó a medias y ha sido ahora cuando el Banco de España, ya con Luis Linde al frente y siguiendo el criterio de Bruselas, ha exigido el reintegro. Es la primera vez que se ordena en España la devolución de bonus ya autorizados.

De los 72 beneficiarios, hay cerca de una decena que ya nos están en la entidad. Los directivos que no hayan cobrado aún se quedan sin la paga variable. Los que la hayan recibido total o parcialmente, tendrán que devolverla. La entidad buscará fórmulas para facilitar el reintegro en estos últimos casos. Bankia no quiso desvelar a cuánto asciende esa paga variable, aunque otras fuentes señalaron que las cantidades a cuenta entregadas por ahora eran bajas, en el entorno de los dos millones de euros en total.

Bankia sigue negociando con el Banco de España y con Bruselas el plan de reestructuración, que impondrá fuertes pérdidas a los tenedores de preferentes y otros tipos de deuda y puede suponer el despido de varios miles de empleados con indemnizaciones muy inferiores a las de anteriores reducciones de plantilla.

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