La banca reduce por primera vez en el último año el dinero que pide al BCE

La banca española redujo en septiembre por primera vez en un año su apelación a las facilidades de liquidez del Banco Central Europeo (BCE). Esta ventanilla ha sido durante los últimos meses la única vía en la que las entidades podían captar fondos, ya que la desconfianza en España y su sector financiero bloqueaba el acceso de la banca a los mercados tradicionales de financiación. Según ha publicado este jueves el instituto emisor europeo, los bancos residentes en el país tenían pendiente de devolver al BCE en septiembre una media de 378.200 millones de euros, 10.000 millones menos que en agosto.

Pese a esta reducción, la banca española sigue acaparando más del 43% del total de la financiación que el BCE ha distribuido durante el pasado mes, un porcentaje que está muy lejos del 12% que representa en el conjunto del Eurosistema. A corto plazo, el organismo presidido por Mario Draghi destinó a España más del 56% del total, con 70.818 millones. En cuanto a los préstamos a devolver en más de siete días, la cifra se modera al 30% del total con 329.000 millones.

Pese a la reducción, los expertos descartan que se trate de un cambio de tendencia. De hecho, auguran que volverá a subir durante los próximos meses “porque los problemas financieros van ligados al riesgo soberano”, y España está todavía lejos de recuperar la confianza de los inversores, según ha comentado Victoria Torres, analista de Self Bank. “Hay motivos para que vuelva a subir y no creemos que marque tendencia”, ha añadido.

Según los datos del organismo, la apelación de la banca española al BCE sigue en niveles relativamente altos, lo que denota que persiste la desconfianza, un factor que ha puesto en alerta a los inversores y ha hecho huir el capital extranjero de España. En el último año, han volado del país 331.224 millones, casi un tercio del PIB. Al mismo tiempo, el recurso al BCE se ha multiplicado por cinco frente a septiembre de 2011 por culpa del recrudecimiento de los problemas por la crisis de deuda, lo que ha llevado a la dependencia de las entidades a la ventanilla de liquidez de la institución a marcar un récord en agosto sobre los 388.000 millones.

Sin embargo, en septiembre se detecta un leve cambio en esta tendencia gracias al plan de Draghi de intervenir en los mercados para socorrer a los países en apuros. Gracias a la tregua motivada por este anuncio, una mejora basada en la expectativa de que España pida un rescate preventivo, se ha reavivado algo el apetito por el riesgo de los inversores y la gran banca ha podido regresar a los mercados mayoristas. Entre finales de agosto, cuando ya se intuían las intenciones de la Autoridad Monetaria europea, y septiembre, entidades como Santander o BBVA han podido captar por su cuenta unos 5.500 millones de euros.

A partir de ahora, sin embargo, habrá que ver cómo reaccionan los inversores a la posible degradación de la calificación de todas las entidades españolas. Tras la rebaja de S&P de este miércoles sobre la nota del conjunto del país, que se ha quedado a un paso del bono basura, toca revisar los ratings de todas las empresas españolas, empezando por sus bancos, que en principio no pueden tener una nota superior a la del país donde residen. El Santander, sin embargo, elude este caso.

La decisión final de S&P, por tanto y a expensas de lo que pase con la entidad presidida por Emillio Botín, podría acabar con la mayoría del sector (ocho del total de las 11 a las que califica) devaluado a esta categoría, restringida a los especuladores y donde ya están las antiguas cajas nacionalizadas, el Popular o Bankinter.