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Las disputas territoriales entre China y Japón se cruzan en la cumbre del FMI

El gobernador del Banco Popular de China y el ministro de Finanzas cancelan su asistencia El Gobierno de Pekín alude a problemas de calendario para justificar la decisión

El gobernador del Banco de China, Zhou Xiaochuan.
El gobernador del Banco de China, Zhou Xiaochuan.Vincent Thian (AP)

La disputa territorial entre Pekín y Tokio por un grupo de islas situadas en el mar de China oriental, que condujo el mes pasado a fuertes protestas antijaponesas en China, ha impactado de lleno en la reunión del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Japón esta semana. El gobernador del Banco Popular de China, Zhou Xiaochuan, y el ministro de Finanzas, Xie Xuren, han cancelado su asistencia, supuestamente por problemas de calendario.

“Hace dos días fuimos informados de que la agenda del gobernador Zhou podría obligarle a anular su conferencia en Tokio (prevista para la clausura de la reunión el próximo domingo)”, han señalado portavoces del FMI, informa Reuters. Zhou y Xie han sido sustituidos por el vicegobernador del Banco Popular, Yi Gang, y el viceministro de Finanzas, Zhu Guangyao, respectivamente. Según el protocolo chino, solo los funcionarios de más alto rango suelen liderar estos viajes.

El Gobierno japonés ha hecho saber que considera el gesto decepcionante. “La reunión de Tokio es muy importante. Lo sentiríamos mucho si los representantes de las autoridades (chinas) no participan”, ha afirmado Osamu Fujimura, portavoz del Ejecutivo, informa France Presse. “Dado que los intercambios económicos entre China y Japón son importantes, nuestro país adoptará una visión más abierta y continuará intentando comunicar con China”. Su comercio bilateral fue de más de 340.000 millones de dólares (264.000 millones de euros) en 2011. China es el mayor socio comercial de Japón, mientras que Japón es el tercero de China, tras la Unión Europea y Estados Unidos.

Varios bancos privados chinos también han cancelado o limitado su participación en actos relacionados con las reuniones del FMI y el Banco Mundial, que comenzaron el martes. Algunas empresas japonesas, con presencia en China, han denunciado que se ha producido un endurecimiento de las inspecciones aduaneras y en la concesión de visados. Todas estas medidas han sido interpretadas como el modo chino de mostrar su descontento por la disputa territorial.

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El conflicto, que viene de lejos, se agrió a principios de septiembre, después de que Tokio decidiera comprar tres de las islas a su propietario privado japonés, nacionalizándolas de hecho. Con la medida, desactivó el proyecto —más sensible políticamente— del gobernador de Tokio —el nacionalista Shintaro Ishihara— de adquirir y desarrollar para turismo el grupo de islotes. Poco después, estallaron numerosas manifestaciones —en ocasiones, violentas— en diversas ciudades chinas, con repetidas llamadas al boicoteo de los productos japoneses.

El archipiélago, conocido como Senkaku por Japón y como Diaoyu por China, ha hundido las relaciones mutuas a su nivel más bajo en las últimas décadas. Las islas están deshabitadas, pero se encuentran cerca de importantes rutas navieras, albergan ricos recursos de pesca y bajo sus aguas yacen recursos petroleros sin explotar.

Entre los sectores japoneses más afectados por el enfrentamiento, se encuentra el automovilístico. Los tres principales fabricantes dijeron este martes que sus ventas se desplomaron en septiembre en China. Las de Toyota cayeron un 48,9% respecto al mismo mes de 2011, hasta situarse en 44.100 unidades; las de Nissan, un 35,3%, hasta 76.066 vehículos, y las de Honda, un 40,5%, hasta 33.931.

La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, advirtió la semana pasada que la economía global necesita a Japón y China y que el mundo no se puede permitir que los dos países se vean distraídos por su disputa territorial. Lagarde realizó la advertencia coincidiendo con el aviso del Banco Asiático de Desarrollo (BAD) de que los días de crecimiento de dos dígitos de las economías de la región han llegado a su fin. El BAD afirmó que el PIB (producto interior bruto) de China crecerá un 7,7% este año, frente al 9,3% logrado en 2011.

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