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El Popular convoca al consejo para una posible ampliación de 2.000 millones

La entidad se juega su futuro en solitario El dividendo podría desaparecer para ganar recursos y lograr 3.220 millones que le exige el test

Íñigo de Barrón
Ángel Ron, presidente del Banco Popular
Ángel Ron, presidente del Banco PopularGORKA LEJARCEGI

El Banco Popular está en tiempo de descuento. Después de 86 años de historia, lo que está en juego ahora es la continuidad de la entidad en solitario. Nada más y nada menos. Por eso ha recurrido al manual de las emergencias y ha convocado para hoy un consejo de administración. En él se estudiará una ampliación de capital de unos 2.000 millones de euros y anular el dividendo, medidas de choque para hacer frente a las severas exigencias de la prueba de la consultora Oliver Wyman.

El Popular ha suspendido el examen con un déficit de capital de 3.223 millones. Tiene que conseguir este dinero antes de finales de diciembre en una economía deprimida, en donde nadie quiere aumentar el riesgo bancario. Si no obtiene este dinero, el Estado le inyectará capital público, un anatema para la entidad. También puede optar por aceptar una oferta de compra, pero eso es igual de inadmisible que lo anterior.

El banco presidido por Ángel Ron cerró el viernes pasado a 1,7 euros, desde los 11,9 euros de máximo en abril de 2007. Los expertos consultados consideran que debería realizar una rebaja del 30% para hacerla atractiva, lo que supone vender las acciones a 1,2 euros. El descuento ya es importante si se tiene en cuenta que los títulos del Popular han caído un 50% en Bolsa en 2012.

El apoyo de los consejeros, con el 42% del capital, clave para el éxito

En total, debería emitir unas 1.700 millones de acciones. Su capital actual son 2.800 millones de títulos, incluidas las obligaciones convertibles en acciones pendientes de realizar. Esto significa que ampliaría su capital en un 60%. La entidad vale 4.760 millones en Bolsa, aunque todo depende de la reacción que tengan los mercados esta semana. El Popular se beneficia de que esté prohibida la operativa en corto sobre las acciones, que siempre ha castigado a esta entidad.

Toda ampliación requiere mayor gasto en dividendo, salvo que éste se suprima, otro tema que estará en la mesa del consejo de hoy. “No tiene lógica pedir dinero al mercado con una mano y gastarlo con la otra al repartir dividendos”, apunta un analista.

La clave: el consejo

El presidente, Ángel Ron, intentará reunir apoyos a la ampliación. Esta es una de las claves de la jugada. Ningún banco español aglutina al 42% de su capital en el consejo. Si éste apoya el plan de salvamento de la entidad, tendrá mucho trecho recorrido. No es factible que lo haga ese 42% porque un 7,2% es de la Fundación Pedro Barrie de la Maza, los dueños del Pastor, a los que se les pagó el banco con acciones del Popular. Es decir, no es una fundación con liquidez, salvo que vendiera los títulos del Popular.

Fuentes consultadas creen que lograr una adhesión del 35% sería un paso casi imprescindible para atraer inversores en un momento en el que pocos creen en el futuro del negocio bancario a corto plazo.

La entidad reforzará este plan con la venta de negocios, como el 50% de la gestora de tarjetas, la mitad de su banco por Internet, así como algunos inmuebles. No obstante, no se esperan grandes ingresos por esta vía.

La entidad ha sufrido un gran castigo en las pruebas de Oliver Wyman por su negocio en pymes (donde el Popular siempre ha demostrado tener gran conocimiento), y por la promoción y construcción. Este negocio lo tenía el Popular, pero se añadió más con lo que trajo el Pastor. Esta adquisición, sin ningún tipo de ayuda pública, ha demostrado ser un baldón para el banco. “Esa es la diferencia entre el Sabadell y el Popular”, comenta un experto. “Hace dos años, estaban a la par. Ahora el grupo catalán ha sacado la cabeza tras comprar la CAM con 5.200 millones de ayudas, mientas que el Popular adquirió el banco gallego a pulmón. Demasiado riesgo para la situación actual del mercado”, apunta esta fuente.

Detalles de otras entidades en el test

Los exámenes de Oliver Wyman han resaltado detalles interesantes de las entidades. Por ejemplo, entre los tres grandes, Santander, BBVA y La Caixa, la que más pérdidas tendría por el riesgo promotor y constructor en un escenario adverso es Caixabank-Banca Cívica, con 12.147 millones, en segundo lugar, estaría el Santander, con 9.805 millones y el BBVA, con 7.409 millones.

Entre los grandes bancos, La Caixa es la que tiene más riesgo en el ladrillo

Sin embargo, en empresas el que más perdería sería la entidad presidida por Emilio Botín, con 12.652 millones. Entre el resto de aprobados (Bankinter, Kutxabank, Unicaja y Sabadell), destaca el escaso riesgo del ladrillo de Bankinter, con 392 millones y las fuertes provisiones de Kutxabank, con 4.043 millones, con las que tiene que hacer frente al riesgo del ladrillo, que suma 3.000 millones, en gran parte por la aportación de la guipuzcoana Kutxa a la fusión de cajas vascas. Entre las nacionalizadas destaca la mala gestión del Banco de Valencia y CatalunyaBank, con una proporción altísima de pérdidas en relación a sus activos de riesgo. En Bankia, además del ladrillo, le ha castigado el saneamiento extraordinario de la cartera de participaciones (3.950 millones) sin el cual el resultado antes de provisiones sería positivo.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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