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Bruselas propone un euríbor “global” para evitar manipulaciones

La CE reconoce que la desregulación financiera permitió el fraude en los tipos de interés

Bob Diamond, consejero delegado de Barclays, en Londres el pasado junio.
Bob Diamond, consejero delegado de Barclays, en Londres el pasado junio. REUTERS

La Comisión Europea quiere evitar que la falta de regulación del sistema financiero permita un escándalo similar al de la reciente manipulación de los tipos de interés interbancarios (el líbor anglosajón y el euríbor continental), en el que se han visto implicadas las principales compañías crediticias del mundo.

En una reunión celebrada ayer por el Comité de Economía y Asuntos Financieros del Parlamento Europeo, el comisario de Mercado Interior, Michel Barnier, enseñó alguna de las cartas con las que cuenta la Comisión para poder tomar el control del sistema financiero. Escarmentado de la fallida autorregulación de los bancos que en su opinión “han manipulado el mercado con consecuencias muy graves para los ciudadanos”, el francés ha propuesto crear un tipo de interés único y global bajo supervisión independiente que evite el fraude a la hora de fijarlo.

“Es un bien público porque afecta a los ciudadanos, por lo tanto debe estar bajo supervisión y control público” afirmó Barnier antes de lanzar un mensaje a los responsables del fraude bancario: “Basta de la cultura de la impunidad que prima en el ámbito financiero. Debemos imponer sanciones penales para que los responsables sepan que irán a la cárcel si repiten esto en el futuro”.

Según la propuesta, el nuevo índice debe basarse en operaciones reales

Hasta ahora, el índice líbor y euríbor lo marcan los principales bancos en función de su liquidez y sus expectativas de préstamo, lo que dio lugar a la creación de un cártel de entidades crediticias que acordaron fijar los tipos en función de sus intereses, perjudicando a pymes, hipotecas y otros sectores de la economía. Según la propuesta que quiere presentar la Comisión, el nuevo índice debería basarse en operaciones reales y no en las previsiones de los bancos.

Más tibio y cauto se mostró el comisario de Competencia, Joaquín Almunia, que pese a iniciar su discurso acusando al sistema financiero de “poner en riesgo la supervivencia de nuestras economías”, reconoció que la responsabilidad por la manipulación del mercado ha sido compartida. “Los bancos no son la raíz de todo el mal. Las normas eran imprecisas, no eran buenas”, admitió el español, que anunció en público la intención de crear un nuevo marco regulatorio en el que está trabajando su equipo.

Una respuesta "rápida"

Ante las críticas vertidas sobre las instituciones europeas por no atajar los problemas de la desregulación del sistema financiero y frenar el hambre voraz de los bancos, Almunia aseguró que la Comisión Europea “actuó rápido en cuanto recibió información y datos relevantes sobre una posible violación de las normas de competencia”.

Lo cierto es que en 2008 el Financial Times y The Wall Street Journal ya se hacían eco de las actividades ilegales del banco Barclays y otras entidades a las que acusaron de falsificar datos e información. Estados Unidos actuó con rapidez abriendo investigaciones que llevaron a la compañía crediticia inglesa a pagar una multa de 363 millones de euros. La Unión Europea inició las pesquisas a finales de 2011 y por el momento trabajan en la reforma del marco regulatorio para terminar con el “capitalismo de casino” que ha puesto patas arriba la economía real.

Sobre las posibles multas, el comisario de Competencia aclaró que la Comisión no puede imponer sanciones a personas responsables del “presunto fraude” pero si se demuestra que hubo cártel, “se multará a las compañías de forma proporcional al perjuicio que hayan provocado y la duración del mismo”. Al término de su intervención, Almunia aseguró que esclarecer lo que ha sucedido será su “principal prioridad”.

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