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Londres trata de evitar que el BCE asuma la supervisión de toda la banca europea

Bruselas prevé que un panel de expertos decida sobre las infracciones financieras Los estados de la UE sin euro temen los amplios poderes que asumirá el banco central

El presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso
El presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao BarrosoETTORE FERRARI (EFE)

A la ya conocida pelea entre Bruselas y Berlín por el alcance de la unión bancaria que se cocina estos días acaba de sumarse un nuevo contendiente. Los 10 Estados de la UE que no pertenecen a la Eurozona, capitaneados por Londres, temen que los amplios poderes que asumirá el Banco Central Europeo (BCE) sirvan para que los países de la unión monetaria impongan sus criterios en materia de regulación financiera al resto de la Unión.

La propuesta de la Comisión, que presentará mañana el presidente del Ejecutivo europeo, José Manuel Durão Barroso, deberá perfilar, entre otros aspectos, el papel que jugará la Autoridad Bancaria Europea (EBA) para evitar que la City londinense se sienta desplazada de la toma de decisiones sobre un sector vital para la economía británica.

Para vencer las reticencias británicas, Bruselas prevé crear un panel de expertos independientes dentro de la estructura de la EBA que decida en última instancia sobre las infracciones de las reglas financieras, según un borrador del texto que prepara Bruselas. Este organismo se convertiría en el último recurso para evitar que el BCE asuma unos poderes que algunos creen desproporcionados.

El plan que Barroso presentará mañana en Estrasburgo pretende que el Eurobanco se convierta en el supervisor bancario único

“Se asegura así que los Estados de la Eurozona no dispondrán de una minoría de bloqueo”, asegura el borrador del texto obtenido por Reuters. La decisión del panel sería vinculante a no ser que se oponga la mayoría de reguladores. “Los países que no estén en el euro también deberán estar en el debate sobre la unión bancaria. Hay que adaptar las reglas y el funcionamiento de la EBA”, aseguran fuentes oficiales europeas.

Pese a las reticencias alemanas —que presiona para que el BCE supervise solo a las entidades más grandes, las consideradas sistémicas—, el plan que Barroso presentará mañana en Estrasburgo pretende que el Eurobanco se convierta en el supervisor bancario único, con capacidad para intervenir en cualquier entidad de la zona euro que viole las normativas europeas o asuma riesgos excesivos que pongan en peligro la estabilidad financiera. La norma prevé que, como muy tarde, el BCE asuma este papel el 1 de enero de 2014.

Pese a la necesidad que tiene España de que la unión bancaria se apruebe cuanto antes y así poder recapitalizar sus bancos a través del fondo de rescate europeo y sin que el Estado tenga que asumir todo el peso de la deuda, su entrada en vigor puede retrasarse más allá del 1 de enero de 2013, la fecha prevista por Bruselas. Para llevar a buen término la iniciativa, es indispensable el consenso de todos los miembros del euro y aquí radica el principal obstáculo. El ministro alemán de finanzas, Wolfgang Schäuble, instó a la Comisión a cambiar sus planes, con el argumento de que el BCE no podrá supervisar de forma efectiva a 6.000 bancos.

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