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SUDÁFRICA MINEROS

La huelga en la mina de Marikana entra en su tercera semana

Familiares y miembros del asentamiento improvisado de Wonderkop en las colinas del lugar donde sucedió la masacre para oficiar un servicio religioso en honor a los mineros de la empresa Lonmin, que fueron abatidos por la Policía sudafricana en el campamento minero de Marikana. EFE/Archivo
Familiares y miembros del asentamiento improvisado de Wonderkop en las colinas del lugar donde sucedió la masacre para oficiar un servicio religioso en honor a los mineros de la empresa Lonmin, que fueron abatidos por la Policía sudafricana en el campamento minero de Marikana. EFE/ArchivoEFE

El absentismo en Marikana, a unos 100 kilómetros de Johannesburgo, llegó hoy al 87 por ciento debido a la presión de los piquetes, informó la compañía británica Lonmin, propietaria de la mina, en un comunicado.

"Ha habido casos de intimidación a los conductores de autobús durante la noche, y amenazas a los trabajadores que querían acudir a al sector este de la mina durante la mañana", aseguró la dirección.

Las protestas retomaron impulso tras el fin del luto declarado por la muerte de 44 personas entre el 10 y el 16 agosto, pese a los intentos de la empresa de alcanzar un acuerdo con los sindicatos.

Ambas partes vienen manteniendo conversaciones desde el pasado viernes, con el objetivo de devolver la calma a la mina de Marikana y restablecer las operaciones.

Los sindicatos y la dirección de Lonmin se reunieron de nuevo hoy sin éxito y anunciaron una prórroga de las negociaciones, según informó la web sudafricana de noticias News24.

La empresa minera informó de que este miércoles se llevará a cabo una nueva reunión con los representantes de los trabajadores para intentar alcanzar un "acuerdo de paz", que contará con la mediación del Consejo Eclesiástico, que aglutina a las iglesias de Sudáfrica.

La huelga de Marikana, encabezada por los picadores del sindicato minoritario AMCU (Asociación de la Minería y la Construcción), reclaman un aumento salarial de hasta 12.500 rands (unos 1.200 euros), tres veces más que su retribución actual.

Sudáfrica celebró el pasado jueves la conmemoración oficial de la masacre del 16 de agosto, en la que 34 trabajadores perdieron la vida por disparos de la Policía, el episodio más sangriento registrado en el país desde el fin del régimen racista del apartheid, impuesto por la minoría blanca sudafricana hasta 1994.

La matanza ha desencadenado una crisis en el seno del gobernante Congreso Nacional Africano (CNA), y ha debilitado al presidente del país, Jacob Zuma, que aspira a la reelección como candidato de su partido a la jefatura de Estado en diciembre.

Zuma anunció el pasado jueves la puesta en marcha de una comisión judicial de investigación para esclarecer los acontecimientos de la masacre y depurar responsabilidades.

El Directorio Independiente de Investigación de la Policía (IPID) informó hoy del inicio de una investigación interna en el seno de las fuerzas de seguridad sudafricanas en relación con la tragedia.

"Estamos investigando 34 casos de asesinato", informó hoy el portavoz de la IPID, Moses Dlaminil, en palabras recogidas por la agencia sudafricana de noticias Sapa.

Mientras tanto, los 259 mineros detenidos durante los disturbios de la semana pasada en la mina de Marikana comparecieron hoy en Pretoria por segunda vez ante el juez.

Los mineros afrontan cargos de desorden público y asesinato, por la muerte de diez personas, entre ellos dos policías y dos guardias de seguridad, durante los primeros compases de la huelga.

Un centenar de ellos ha denunciado malos tratos durante su reclusión en las comisarías cercanas a la explotación, confirmó el IPID.

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