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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

España 3.0

El país puede reinventarse y ello pasa por favorecer la innovación y el emprendimiento

España tendrá que salir al ruedo, sin miedo, y reinventarse con valor y valores. Como diría el escritor José Bergamín, el toreo de salón se acabó. Esta reinvención pasa por apostar por innovación, tecnología, emprendedores. No se trata solo de ajustarse, sino de resetear nuestras killer apps, de reformarse en profundidad.

España supo, en su historia más reciente, descargar las aplicaciones más exitosas y ganadoras de las economías occidentales. La historia del país es la de una transformación sin igual en los países OCDE. Salvo Corea del Sur, no hay prácticamente país que se haya transformado tan rápido como lo hizo España en las últimas décadas del siglo pasado.

Cuando España se incorpora a la OCDE, en 1962, su PIB per capita era el más bajo de este selecto grupo, apenas 3.800 dólares. Cuando se incorpora a Europa, en 1986, lo había triplicado (casi 10.000 dólares). En 2012, y a pesar del resbalón de la crisis, todavía supera los 27.000 dólares, es decir, casi diez veces más que cuando se suma a la OCDE, y todavía tres veces más que cuando se sube al AVE europeo. Otra manera de verlo es considerar cómo España ha convergido con Alemania: la historia de la segunda mitad del siglo pasado es la de un acercamiento creciente con Alemania, cerrando el gap de manera impactante en términos de PIB per capita: si hace tres décadas el alemán era 2,5 veces el español, ahora es de apenas 1,06.

Las apuestas por la educación habrán de ser más firmes: hay yacimientos de empleo en ingeniería, por ejemplo, pero no producimos suficientes ingenieros

Para salir de nuevo a hombros tendremos que enfrentarnos a nuestros propios sueños y pesadillas. Las apuestas por la educación habrán de ser más firmes: hay yacimientos de empleo en ingeniería, por ejemplo, pero no producimos suficientes ingenieros. Las empresas se están rifando estos universitarios (en este sector apenas hay paro), pero entre 2003 y 2011 los universitarios inscritos en estas carreras no han aumentando, sino más bien todo lo contrario: ¡han bajado un vertiginoso 40%! No solo debemos incentivar más jóvenes hacia estas carreras, sino que también deberán hablar idiomas. En el mundo entero hay y habrá una fuerte demanda por ingenieros cualificados. ¿Qué esperamos para volcarnos en el fomento de estas vocaciones y carreras?

También tendremos que acabar con el toreo de salón que consiste en eludir una rotunda apuesta por la innovación a la surcoreana o la manera israelí. No valen recortes aquí, sino todo lo contrario. Es más: tendríamos que aprovechar la crisis para triplicar el esfuerzo en esta área. Si bien la apuesta pública es relativamente importante, donde pecamos es en materia de impulso a la innovación procedente del sector privado. Una manera de medir nuestra tibia apuesta por la innovación es simplemente recordar que mientras en Israel y en Estados Unidos el venture capital (capital riesgo) alcanza los 140 y 70 dólares per capita, respectivamente, en España el capital emprendedor en start-ups tecnológicas apenas alcanza 2 euros por habitante.

Nuestro retraso no es solo con los países OCDE: los mercados emergentes están apostando fuerte por la innovación y el emprendimiento. China se ha convertido, en 2012, en el segundo hub mundial de venture capital del mundo, muy por delante de los europeos, Reino Unido y Alemania; India y Brasil ya superan a España en este rubro. Los últimos rankings 2012 publicados por el IESE en materia de atractivo para el capital emprendedor y el capital riesgo apuntan a que los emergentes suben escalones con respecto al año anterior (+2 para China, +4 para Chile, +6 para Brasil), mientras los europeos bajan peldaños (-1 para Reino Unido, -2 para Alemania y -2 también para España). En un estudio reciente, McKinsey apunta que si bien Estados Unidos es el país del mundo con el ecosistema más favorable para el emprendimiento, China ya se sitúa en el puesto número tres de este escalafón, justo por delante de India y África del Sur. La mitad del Top 20 mundial son países emergentes y España se sitúa en el peldaño 16, por detrás de países como Brasil, Corea del Sur, México o Turquía.

La mitad del top 20 mundial son países emergentes y España se sitúa en el peldaño 16

Llaman, sin embargo, la atención los avances que se están realizando también en plena crisis. España cuenta hoy día con nueve fondos corporativos de venture capital operando ahora en el país. Más de la mitad de ellos han sido creados durante estos años de la crisis. Desde que esta se inició se han multiplicado las aceleradoras para start-ups, todas impulsadas por iniciativas privadas como Mola en Baleares, Bbooster en Valencia o Wayra en Madrid y en Barcelona. Igualmente han brotado una docena de fondos de capital semilla y capital emprendedor, al mismo tiempo que proliferan cada vez más start-ups.

Por si fuera poco, la crisis está cambiando el perfil de estos emprendedores: a los jóvenes se suman ahora profesionales con varias décadas de experiencia que dimiten de sus corporaciones, hartos de gestionar problemas (duplicados por la crisis) y deseosos de darle un sentido más profundo a su trayectoria vital y profesional. El talento emprendedor español chorrea ahora por todas las ciudades del país. Y también fuera del país: en julio del 2012, Nicira, una start-up californiana, cofundada por un español, ha sido comprada por un récord: 1.260 millones de dólares.

De lo que tenemos que convencernos es de que España puede dar un nuevo salto, reinventarse

Si alguno tuviera dudas sobre lo que se está abriendo camino en España, valga recordar que tenemos en Europa apenas una docena de start-ups cuyos ingresos superan los 100 millones de euros. Dos de ellas están en España: Privalia (ventas online), con una facturación de más de 300 millones de euros, y sobre todo Odigeo (viajes online) con 3,9 millones de euros de facturación. ¿Qué esperamos para comunicar sobre esto a nivel global? De lo que tenemos que convencernos es de que España puede dar un nuevo salto, reinventarse, y ello pasará por una apuesta rotunda por favorecer el ecosistema de innovación y emprendimiento y apostar por tecnología y educación.

No dejemos que el miedo nos achique. Hay que saltar al ruedo; como lo hicieron en su día los que levantaron, desde la nada, multinacionales como Telefónica, Iberdrola, BBVA, Acciona o Santander. Si Amancio Ortega hubiese escuchado a los que nos decían a los europeos que el sector textil no era para nosotros, que nadie podría frenar a China, Inditex no sería lo que es hoy día: una de las multinacionales más exitosas, innovadoras y rompedoras de la era moderna.

El toreo de salón se acabó. Cuanto más rápido lo entendamos, mejor. Habrá que saltar al ruedo, como en el pasado, con valentía y temple. Y será, no cabe la menor duda, de nuevo una cuestión de esfuerzo colectivo e individual, público y privado, echándole valor y valores a esta reinvención de España.

Javier Santiso es profesor de ESADE Business School y fundador de StartUp Spain

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