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Brasil da luz verde a la entrada de empresas extranjeras en Petrobrás

Entre las compañías interesadas en trabajar con la petrolera se encuentra la china Sinopec

Juan Arias
La presidenta de Petrobras, Maria das Graças Silva Foster.
La presidenta de Petrobras, Maria das Graças Silva Foster.ANTONIO SCORZA (AFP)

Brasil se ha rendido y ha dado luz verde a la participación de empresas extranjeras en la explotación de los yacimientos de petróleo de Petrobrás. Hasta ahora, el Gobierno de Dilma Rousseff se mostraba más bien reacio a la entrada de extranjeros en la que es considerada la joya de la corona de las inversiones del país, una empresa de capital mixto, con el 51% controlado por el Ejecutivo.

Preocupada por el retraso en las obras de las refinerías en el marco del proyecto PAC (Programa de Aceleración del Crecimiento), la nueva presidenta de Petrobrás, Graça Foster, la primera mujer a la cabeza de la multinacional, ha abierto la puerta al exterior y ha pedido la colaboración de empresas no brasileñas.

Entre las compañías extranjeras interesadas en trabajar con Petrobrás se encuentra la china Sinopec, que seguramente será la más favorecida. Esta empresa está actualmente operando en Brasil en la exploración de nuevos campos petrolíferos.

El Gobierno mantiene el 51% de la petrolera

Charles Tang, presidente de la Cámara de Comercio Brasil-China, sostiene que Pekín tiene capacidad para producir refinerías con tecnología avanzada a costes competitivos. Y si fuera poco, China no presenta problemas de liquidez y dispone de medios para participar en Petrobrás cómodamente.

Brasil, que ha sido siempre muy protectora hacia Petrobrás con acentos hasta nacionalistas, ahora, ante lo imponderable, se conforma con mantener el 51% de los títulos, dejando que capital extranjero entre a colaborar en la exploración de los mayores yacimientos de crudo del mundo en este momento, así como en la creación de refinerías.

Brasil está creciendo y, según el Gobierno, Petrobrás, que ha visto últimamente perder de valor sus acciones, se vería obligada a importar en 2020, el 40% de los derivados de petróleo consumidos en el país.

En el caso del diésel, sin las cuatro nuevas refinarías programadas, Brasil necesitaría también importar cerca de un millón de barriles por día en 2020 frente a los actuales de 160.000 barriles, según informaciones de la estatal.

Petrobrás, bajo la dirección de Foster, una ejecutiva eficiente y dura, intenta recuperar el tiempo perdido e imponer una gestión más empresarial y menos política de la que había creado el expresidente Lula da Silva. Petrobrás, afirman los especialistas, necesita “profesionalizarse” y “despolitizarse” para ser cada día más competitiva en el mercado mundial.

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