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El líder del Frente de Izquierda acusa a Hollande de capitular ante Merkel

El presidente francés recibe el miércoles a la canciller para preparar la cumbre europea El líder del Frente de Izquierda reprocha a Hollande que asuma el rigor presupuestario

Hollande y Merkel, el pasado 22 de junio, en Roma.
Hollande y Merkel, el pasado 22 de junio, en Roma. ALBERTO PIZZOLI (AFP)

El líder del Frente de Izquierda, Jean-Luc Mélenchon, cree que François Hollande y su Gobierno han capitulado ante la canciller alemana Angela Merkel sobre el tratado de disciplina presupuestaria. Mélenchon ha explicado que Merkel se ha burlado de Hollande al programar la votación en el Parlamento alemán del tratado fiscal para el 29 de junio, el día que acaba la cumbre europea de los días 28 y 29 de este mes. “Ese era el día de poner sobre la mesa la necesidad de renegociar el tratado, y justo ese día Merkel decide hacerlo votar en el Bundestag tal y como está y con el apoyo de los socialistas alemanes”, ha dicho Mélenchon, que ha definido la situación como “un triunfo por KO del Gobierno conservador alemán contra el Gobierno socialista francés”.

Mélenchon ha acusado además a Hollande de negociar “como lo hacía cuando era el jefe del Partido Socialista”, y ha definido como una “mistificación” el acuerdo anunciado el viernes pasado en Roma para desbloquear el 1% del PIB europeo, entre 120.000 y 130.000 millones de euros, para estimular el crecimiento y el empleo.

Lo cierto es que Francia y Alemania están en este momento divididas ante la cumbre. Un portavoz de Merkel anunció el sábado que la canciller visitará el miércoles a Hollande en París para preparar el Consejo, en un movimiento que recordó a los tiempos, no tan pasados, en que Nicolas Sarkozy y Merkel formaban el directorio Merkozy.

La estrategia de Hollande ante la reunión, según dejan traslucir miembros del Gabinete, consistirá en seguir bloqueando la ratificación del tratado fiscal en Francia si Alemania no ofrece nuevas medidas de solidaridad y propuestas para resolver las cosas “más urgentes”: los problemas de la deuda y la unión bancaria.

París sigue insistiendo en que es preciso lanzar emisiones de deuda comunes, ya sean en forma de eurobonos o de euroletras, y capitalizar directamente a los bancos en apuros. Alemania se enroca en ofrecer más unión política y “más Europa” sin avanzar medidas concretas. Berlín sabe que Hollande no está dispuesto a ceder parcelas de soberanía si Alemania no garantiza una solución a los problemas de deuda. Ambos deberán ceder si quieren evitar el choque de trenes.

La situación parece enquistada, pero pocos dudan de que Berlín y París llegarán al consejo con un acuerdo, o al menos con una “hoja de ruta” dada la presión que ejercen el Fondo Monetario Internacional y Estados Unidos para que Europa salga del marasmo y la depresión. Tras desbloquear el paquete de crecimiento, que según ha recordado el comisario para el Mercado Único, el francés Michel Barnier, “estaba previsto por la Comisión desde hace un año”, Hollande parece haber quedado en una situación de inferioridad.

El ministro francés para Asuntos Europeos, Bernard Cazeneuve, declaró el domingo al Journal de Dimanche que “las divergencias siempre han sido el motor de los acuerdos, aunque esta vez, las diferencias son menos numerosas de lo que parece. Hemos progresado mucho esta semana”, añadió, “y trabajamos juntos para dar a la ambición del crecimiento un contenido concreto. Al mismo tiempo, necesitamos una hoja de ruta, un calendario preciso, si queremos que las medidas de estabilidad financiera y monetaria vayan unidas a una mayor integración política”.

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