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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Difícilmente neutral

Credit Suisse se rebela contra las exigencias del banco central de Suiza

¿Qué está haciendo Credit Suisse enfrentándose a su propio banco central? Junto con el comunicado del pasado viernes de respaldo al consejero delegado, Brady Cougan, el consejo del grupo suizo rechazó las exigencias realizadas la semana anterior por el Banco Nacional de Suiza (SNB, por sus siglas en inglés) de que necesitaba captar capital. Discrepar públicamente con un regulador es, generalmente, una mala idea. Pero en este caso, es un riesgo que Credit Suisse debería ser capaz de manejar.

De primeras, el SNB no estará sorprendido por la reacción de Credit Suisse. Pese a su discrepancia, no es probable que el presidente Urs Rohner hubiera corrido a hacer público un comunicado de este tipo sin advertir previamente a las autoridades. Eso restaría tensión a algunas de las palabras desafiantes del texto.

Curiosamente, el SNB no tiene el poder actualmente para forzar al banco a reforzar su balance con más capital. Ese papel corresponde al FINMA, la autoridad supervisora suiza del mercado financiero. Este organismo ha permanecido significativamente callado en torno al enfrentamiento, trasladando la impresión de que es más optimista que su colega regulador.

Lo que está en juego es el tratamiento del conjunto de bonos convertibles de Credit Suisse en los cálculos de su base de capital. El banco central los excluye. Pero contabilizar los bonos convertibles significa que la ratio de capital del banco sobre los activos ponderados de riesgo estaría próximo al 9%, casi tres puntos porcentuales por encima de la cifra fijada por el regulador para la aplicación de Basilea III y un porcentaje mayor que el de su rival UBS.

El SNB no está totalmente debilitado. Es reponsable de proteger el sistema financiero del país. Y cuando recomendó a UBS captar capital en 2008, el banco lo hizo de inmediato. El precedente hizo aumentar las expectativas de que Credit Suisse haría lo mismo, lo que hizo caer el valor de su acción un 10% ante el temor de los actuales accionistas de quedar diluidos en el capital.

Credit Suisse parece querer dejar claro que eso no va a suceder. Y el consejo está obviamente ofreciendo a Dougan un balón psicológico ante las dudas que habían surgido sobre la seguridad de su empleo. Pero clarificar a qué regulador atiende el banco recordando a los inversores cuál es el orden que ocupa ahí el SNB es su principal mensaje. En tanto que Credit Suisse no ha ofendido a los banqueros centrales, probablemente merecía la pena que hiciera público su comunicado.

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