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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Que no cunda el ‘Panicos’

La crisis griega puede arrastrar a los bancos chipriotas

Es el nombre una señal? El mes pasado Chipre nombró gobernador del banco central a un economista llamado Panicos Demetriades. El viernes, el pequeño país de la eurozona se comprometió a inyectar 1.800 millones de euros, o el 10% del PIB, en el Banco Popular de Chipre (BPC) si la segunda entidad crediticia más grande no podía recaudarlos de forma privada. Es más, puede que esto solo sea una operación de contención. Si Grecia abandona el euro, los bancos chipriotas y el propio Estado necesitarán más ayuda.

El apremiante déficit de capital del BPC proviene de las pruebas de resistencia realizadas el pasado diciembre por la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés), que determinaron que tenía hasta finales de junio para encontrar 2.000 millones de euros. Dado que su capitalización de mercado es actualmente de solo 211 millones de euros, no cuenten con que los accionistas le echarán una mano.

La buena noticia para Chipre es que al Banco de Chipre, una entidad similar ligeramente más grande que el BPC, solo le faltan 200 millones de euros para alcanzar el objetivo de la EBA de 1.600 millones de euros. La mala noticia es que la solución del problema del BPC dañará gravemente las finanzas del país. Si se usan los 1.800 millones de euros en su totalidad, la deuda del Estado aumentaría del 72% al 82% del PIB.

Y todo lo que está sucediendo en Grecia supone una amenaza. El Banco de Chipre y el BPC poseen unos 10.000 millones de euros en créditos griegos, de los que el 13% y el 19%, respectivamente, ya son morosos. En caso de que se produzca una salida del euro de Grecia, ambos necesitarían más capital. Aunque los datos del banco central desde finales de marzo no muestran ninguna fuga de depósitos, las entidades crediticias también podrían necesitar ayuda en lo que se refiere a la liquidez.

Incluso sin una salida de Grecia, las finanzas del Gobierno no dan más de sí. El año pasado tenía un déficit presupuestario del 6,3% y recibió un préstamo de 2.500 millones de euros de Rusia, con la que mantiene estrechas relaciones financieras. El Fondo Monetario Internacional (FMI) cree que la economía retrocederá un 1% este año. A la larga, los yacimientos de petróleo submarinos pueden proporcionar algo de ayuda, pero si Atenas regresa al dracma, Nicosia lo tendrá muy difícil para evitar su propio rescate de la eurozona.

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