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El Ibex cae un 0,7% tras el anuncio de la nueva reforma financiera

Los bancos contienen sus pérdidas tras conocer el aumento de sus provisiones crediticias La prima de riesgo termina el día por debajo de los 450 puntos básicos

La Bolsa española ha cerrado una semana plagada de acontecimientos financieros, que serán cruciales para el futuro del país, con una jornada no menos intensa: si el pasado martes se anunciaba la nacionalización de Bankia, hoy el Gobierno ha anunciado nuevas normas de saneamiento del sector bancario.

Aunque el Ibex 35 ha cerrado la sesión con un retroceso del 0,71% que lo ha situado en 6.995,6 puntos, la intervención del Ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, después del Consejo de Ministros, fue recibida con una caída del Ibex del 3,6%, que lo llevó un mínimo diario de 6.789,3 puntos. Lo arrastraron los bancos, que tendrán que dotar provisiones por un importe de 28.000 millones de euros, que se suman a los 54.000 millones que impuso la normativa previa, que el pasado febrero endureció las necesidades de cobertura. Sabadell se llegó a desplomar más de un 15%, Santander más de un 9%, BBVA y Bankinter un 8% y Popular y Caixabank un 7%.

Pero al final del día el susto se moderó y Bankia ha sido el valor del sector que más ha caído en la sesión (-1,62%), seguido de Popular (-1,48%) y BBVA (1,26%), mientras Caixabank, Santander y Sabadell han recortado sus caídas hasta el entorno del 1%.

La prima de riesgo española -diferencial de rentabilidad que se exige al bono a 10 años respecto a su equivalente alemán, y que mide la percepción que tiene el mercado del riesgo de impago de la deuda de un país- se disparaba tras la intervención de Guindos hasta 457 puntos básicos tras empezar en 445, aunque al final del día terminaba en 449. Durante la jornada, la rentabilidad del bono a 10 años ha superado el 6%, un umbral que suele hacer saltar las alarmas, puesto que se acerca a los niveles que provocaron las intervenciones de Grecia y Portugal.

La Bolsa española ha iniciado el día bajo la presión de las decepcionantes cifras anunciadas por Telefónica y con nuevas noticias sobre la desaceleración de la economía china. Los inversores han podido valorar los resultados anunciados por un puñado de grandes compañías y las cotizaciones han sido coherentes.

Los más esperados, los de la mayor empresa española, Telefónica, que en los tres primeros meses del año ganó 748 millones de euros, lo que supone un descenso del 53,9% respecto al mismo periodo del año pasado, debido a la caída del consumo y la depreciación del valor de su participación en Telecom Italia. La compañía ha retrocedido en Bolsa más un 1,33%.

Las empresas constructoras han dado argumentos para las ventas. Sacyr Vallehermoso (-7,3%) ha sido el valor más castigado del Ibex, seguido de Indra (-6,12%) y FCC (-4,97%). Ayer, tras el cierre del mercado, Sacyr Vallehermoso anunció que obtuvo un beneficio neto de 28 millones de euros en los primeros tres meses del año, un 46,8% menos. Hoy, FCC ha informado de que la compañía ganó 16,6 millones de euros en el primer trimestre, lo que supone un descenso del 59% respecto al mismo periodo de 2011, mientras el grupo Acciona se anotó un beneficio neto de 29 millones de euros, un 49% menos, lastrado por el negocio eléctrico y las menores plusvalías por la venta de activos. La cotización ha caído un 4,97%.

Además, hoy se ha sabido también que International Airlines Group (IAG), sociedad resultante de la fusión de Iberia y British Airways (BA), perdió 146 millones de euros en el primer trimestre, frente a un beneficio neto de 33 millones de euros en el mismo período del año pasado. Su precio en Bolsa ha subido un 0,88%.

La mejor nota positiva ha venido de la mano de DIA, que registró un beneficio neto de 20 millones de euros en el primer  trimestre del año, lo que representa un crecimiento del 51,5%, lo que ha colocado al grupo de distribución alimenticia en el primer puesto por subidas del Ibex, con un 4,91%.

Durante la mañana, los mercados de renta variable europeos no han encontrado razones para subir, ensombrecidos por la pérdida de fuelle de la economía china y las inesperadas pérdidas anunciadas por JP Morgan en una de sus unidades de negocios. El empuje ha venido por la tarde del otro lado del Atlántico, al hacerse público el último dato sobre el consumo estadounidense, que representa el 70% del PIB de la mayor economía del mundo.

El índice de confianza de los consumidores que elaboran Thomson Reuters y la Universidad de Michigan se situó en mayo en 77,8 puntos, su mayor lectura desde enero de 2008, cuando se esperaba una caída respecto a los 76,4 puntos del mes anterior. Londres ha cerrado la sesión un alza del 0,57%, París ha moderado sus caídas hasta el 0,01%, Fráncfort ha ganado un 0,95% y Milán un 0,29%.

El dato ha animado a los inversores estadounidenses, que a media sesión impulsaban el Dow Jones un 0,32%, el Standard & Poor's ganaba un 0,31% y el Nasdaq se anotaba un avance del 0,67%.

Hoy se ha sabido que la producción industrial china creció un 9,3% en abril, frente al 11,9% de marzo, menos de lo previsto, y la tasa de inflación se situó en el 3,4%, por debajo del objetivo del Gobierno chino por tercer mes consecutivo.

"La economía china es aún más débil de lo que se pensaba, con un crecimiento de la priducción industrial inferior al 10% por primera vez desde el comienzo de la crisis financiera mundial y la generación eléctrica plana", ha señalado a la agencia Associated Press Alistair Thornton de la firma de análisis económico IHS Global Insight.

Las caídas en Europa durante las primeras horas de la jornada también han tenido mucho que ver con el anuncio realizado ayer por JP Morgan, en el que reconoce perdido 2.000 millones de dólares en operaciones de cobertura realizadas sobre derivados de crédito por una unidad de la firma, lo que se estima tendrá un impacto en la cuenta de resultados de unos 1.000 millones de dólares. En una inusitada acción, el consejero delegado del banco, Jamie Dimon, ha admitido que se ha tratado de un error "mayúsculo".

La cotización de JP Morgan ha llegado a desplomarse un 8% y esta circunstancia hace pensar que puede dar argumentos a los legisladores estadounidenses, que se están enfrentando con la oposición del sector para sacar adelante la llamada regla Volcker, que impone limitaciones a la operativa por cuenta propia de las entidades financieras. Se llama así por haber sido propuesta por el que fuera presidente de la Reserva Federal, Paul Volcker, e incluida en la ley Dodd-Frank, normativa del sector financiero aprobada en 2010 para corregir los excesos que desembocaron la crisis de las hipotecas basura que estalló en Estados Unidos en 2007.

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