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Bélgica hace otro ajuste para cumplir el objetivo

Las nuevas medidas suponen un recorte de 1.820 millones de euros más

El Gobierno belga llegará a la reunión del Eurogrupo con los deberes hechos, aunque sea a última hora. Tras varios días de negociación, el Ejecutivo de Elio Di Rupo presentó ayer un nuevo plan de ajuste para compensar la desviación del objetivo presupuestario en 2011 y el impacto de la nueva recesión en los ingresos. Todo por bajar este año el déficit del 3% del PIB, como está comprometido con Bruselas.

Según las cuentas del Gobierno belga, las nuevas medidas permitirán un ajuste adicional de 1.820 millones de euros sobre el ya previsto en los presupuestos, valorado en 11.300 millones. Además, se hará una reserva de otros 650 millones, pensada para contrarrestar un deterioro presupuestario mayor de lo esperado. “El Gobierno quiere proteger a la población y a las empresas de la especulación y de una degradación de las condiciones de vida en nuestro país”, explicó Di Rupo en conferencia de prensa.

La deuda pública belga ha estado entre las más castigadas en el mercado secundario por la debilidad institucional —no pudo formarse gobierno durante más de un año por falta de acuerdo político—, que retrasaba la respuesta al doble desafío del déficit y la falta de crecimiento.

Bélgica se desvió del déficit comprometido con Bruselas para el año pasado (cerró con un saldo negativo del 3,8% frente al 3,6% previsto). Ante la falta de respuesta política, la Comisión Europea le abrió en otoño un expediente por déficit excesivo, al considerar que no había medidas suficientes para reducirlo por debajo del 3% en 2012. El procedimiento se abrió también a Holanda, Chipre, Malta, Polonia y Hungría. Todos los gobiernos notificaron las medidas para remediar la situación, excepto Hungría, cuyos fondos de cohesión podrían llegar a ser cancelados a partir del 1 de enero de 2013 si no actúa a tiempo para corregir su nivel de déficit.

Como en España, la recesión hace mucho más difícil ajustar el presupuesto en Bélgica y Holanda. Pero, a diferencia de España, estos dos países afrontan el último año en la senda de ajuste comprometida para bajar del 3%. Y ambos gobiernos han anunciado que harán todo lo posible por lograrlo, aunque Holanda, con un déficit (4,6%) y una recesión mayor, lo tiene mucho más difícil.

Del nuevo plan de ajuste, Di Rupo destacó que su Gobierno haya optado por un aumento moderado de los impuestos al tabaco por razones de salud pública y por controlar los precios de la energía que cada vez planteaban más dificultades a los ciudadanos, en lugar de por subir el IVA o reducir el salario mínimo, las pensiones o las asignaciones familiares como se ha hecho en otras partes de Europa. El Gobierno belga defendió que la manera de lograr este ahorro adicional, sobre todo a través de recortes en el gasto de su propio funcionamiento, es “justa y equilibrada” y protege el poder adquisitivo de los ciudadanos y la competitividad de las empresas.

El Ejecutivo belga anunció que seguirá la aplicación de los ajustes presupuestarios acordados de manera semanal y que realizará una revisión del proceso en julio.

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