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MUNICIPIOS EN RUINA

Los 240 vecinos más endeudados de España

Peleas de Abajo (Zamora) tiene en proporción un 'agujero' casi 10 veces mayor que Madrid El pueblo necesitaría 500 años para saldar sus deudas con los acreedores "Ha habido derroche y descontrol sin medida", dice el encargado del bar

Entrada al pueblo zamorano de Peleas de Abajo.
Entrada al pueblo zamorano de Peleas de Abajo.EL PAÍS

Estamos en la ruina. Solo falta que nos quedemos sin la iglesia y que nos excomulguen", se lamenta Mariano Ferrera, vecino de Peleas de Abajo desde hace 60 años. Sus manos cuarteadas delatan el tiempo dedicado a la labranza. "Este pueblo ha trabajado tanto para que ahora se nos conozca como el municipio más endeudado de España", se queja. De los 8.115 consistorios existentes, este municipio es proporcionalmente el que tiene una mayor agujero. Para solventar la deuda de casi 4,5 millones de euros, cada peleíno debería abonar de su bolsillo 18.700 euros.

Este pueblo, a 24 kilómetros de Zamora, necesitaría 500 años para saldar sus cuentas con bancos, acreedores, proveedores, la Seguridad Social y Hacienda, según el actual alcalde, el independiente Félix Roncero. En Peleas de Abajo, los bienes públicos "están embargados"; los únicos inmuebles que resisten son un centro médico, el bar, el pequeño centro cultural, el Ayuntamiento y la polémica residencia de ancianos Nuestra Señora del Cueto, que ha generado gran parte de la deuda.

El Ayuntamiento de Madrid registra una deuda de 6.819 millones de euros, la más elevada de toda España. Esto supone que cada madrileño debería abonar 2.088 euros para sanear las arcas municipales. En comparación con los madrileños, los 240 peleínos tienen un déficit 10 veces mayor.

¿Cómo ha llegado Peleas a esta situación caótica? "El derroche y el descontrol sin medida", sentencia Ramón Guerras, encargado del único bar de la localidad. "Hace algún tiempo, aquí se nos conocía como el pueblo de la tierra del vino y la gente de fuera nos visitaba", comenta otro paisano sentado en la barra mientras bebe un carajillo. "Ahora solo nos queda la mala fama de no tener ni para una barrica", agrega. Hoy es difícil encontrar alguna viña en los alrededores de la localidad. Solo prolifera la producción lechera, el cultivo de cereales y la pesadumbre que sobrevuela este puñado de casas.

Algunos peleínos prefieren quedarse al margen de la polémica a pesar de estar el pueblo en una situación desastrosa, según Lorenzo Rivera, tesorero de Peleas. Otros no saben, no contestan. Otros responden: "Mientras a mí no me molesten, que se apañen entre el actual alcalde, Félix, y el anterior, Marcelo Jurado". Sin embargo, algunos vecinos más osados, como Yolanda Paredes, recepcionista de la residencia de la tercera edad, no duda en opinar y apunta al antiguo regidor como el causante de la mala situación por la que atraviesa la comunidad. "Es una vergüenza. Ya no viene por aquí porque en el último pleno se fue abucheado, nos ha dejado en la ruina", se enfada Yolanda.

El exalcalde Jurado se defiende. "Todo es mentira y lo voy a demostrar con papeles oficiales", afirma con tono jactancioso, recostado en la silla, con un gin-tonic en la mano, en un asador a las afueras de Tordesillas (Valladolid).

Cada habitante de Peleas de Abajo debería pagar de su bolsillo 18.700 euros para saldar la agobiante deuda

Jurado rebate las acusaciones vertidas sobre él con varias sentencias que supuestamente fallan a su favor. Una de ellas es la del Tribunal de Cuentas de marzo de 2010, en donde consta que las cuentas del Ayuntamiento están saneadas hasta esa fecha. Sin embargo, siete meses más tarde, en una sesión ordinaria del Consistorio celebrada en octubre de 2010, se reconocía tanto por la Corporación como por la secretaria interventora, Montserrat Linares Barcia, una serie de facturas sin pagar. Desde los 300.000 euros (45 millones de las antiguas pesetas) sin contar intereses, que solicitó la municipalidad de Peleas de Abajo a Caja España para construir la residencia de ancianos hace 25 años, pasando por la Seguridad Social (unos 551.869 euros), con otros acreedores (519.810), Caja Zamora (40.000 euros), una posible sanción por importe de 60.000 euros por no pagar a Hacienda y los costes judiciales por las denuncias que arrastra la municipalidad por impagos. "Gastar, gastar, gastar y ser ampuloso. Así era Marcelo. Y ahora somos un pueblo amordazado por una deuda astronómica", se queja Luis Delgado, uno de los 21 jubilados alojados en la residencia.

El actual alcalde, Félix Roncero, dueño de una granja con 300 vacas, forma parte del partido independiente El Pueblo para el Pueblo. Asumió la alcaldía después de 32 años de gobierno local dominado por el Partido Popular, encarnado en Josefa Rodríguez, conocida como Pepita, y su hijo, Marcelo Jurado.

A este último, su partido le ha abierto un expediente disciplinario. El presidente del PP de Zamora, Fernando Martínez Maíllo ha declarado que Jurado "está suspendido cautelarmente de militancia porque todavía no ha explicado de forma conveniente el alto endeudamiento del municipio". Además, Fernández Maíllo tacha la conducta del exregidor de "irresponsable" y de hacer "una gestión irregular que ha llevado al pueblo a la inviabilidad". Cuando se le pregunta a Jurado por el asunto, entorna los ojos detrás de sus gafas grises Hugo Boss y niega haber recibido ninguna notificación por escrito. "De todas formas, si me llaman, no voy a ir; lo que debe hacer mi partido es defender a sus militantes como yo".

La concejala Victoriana Velasco admite: "No tenemos ni para calentar la alcaldía, solo nos da para dos estufas". Para recortar gastos, el Ayuntamiento ha tenido que poner en marcha una serie de medidas para ajustar su escueto presupuesto de 80.000 euros. "Aquí estamos como los griegos: recortando de todos los lados", ironiza Roncero en su despacho. Una de las primeras consecuencias de la deuda ha sido la reducción de los sueldos de los empleados, las dietas por asistencia a plenos y los teléfonos móviles a cargo de las arcas municipales, y la subida de tasas como las de recogida de basuras, agua y el cementerio. "Aquí, cuando uno pasa a mejor vida, decimos que se ha ido sin pagar", afirma Rivera entre risas.

Santiago Garrote, representante de la mancomunidad en la que está integrada Peleas de Abajo, explica: "Estamos gestionando con los bancos y los acreedores una condonación del 80% de la deuda". Según los datos manejados por el Consistorio, si estos accedieran a las peticiones del Ayuntamiento, podrían asumir el 20% o más de la deuda siempre que la residencia de ancianos estuviera totalmente ocupada. "Tiene capacidad para 120 personas, pero solo hay 29", se lamenta Begoña Román, enfermera de la residencia.

Sin duda, Peleas tendrá en los próximos meses que hacer honor a su nombre si quiere seguir en pie y no ser absorbida por Corrales, el pueblo vecino. "Aquí no queremos depender de nadie. Somos peleones hasta el final", se enorgullece el alcalde, Roncero.

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