Repsol y Pemex firman la paz con una alianza estratégica por 10 años

Repsol YPF y la compañía estatal mexicana Pemex, que controla un 9,45% del capital de la petrolera española, firmaron ayer la paz. No lo hicieron de forma retórica. Lo hicieron ante la ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y se comprometieron a mantenerla al menos durante 10 años.

La partida se ha decantado del lado del presidente de Repsol YPF, Antonio Brufau, que ha brindado a Pemex una salida digna. A cambio de la calma, del apoyo al plan estratégico de la compañía - y a su dirección- se compromete a estudiar con el socio mexicano una alianza industrial en el negocio de exploración y gas (upstream y GNL) en América y de refino y distribución (downstream) en España y Portugal. Pemex, durante 10 años ni superará el 10% del capital de Repsol YPF ni venderá por debajo del 5%.

El acuerdo pasa página definitivamente al episodio de enfrentamientos que desató en agosto de 2011 la alianza de Pemex con el grupo Sacyr -entonces presidido por Luis del Rivero- para socavar la posición del presidente de Repsol YPF, Antonio Brufau, sindicando sus acciones hasta rozar el 20% del capital de la petrolera (10% Sacyr y 9,45% la mexicana).

Pemex, que durante 20 años fue un socio cómodo y silente para Repsol, no ha podido mantener posiciones de fuerza. Del Rivero, que inició el asalto a Repsol, fue descabalgado por sus socios en Sacyr. El grupo constructor se vio obligado a vender un 5% de su paquete en la petrolera (la mitad de su participación) a la propia Repsol YPF para refinanciarse y Pemex, controlada por el Estado mexicano, se vio obligada a dar muchas explicaciones en su propio país por desatar una guerra de desenlace incierto.

La comunicación a la CNMV supone el sellado de un pacto, por escrito, al que, por parte de Pemex, le queda un fleco: escenificar de alguna forma la rotura del acuerdo que firmó con el antiguo equipo de Sacyr y que, teóricamente, sigue en vigor, con todas las cláusulas de indemnización por ruptura activas.

El acuerdo es un buen comienzo, pero no es completo

Luis de Guindos

Pero ni dos ni tres chocan si no hay voluntad de choque. Ni Sacyr, ni Pemex ni Repsol YPF quieren enfrentamientos en este momento. Comienza otra etapa. Para Repsol YPF y Pemex, la de la colaboración. Con el compromiso rubricado ayer, la petrolera española se convierte en socio preferente de Pemex, algo más que interesante en el caso de que México modifique su legislación para facilitar las operaciones de compañías del exterior en el país.

La nueva posición de aliados se manifestó con el lenguaje propio de los acuerdos muy trabajados por los departamentos jurídicos. El compromiso de Repsol YPF y Pemex, explicaron a la CNMV, es el de asentar la nueva alianza sobre principios de "reciprocidad, beneficio y colaboración mutuos, con vocación de largo plazo y no exclusividad". Y con Pemex contando con Repsol "en la evaluación y promoción de oportunidades de negocio dentro del marco constitucional y legal del sector de hidrocarburos en México".

Para seguir y concretar la alianza recién firmada, se crearán dos comités paritarios, uno para cada área en la que se buscarán negocios conjuntos (upstream y downstream). Las comisiones tendrán funciones consultivas e informativas.

Además, el consejo de administración de Repsol aprobó proponer a la junta de accionistas la eliminación, dentro de los estatutos sociales, de la limitación al número máximo de derecho de voto que puede emitir un mismo accionista. Fin de los blindajes. Pemex, en un comunicado, reconoció que el acuerdo con Repsol YPF es resultado de la sesión del consejo del 6 de enero que "acordó normalizar las relaciones con Repsol y buscar establecer acuerdos de colaboración de largo plazo". La compañía mexicana decidió también sustituir a su representante en el consejo de Repsol YPF, José Manuel Carrera -designado por el director general José Manuel Suárez Coppel- por Marco Antonio de la Peña Sánchez.