"Que nadie vea la crisis como un coladero para no devolver ayudas"

El consejero de Industria, Bernabé Unda, considera a su departamento "un agitador" de las empresas y del mercado, en la actual coyuntura de recesión. Su propuesta pasa por ayudar a las sociedades a resistir y luego a competir a base de innovar e internacionalizarse. Con todo, también avisa a las empresas de que las ayudas con dinero público han de tener retorno.

Pregunta. ¿Tiene referencias en su vida profesional de alguna crisis como ésta?

Respuesta. Vengo de la construcción naval, un sector cíclico, y la crisis del 94 fue tremenda, asociada además a la crisis del sector siderúrgico. Así que sí he asistido a situaciones muy complicadas, con agujeros tremendos en la cartera de pedidos y con desplomes del mercado.

"En la actual situación hay muchas empresas desesperadas"

"No creemos en la filosofía empresarial de crecer por crecer"

P. Sigamos con el símil naval. ¿Le da la impresión de que las empresas están a merced de la tormenta, a la deriva?

R. No. Nuestra industria no tiene nada de singobierno. Las empresas industriales y los comercios son unos auténticos activos y están organizadas. Nosotros propiciamos estabilidad cuando el terreno se vuelve complicado, y somos los que hacemos políticas para activar el mercado. Es decir, somos los agitadores de la actividad cuando llega la crisis, pero el trabajo lo hacen ellos.

P. ¿Quiénes van a sobrevivir a esta situación?

R. Las empresas que se hayan reestructurado, las que hagan planes de competitividad y un buen trabajo de internacionalización y las que mejoren sus programas de calidad e innovación.

P. ¿El dinero público va a llegar para todo el que lo solicite?

R. No vamos a ayudar a quien no quiera ayudarse. Y ésas van a tener problemas.

P. ¿Qué quiere decir con no ayudarse?

R. En la actual situación hay muchas empresas que se hallan desesperadas. No ayudarse es no poner de su parte esfuerzo, inversión, riesgo. El que viene con un proyecto se va con la ayuda mucho antes. El que viene y dice "a ver qué me hacéis", pues ése tiene dos problemas: el suyo y el de que no vamos a dar por dar. El dinero público tiene que rentabilizarse.

P. ¿Ha pasado lo contrario? ¿Se han dado ayudas que no han vuelto al Gobierno?

R. Le diré que no queremos volver a encontrarnos con empresas a las que después de prestar mucha ayuda el dinero público no retorna. También estoy aquí para que eso no suceda. No es admisible que una empresa venda y que las plusvalías que el dinero público ha ayudado a crear no retorne. No se puede ver la crisis como una especie de coladero para no devolver las ayudas.

P. ¿Piensa en alguna empresa en concreto?

R. Estoy mandando un recado.

P. En el caso contrario de empresa a la que se ayuda y luego aprueba un expediente de regulación se encuentra Pastguren.

R. Estamos trabajando para buscar una solución con ellos.

P. Al conceder ayudas ¿exigen contrapartidas como inversiones privadas o que no se pierda empleo?

R. Buscamos que genere inversión privada y reactivación del mercado. No hemos puesto la contrapartida del empleo. El empleo ha de ser estudiado en términos más generales para lograr una mayor flexibilidad del mercado.

P. Hablar de flexibilidad siempre se asocia a la pérdida de derechos.

R. En Alemania ya se aplica la flexibilidad pagada a medias. La caída de su PIB fue mayor, pero su nivel de desempleo es menor. Creo que hay que debatir abiertamente sobre las respuestas que se dan a situaciones como ésta. El todo o nada genera desempleo, es un hecho. Un camino es el del grupo Mondragón. Mantiene el empleo a base de reducir tiempo de trabajo. No se pierden derechos; quizás se retocan, pero por ambas partes. Son medidas positivas sociales y, sobre todo, inteligentes.

P. Han diseñado un presupuesto muy volcado en la I+D+i y en la internacionalización. ¿Cómo se puede evaluar la efectividad de todas esas inversiones?

R. La evaluación tiene diferentes caminos, pero la fundamental es el contraste con el mercado. Y eso es lo que pretendemos que pase ahora: activar la colaboración público privada para que cada empresa sea más competitiva.

P. Están apoyándose en los clúster para empujar la innovación, cuando son estructuras que fueron diseñadas en los noventa. ¿No cree que necesitan interrelacionarse, salir de Euskadi?

R. El primer gran acuerdo de esa relación público-privada ha sido con Repsol para crear una red de recarga de coches electricos. No hay que reinventar la rueda permanente, y sobre todo si funciona y está ágil y entrenada. Lo que hay que hacer es que se mueva, que se agite.

P. ¿Van a incentivar que las empresas ganen dimensión?

R. Si tienen un proyecto detrás y razones que lo justifiquen, como acceso a la tecnología o internacionalización, lo apoyaremos, pero no creemos en la filosofía de crecer por crecer.