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Berlín aprueba el fondo de rescate sin garantías de respaldo en el Parlamento

Merkel cuenta con el apoyo de la oposición pero duda del voto de sus diputados

El Consejo de Ministros aprobó ayer en Berlín el aumento de la participación alemana en el Fondo Europeo de Estabilización Económica. Es el primer paso para que Alemania ratifique la reforma de dicho fondo, acordada el pasado 21 de julio en la cumbre extraordinaria de Bruselas por los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Monetaria. Con la aprobación por parte del Ejecutivo de centro-derecha que preside la democristiana Angela Merkel (CDU), el proyecto de ley pasa ahora al Parlamento federal (Bundestag). Tiene cuatro semanas para estudiarla antes de someterla a votación a finales de septiembre.

Si llega a aprobarse en los países del euro, el fondo de estabilización contará con una capacidad de 440.000 millones de euros con los que ayudar a los Estados en apuros. Para alcanzar esa cantidad, los socios ampliarán las garantías estatales al fondo hasta un total de 780.000 millones de euros. Alemania, primera economía de Europa, aportará 211.000 millones de esos avales. Es el 27% del total, casi el doble de los avales que actualmente aporta Berlín (123.000 millones).

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Como hasta ahora, el fondo podrá conceder créditos a los países afectados por la crisis. Adquirirá, además, la potestad de comprar deuda soberana cuando surjan problemas de deuda como los sufridos recientemente por Italia y España. Los intereses que ambos países pagan por sus créditos se han moderado desde la intervención del Banco Central Europeo (BCE), a principios de agosto. El BCE ha invertido desde entonces más de 40.000 millones en comprar deuda soberana, sobre todo española e italiana.

Ayer en Berlín, el ministro federal de Hacienda, Wolfgang Schäuble (CDU), dijo que Alemania demuestra su disposición "a asegurar la estabilidad del euro con una contundente paleta de instrumentos" financieros. Advirtió Schäuble, no obstante, sobre las condiciones que tendrán que cumplir los países que aspiren a recibir ayudas europeas. Solo se concederán al que presente "un programa de reformas" y solo en los casos de "amenaza para la estabilidad de la Eurozona".

El Bundestag está de vacaciones hasta la semana que viene. El pleno no ha debatido aún la aprobación de la nueva ley que posibilitará la participación alemana en el rescate. Cunden, sin embargo, las dudas sobre si Merkel logrará la mayoría necesaria. Si no obtiene 311 de los 620 votos parlamentarios, la autoridad de Merkel se verá socavada. La coalición entre su CDU y el partido liberal FDP suma 330 diputados en la Cámara baja. En las últimas semanas se ha especulado con insistencia sobre la posibilidad de que hasta 23 de ellos se opongan a la ley que ayer aprobó el Ejecutivo.

Si bien tanto los socialdemócratas del SPD como Los Verdes han dado señales de que ellos sí apoyan la ampliación del fondo, tener que recurrir a la oposición para aprobar una de las leyes clave del curso político supondría un grave revés para un Gobierno que lleva meses hundido en los índices de popularidad. Además, el Tribunal Constitucional alemán se va a pronunciar el próximo día 7 sobre la constitucionalidad del fondo de estabilización. Se espera una sentencia positiva, pero también es probable que el TC inste a reforzar el control del Bundestag sobre el destino de los fondos que aporte Alemania.

Este es el punto más controvertido del proyecto aprobado ayer por el Gobierno. El presidente del SPD, Sigmar Gabriel, dijo ayer que su partido apoyará la ley "en interés de la economía exportadora alemana". Pidió que también el sector financiero participe en los costos de los rescates.

El jefe del grupo parlamentario verde, Jürgen Trittin, ofreció "un pacto conjunto para asegurar los derechos del Bundestag". El líder de los democristianos (CDU/CSU), Volker Kauder, advirtió ayer a sus diputados de que la votación "no es la típica cuestión de conciencia", y les pidió que "voten en bloque" para aprobar la nueva ley.

Merkel se dirige a la reunión del Gobierno, ayer en Berlín.
Merkel se dirige a la reunión del Gobierno, ayer en Berlín.S. GALLUP (GETTY)

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