Mas y Duran chocan por el impuesto de sucesiones
Convergència i Unió (CiU) vivió ayer su primera fricción de peso al frente del Gobierno catalán a propósito de la supresión del impuesto de sucesiones y donaciones. El presidente de la Generalitat y líder de Convergència, Artur Mas, hizo bandera durante la campaña electoral con la desaparición total de la tasa, pero su estrecho colaborador y secretario del Gobierno, Germà Gordó, anunció el domingo que las herencias de tercer grado (tíos y sobrinos) seguirán tributando.
La decisión desairó a Unió. Su líder, Josep Antoni Duran, avanzó hace 10 días que el gravamen se eliminaría por completo antes de las elecciones del 22 de mayo. El consejero de Agricultura, Josep Maria Pelegrí (Unió), dijo desconocer el plan de Gordó, y exigió cumplir el programa. Tras el revuelo, Mas reiteró anoche que sería fiel a su promesa de que los catalanes reciban un trato fiscal "igual o mejor" que valencianos y madrileños. Mientras, Economía elabora la reforma avanzada por Gordó.