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Se busca interlocutor en Michigan

La primera misión que se han propuesto los comités formados por los sindicatos y la administración andaluza y española para abordar la crisis de Delphi es encontrar a un interlocutor de la compañía en su sede en Troy (Michigan) que aclare antes de nada sus verdaderas intenciones. Tanto los sindicalistas como el propio consejero andaluz de Trabajo, Antonio Fernández, indicaron ayer que la principal dificultad del conflicto es esa: "No sabemos a quién tenemos que dirigirnos. No sabemos quién tomó la decisión de cerrar. Tenemos una carta a los trabajadores, que dice que se va a cerrar la empresa pero que no concreta ni la fecha".

La actividad de Delphi, que está distribuida por 39 países y cuenta con más de 180.000 trabajadores, está sujeta a un procedimiento judicial en EE UU, tras la suspensión de pagos presentada en octubre de 2005. Tras un acuerdo inicial con General Motors, Delphi trasladó al Tribunal de la Quiebra una solicitud para revocar el convenio colectivo y la suspensión de "contratos no rentables" que mantiene con su antigua matriz en EE UU, es decir, la posibilidad de liberar a la empresa de los compromisos laborales e industriales para reducir sus actividades. Este plan se trasladó a Europa el pasado marzo.

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