_
_
_
_
_
Entrevista:FRANZ FISCHLER | Comisario de Agricultura de la UE

"La reforma que proponemos es un buen negocio para España"

Franz Fischler, el hombre que gestiona desde la Comisión Europea la Política Agrícola Común (PAC), se dispone a presentar hoy una nueva propuesta de reforma que, según asegura, "supone un buen negocio para España". Una vez rechazada su primera proposición de julio, Fischler propone ahora iniciar los cambios más tarde, en 2006, y recortar entre el 12,5% y el 19% las ayudas según el tamaño de las explotaciones en 2012, y mantiene la filosofía fundamental de desvincular las ayudas de la producción para fomentar el desarrollo rural y la calidad alimentaria.

Pregunta. ¿Tiene sentido todavía hoy que casi la mitad del presupuesto de la UE se dedique a subsidiar el campo?

Respuesta. Soy de la opinión de que también en el futuro habrá que fomentar la agricultura. La cuestión no es si tenemos que hacerlo, sino cómo, de ahí que haya que acometer algunos cambios. Respecto al volumen presupuestario, hay que tener en cuenta que la agricultura sólo se fomenta a nivel europeo, mientras que otros sectores económicos reciben ayudas nacionales. Si se quiere juzgar de forma objetiva hay que sumar ambos gastos, de modo que a la hora de comparar los gastos en agricultura tan sólo alcanza un 2%.

"Los ahorros de los recortes no irán a los ministros de Finanzas, se quedan en el sector"
Más información
La Comisión propone una reducción de las ayudas agrícolas directas de hasta el 19%
España obtiene el apoyo de nueve miembros en su ofensiva contra la reforma de la PAC

P. ¿Cómo se va a garantizar una mejor seguridad alimentaria, que es lo que realmente importa, según las encuestas, al ciudadano europeo?

R. La seguridad alimentaria es un objetivo prioritario para nosotros y se tiene que alcanzar mediante normas y leyes. Pero también la PAC como tal puede brindar una oportunidad importante. Queremos abrir nuevas posibilidades para mejorar la calidad. Cuando alguien es capaz de ofrecer una alta calidad, nosotros le adjudicamos ayudas suplementarias, y si un agricultor no se atiene a lo pactado obtiene una disminución sustancial de su ayuda. Eso ayudará a reducir riesgos alimentarios. Si conseguimos que un agricultor tenga menos animales, con un reparto más equitativo, eso resta presión para producir cada vez más, lo que también reduce el riesgo.

P. Organizaciones como Oxfam, que defienden a los países pobres, piden eliminar totalmente los subsidios agrícolas que favorecen el dumping en la exportación.

R. Mediante nuestra reforma, los pagos directos se convierten en un sistema que, según la OMC, no distorsiona la libre competencia. Nuestra reforma en el sector lácteo tiene en cuenta los reproches que nos han hecho en el pasado de que habíamos creado un dumping en la exportación a la mantequilla, lo que ya no es posible. Lo que no se regula es el mercado del azúcar. Habrá una reforma posterior.

P. Pero da la impresión de que están ustedes más preocupados por dar una respuesta a la política americana que por facilitar el comercio a los países pobres.

R. Los americanos pusieron sobre el tapete propuestas que dejan indemne a su política y tan sólo piden sacrificios a los otros socios de la OMC. Con nuestras propuestas todo el mundo se sacrifica. También los americanos. Nuestro objetivo es una mayor liberalización del comercio, mientras que los americanos han hecho todo lo contrario: más ayudas para distorsionar la competencia. Si mantenemos nuestras reformas, obtendremos más fuerza para negociar.

P. Según ese panorama que usted describe, lo lógico sería que la UE denunciara la política agrícola de Estados Unidos ante la OMC.

R. Está claro que EE UU ha emprendido el mal camino, pero no tenemos argumento suficiente en la mano para denunciarle porque ha establecido tantos márgenes de maniobra en la Ronda Uruguay que pueden tomar medidas que distorsionen el libre comercio sin constituir una infracción. Quizá en el futuro podamos hacerlo, cuando se vean las ayudas.

P. Si usted propone un recorte de ayudas hay gran escándalo, pero en Francia y Alemania pactaron un severo recorte y todo el mundo pareció quedar contento.

R. Esto me da la oportunidad de aclarar que se está hablando de una sola cara de la moneda. En todo caso, los ahorros que se van a hacer con los recortes no se irán a las arcas de los ministros de Finanzas, sino que se quedan en el sector agrícola, incluso está previsto que países como España contribuyan menos en el futuro de lo que al final van a obtener. A nivel neto, es un buen negocio para España.

P. ¿Por qué?

R. Cuando el sistema esté a pleno funcionamiento, el 6% de los pagos directos se va a retener y se va redistribuir en desarrollo rural. El reparto de este dinero no se rige por la misma clave, sino que habrá criterios objetivos, como la extensión, el empleo, la situación económica del país, el significado del sector agropecuario, etcétera, lo que significa que para España se retiene menos dinero de lo que fluye después hacia el país. España tiene menos cultivo intensivo; eso también le beneficia con la reforma.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_