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CONFLICTO

Iberia adelanta su plan de reducción de costes ante la huelga de pilotos

La compañía dejará de ingresar más de 30.000 millones y abandona sus planes de crecimiento

La huelga de pilotos, prevista para 10 días en pleno verano, de los que el martes pasado se realizó el primero, 'ha precipitado', según los dirigentes de la compañía, el cambio de estrategia, quebrando la política de crecimiento. Según ha manifestado el consejero delegado, Ángel Mullor, los últimos años Iberia ha centrado su gestión en crecer por encima de sus competidores. Ha invertido 'a futuro', abriendo nuevas líneas de largo radio e incrementando la producción 'y ha sido una política que ha funcionado bien', ha dicho Mullor. Pero el conflicto con los pilotos y la caída de la demanda han quebrado esa política.

La compañía, según su consejero delegado, ha decidido afrontar la próxima temporada -la de invierno, que comienza en noviembre- con un recorte de la producción. Hará 35.000 horas de vuelo menos, es decir, un 7,6% por debajo de las actuales, y contará también con menos aviones de los previstos. De momento, Iberia ya ha decidido retrasar la recepción de uno de los Airbus 340 que tiene encargados, con los que realiza vuelos de largo recorrido, y está planteándose nuevos retrasos. Igualmente, pretende acelerar la devolución de los aviones que tiene alquilados con tripulaciones (wet lease) de manera que, de los seis que tiene de Air Europa, en la próxima temporada, esté operando sólo uno de ellos.

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La nueva estrategia afecta también a las contrataciones. La compañía ha paralizado 'absolutamente' la de nuevos pilotos -en los últimos cinco años ha contratado a 350- y reducirá la de los tripulantes técnicos de cabina (auxiliares de vuelo). También cerrará algunas líneas de largo radio, aún por definir. Precisamente, el largo recorrido ha sido uno de los ejes del plan director de Iberia hasta 2003. Siguiendo esa política, ha abierto nuevos destinos, como Barcelona-Nueva York y Madrid-Johannesburgo, y ha unido, sin escalas, Madrid con varias capitales de América Latina.

Ángel Mullor reconoce que la caída de la demanda obligaba a tomar medidas de reducción de la producción, pero manifiesta que la huelga de pilotos 'ha precipitado otras'. Por ejemplo, el cierre de algunas líneas de largo recorrido, que Iberia dice que habría mantenido si hubiera conseguido la colaboración de los pilotos. 'Si no conseguimos más productividad, no es aconsejable mantener este crecimiento', dice Mullor, 'porque el objetivo es que Iberia sea rentable'.

El SEPLA niega que la reducción de producción se deba a la huelga, y lo achaca a la caída de la demanda. El mercado del Atlántico Norte se resiente desde principios de año y, aunque hasta abril Iberia cumplía sobradamente con las previsiones, en mayo perdió cuatro puntos de mercado, cuando la media en el sector fue de dos puntos.

El SEPLA añade que no entiende que la compañía nos les haya llamado a negociar después de la huelga del día 18. 'No sabemos por qué Iberia no quiere firmar el convenio. Ha preferido la política de desprestigio de los pilotos a negociar en la mesa', dicen sus dirigentes.

Mullor ha repetido estos días que las peticiones salariales de los pilotos -el motivo de la huelga- acarrearían la quiebra de la compañía, motivo que niega el SEPLA. 'Suponen 4.000 millones de pesetas en una compañía que prevé beneficios de 110.000 millones en tres años', dice el SEPLA. Para Iberia, esos 4.000 millones serían asumibles el primer año, pero, al consolidar para años sucesivos, provocarían la vuelta a las pérdidas. El consejero delegado añade que la compañía tampoco aguanta 10 días de huelga en los meses más importantes del año. El primer día de paro se llevó a cabo el pasado día 19 y los siguientes están previstos los días 3, 10, 17 y 24 de julio y 6, 13, 20, 27 y 31 de agosto. Según Mullor, cada día de paro cuesta 1.400 millones de pesetas, pero el daño mayor se vive en la cancelación de reservas que se arrastra meses después del conflicto.

La posibilidad de que se consiguiese un acuerdo antes de que se lleve a cabo el próximo día de paro, apuntada el miércoles por Mullor, provocó ayer la recuperación de las acciones de Iberia, que subieron un 2,73%, hasta los 1,13 euros (188 pesetas). Pese a ello, las acciones, que debutaron en Bolsa el pasado 3 de abril, pierden un 5,04%.

Apoyo de la CEOE La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) hizo público ayer su total apoyo a la compañía en el conflicto que mantiene con el SEPLA. En un comunicado, acusa a este colectivo de ejercer su derecho a la huelga 'de manera abusiva al causar un daño desproporcionado que recae, no sólo en la compañía, sino que se extiende a amplios sectores de la economía española y al conjunto de la sociedad'. CEOE señala que la oferta realizada por Iberia es 'perfectamente razonable y asumible al contemplar la subida real del IPC y otros incentivos condicionados a la evolución de la productividad y los beneficios, como corresponde con una gestión que persigue la eficacia'.

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