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MWC
Columna
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Del esquivo señor Koum y otras costumbres raras del Mobile

Las mejores fiestas, la mayores siestas, el wi-fi que iba a ser gratis, los WC llenos (pero los de los tíos), ¿azafatas o directivas?, los que pagan las factura y los que salen en la foto...

Ramón Muñoz
Jan Koum durante el encuentro internacional de emprendedores 4 Years From Now.
Jan Koum durante el encuentro internacional de emprendedores 4 Years From Now. Toni Albir (EFE)

Jan Koum, el fundador de WhatsApp, debería desplazar para siempre a Ronaldo o a Messi como héroe infantil. Dudo que nadie le haya reconocido en los cortos paseos que dio en los tres días y medio que pasó en Barcelona. Ningún fans le ha atosigado para pedirle autógrafos ni le ha reclamado la atención salvo cuando le veía con un cartel muy grande detrás en el que ponia WhatsApp. Y hasta dudo que los rateros de las Ramblas se tropezaran con él para distraerle la cartera. Porque nadie diría a primera vista que este ucraniano con pinta de frecuentar un kebab se acabara de convertir en un multimillonario de la noche a la mañana. Y, como no podía ser de otra manera, ha sido el héroe y la foto de la feria. Recién aterrizado en la Ciudad Condal acababa de dejar sin servicio a 450 millones de terráqueos, provocando quién sabe cuántas rupturas de amantes que no pudieron llegar a la cita o cuántas noches de desenfreno de adolescentes con la excusa perfecta para no ser controlados por sus progenitores. El bueno de Koum se limitó a decir: "Son cosas que pasan". Y todos tan contentos, incluyendo la OCU y Facua. Acto seguido, anuló todas las entrevistas pactadas con los medios

Durante toda su estancia española no se quitó su uniforme de hombre corriente: chaquetilla de saldo, jersey gris de baratillo y vaqueros gastados (como recién salido de un Lefties). El físico tampoco le ayuda: calvillo, de rostro más vulgar que feo, sin ningún rasgo que siquiera le haga singular como a los feos ilustres, hablar titubeante y enclenque dialéctica, más bien parece un parroquiano de un kebab. Al menos Mark Zuckerberg, el dueño de Facebook que le ha hecho multimillonario, luce ricitos, mujer exótica y le han hecho una peli.

Con estos antecedentes, la fiesta de la feria en la que había que estar era la del cumpleaños de Koum, en el Boujis. Se sirvió ponche y pastel de diseño (8 textures de xocolata, el mejor postre del mundo en el 2001, e Insinuació de vainilla, frambuesas y bizcocho de cacao, según leo a la pastelera en La Vanguardia). Pero cuando la cosa se animó (imaginen a los chicos de Facebook descocándose y teniéndolo que contar todo por el Facebook por obligación profesional) se pasaron al Dom Perignon y aquello fue Sodoma versión beta. Deberían reflexionar los nacionalistas catalanes sobre la razón que lleva a los dirigentes del Barça y a los popes de la era digital a agraviar a la tierra del cava pasándose al champán. Al día siguiente, Koum llegó tarde a su cita oficial del MWC. El Príncipe le estuvo esperando media hora. Bueno, pero al menos le dio la mano porque hubo alguno que se la negó.

Para mortales y periodistas, quedaban las fiestas de los fabricantes de cacharritos. La más animada la de la china ZTE (hotel Hilton, pero el de Diagonal Mar), sicodelia azul y danzas varias. Hubo buena bebida en la de Samsung; papeo deconstruido de los Adriá en el Tickets (cortesía de la también china Huawei); Sony amenizó la suya con The Hives en el Teatre Principal de Barcelona, y la de Twitter en el MACBA, a la que no acudió ningún pájaro gordo de la empresa del gorjeo (el chiste es horroroso, me consta) .

Las fiestas más petardas eran las que de alguna manera estaban a cargo de la organización o las de los irritantes emprendedores y sus inventos del TBO digital. Estos chicos dan la impresión de que se pasan la vida jugando al futbolín y cruzándose fotos trucadas. Pero viven bien. Ah, sus fiestas recuerdan bastante a los guateques de los 60. La Mobile Premier Awards (sala Apolo), la Mobile Marketing Mixer Party 2014 (Fábrica Cervecería Moritz), la Wayra VIP Dinner & Party (Mobile World Centre), la Bubble Over Barcelona que organizaba TechCrunch, Wearable Wednesday Barcelona (Fira de Montjuïc), el Mobile Sunday 2014 y MLOVE MWC 2014 (café Ocaña Barcelona)

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Del Congreso, el lugar más concurrido por los ejecutivos fue el siestódromo, una cúpula plástica con confortables sillones blancos y chill-out relajante para los oídos. Igual de petados estaban los "green", espacios al aire libre y hierba artificial, donde los directivos se tomaban un refrigerio o un almuerzo breve no al alcance de cualquier bolsillo. Y es el menú económico del MWC, costaba 37 euros.

Los muñecotes de la feria fueron una vez más los peluches verdes de Android (patrocinados por Intel, eso sí, que Google no paga ni impuestos). Qué paciente era el que iba disfrazado con la camiseta del Barça, posando con todos los chinos y coreanos que le requerían ansiosamente para hacerse una foto. El mejor pabellón, el de Samsung, y entre los más horribles, el de España, con columnas de plástico emulando la bandera. A las fueras del recinto de Gran Vía, el mundo dejaba de ser móvil y digital. Frente a la entrada al recinto, diversos colectivos, como trabajadores de Movistar o Panrico recordaban, con pancartas, pitos y petardos, que la cuarta parte del país (ya sea España o Cataluña, porque en esto coinciden) está parada.

El Mobile sigue siendo un sitio de hombres. Lamentablemente, se cuentan más azafatas y personal auxiliar que directivas. Así que, como en las ferias de automóviles, es una de las pocas concentraciones en la que las colas están en los aseos de los hombres (no lo tomen con segundas). "El MWC sigue teniendo pendiente la visibilización de las mujeres directivas. A pesar de notables excepciones como este año Mitchell Baker, CEO de Mozilla, y algunas directivas más, en el MWC sigue habiendo mucho traje gris. En la presente edición de 34 ponentes del programa de Keynotes, solo 6 son mujeres. Desde diferentes ámbitos se están haciendo esfuerzos para sensibilizar a las jóvenes hacia las carreras tecnológicas, incluso acercando la tecnología ya en la infancia a través de juegos y juguetes. Pero hace falta conseguir una visibilidad en eventos tan relevantes como el MWC, dándose a conocer referentes que pueden motivar a otras mujeres a acercarse a la tecnología", comenta Toñi Herrero, cofundadora de Gadwoman.com , revista femenina de tecnología.

Los congresistas y asistentes  gozaban de wifi gratis en cada pabellón, pero casi siempre tenían trampa. Había que logarse en el sitio del patrocinador y ya se sabe. Lo que no había era enchufes para todos, al menos, el primer día. La conferencia más concurrida y casi la única que provocó aglomeraciones, la de Zuckerberg, para contar su aventura solidaria Internet.org.

La factura del Mobile nadie la sabe. Pero lo que cada vez se escucha más son las quejas de las telefónicas y los fabricantes. Son Telefónica, NTT Docomo, Samsung, Nokia, Ericsson... los que ponen la pasta pero los que se llevan la foto y los titulares son los Facebook, los WhatsApp... Es lo que tiene el gratis total que alguien siempre acaba pagando (incluyendo los viajes y estancia de los periodistas, muchos de ellos subvencionados por las marcas).

A la salida del Congreso, se reparten todo tipo panfletos, desde locales de pizza, compañías de pago o folletos independentistas como los que repartía Òmniun Cultural bajo el el título What's going on in Catalonia? Aunque el mejor panfleto es pasear por Barcelona. No hace falta ser Woody Allen y que te financie alguien para reconocer la insufrible belleza de los paseos por la ciudad de Gaudí.

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Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.

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