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Emprendedores

Bienvenidos a ‘Silicon Bali’, el hub tecnológico del sudeste asiático

Rodeado de un entorno idílico y una cultura milenaria, la isla indonesia se consolida como base estratégica empresarial e inspiracional

Vídeo: Olivia L. Bueno / Ana Sepúlveda

Inmensos arrozales, majestuosos templos, naturaleza salvaje y paisajes de película. Bali es un refugio para los amantes del yoga, uno de los paraísos más populares para practicar surf y el lugar elegido por Tripadvisor como mejor destino del mundo. Si a esto le añadimos una gran red de espacios de coworking y una conexión wifi que roza la perfección en prácticamente todo el territorio, parece lógico pensar que la isla de los dioses (así se conoce esta ínsula de Indonesia) se haya posicionado como el destino elegido por decenas de profesionales y startups innovadoras procedentes de todo el mundo que integran en su día a día la dinámica de remote working.

Es el sitio ideal para empresas cuya estructura permite a sus trabajadores desarrollar sus proyectos desde cualquier parte del planeta porque aúna calidad de vida y comunidad tecnológica. “Hay gente que podría tener sus startups tecnológicas en Silicon Valley, pero acabaron aquí por el modo de vida mucho más saludable, el yoga, las actividades deportivas o la naturaleza”, explica Aline Dahmen, fundadora de Nomad Soulmate. Destaca entre sus ventajas que “es asequible, no hace falta disponer de oficina, el wifi es muy bueno y hay muchos eventos”.

En ese aspecto, la vida en la isla es asumible para casi cualquier occidental: alquilar una casa en las principales ciudades ronda los 180 euros. Disponer de una moto está en torno a los 45 euros mensuales y puedes llenar el depósito por 2 euros. Comer en Bali, además de ser un placer, puede variar desde 1 euro por plato en un restaurante local, a los 5/8 euros en los más lujosos.

“Hay muchísimas startups que se están desarrollando en la localidad de Ubud impulsadas por nómadas digitales”, cuenta Nora Wendel, fundadora de The Photo Forest, la primera comunidad internacional de fotografía de stock, donde los miembros pueden pedir fotos específicas. “Hace seis meses decidí trasladarme a Bali. Sentí una conexión inmediata con los profesionales, que tenían líneas de pensamiento similares a las mías y con los que pude conectar y compartir mi proyecto. Me gusta la diversidad emprendedora que se respira aquí y los coworking disponibles”.

Esto es lo que ven los emprendedores afincados el coworking de Outpost, en Ubud, al salir de la oficina.
Esto es lo que ven los emprendedores afincados el coworking de Outpost, en Ubud, al salir de la oficina.

Un buen ejemplo sería Hubud Bali, el primer espacio de coworking instalado en el territorio, en 2013. “He vivido en San Francisco, Tokio, Londres y Singapur durante 27 años. Son ciudades caras para vivir y trabajar. Aquí, en cambio, se trabaja en un ambiente increíble, es fácil moverte por la ciudad, y comer bien y sano es muy económico. El precio de la vida en Bali es muy asequible”. Así lo explica Chris Thompson, cofundador y director del citado espacio, que además de coworking es coliving (está preparado para que los usuarios residan en las instalaciones).

También ha evolucionado el perfil profesional que decide emprender o continuar definiendo su empresa en este destino, como señala Steve Munroe, cofundador y CEO de Hubud Bali. “El este de Asia es uno de los lugares más excitantes y reclamados por los profesionales europeos y norteamericanos, entre otros. Porque les permite innovar, experimentar y en general les impulsa a iniciar proyectos que no podrían desarrollar en ningún otro lugar del mundo. Bali siempre ha sido sede de artistas, escritores, creativos que encuentran aquí su fuente de inspiración”.

La disruptiva entrada de la tecnología móvil en Bali ha supuesto un antes y un después a la hora de elegir la isla como posible base de trabajo. Hace unos años, gran parte de la población del país no disponía de cuenta bancaria. En 2015, la cifra se situaba en 60 millones de personas, de los 250 millones de habitantes que tiene Indonesia, según el informe anual del PT Bank Mandiri.

Gracias a la entrada de la tecnología móvil y a la facilidad y asequibilidad de los paquetes de datos, se ha agilizado el proceso de creación de cuentas bancarias electrónicas. “Esto significa que todo el mundo puede tener acceso a internet. La tecnología les ha dado la posibilidad de crearse a través de los datos una cuenta bancaria y empezar a comercializar”, explica Salvador Dauvergne, CEO y fundador de CinqLocal, que añade: “los americanos, australianos y europeos se están dando cuenta de eso y se están mudando a esta zona para sacarle partido a esta oportunidad, porque es fundamental”.

Él lo sabe bien. Empezó a viajar a Bali hace tres años atraído por el yoga. Llevaba 25 años dedicándose a la hostelería en California y decidió dejarlo para crear un nuevo proyecto que aunara la comida, la tecnología y las microdonaciones. Al principio, pensó en lanzar el proyecto en EE UU, pero el pasado noviembre se dio cuenta de que “lo mejor era hacerlo en el Sudeste Asiático”.

Escena de trabajo en el Dojo Bali en Canggu.
Escena de trabajo en el Dojo Bali en Canggu.

Así fue como él y parte de su equipo se mudaron a Bali, concretamente a Canggu para terminar de desarrollar CinqLocal, una aplicación que elimina la espera en cafeterías y restaurantes de comida rápida. Se hace el pedido antes de llegar, y según la localización, la app combina tu llegada al restaurante con la preparación del pedido para que lo tengas justo a tiempo. Además, parte de cada transferencia es donada para alimentar a las personas que lo necesiten. “Se trata de construir una mejor relación entre clientes y restaurantes, y en el proceso, hacer microdonaciones”, explica su fundador.

También están desarrollando en Indonesia Ootsi, una app que pretende empoderar a los cocineros amateurs de todo el mundo. “Cada persona que cocine algo especial en Indonesia o el Sudeste Asiático podrá ponerlo fácilmente en el mercado, y nosotros nos encargamos de facilitar la venta”, explica Salvador Dauvergne. “En muchos lugares del Sudeste Asiático, la gente ya está vendiendo su propia comida gracias a Facebook e Instagram. Queremos crear un lugar que facilite eso, además de generar pequeños ingresos para las familias”.

Uno de los atractivos más mencionados por los profesionales ubicados en Bali es la comunidad, algo fundamental entre los nómadas digitales y los trabajadores en remoto. “Una comunidad, para nosotros, es conocer gente que comparta tu modo de pensar, experiencias y filosofía de vida. Gente interesada en aprender y crecer aprendiendo de otros. Personas con las que compartir, a fin de cuentas, tanto la lucha como los triunfos”, explica Aline Dahmen, fundadora de Nomad Soulmate, un sitio web de citas para trabajadores en remoto o nómadas digitales.

Decidió que necesitaba poner en marcha su proyecto cuando se convirtió en nómada digital. Tenía problemas para encontrar a gente con un modo de vida parecido, y que tuvieran disponibilidad para viajar y trabajar desde cualquier parte. Por ahora, han creado una versión web de prueba en Bali y tienen un grupo de Facebook que conecta a más de 8.000 personas, aunque su objetivo es expandirse por todo el mundo.

Se les conoce como el Tinder de los nómadas digitales, pero su fundadora señala las diferencias conceptuales entre las dos aplicaciones. “Tinder se basa en algo completamente online. Yo quiero crear muchos más eventos offline. Crear una herramienta escalable y que una a la gente. Quiero unir los dos mundos, el online y el offline”, explica.

¿A quién no le gustaría que su oficina se pareciera a esta? Dojo Bali, en Canggu.
¿A quién no le gustaría que su oficina se pareciera a esta? Dojo Bali, en Canggu.

Para Nora Wendel, fundadora de The Photo Forest, la comunidad es un círculo muy cerrado de personas que ofrecen consejo y ayuda sin tener que solicitarlo. Fluye de manera natural: “Apoyo, comunidad y conexión. Son los tres valores que componen mi filosofía de trabajo y de vida. La razón por la que decidí arrancar The Photo Forest fue para poder formar una comunidad que compartiera mis tres principios y a través de la cual las personas pudieran sentirse realmente conectadas entre sí. En realidad, ellos mismos lo demandan. La gente quiere crear comunidad, quieren sentirse parte de algo más importante que ellos mismos. Quieren observar, aprender y ser vistos”.

Como reconoce Stuart Jones, co-fundador de Coworkation, agencia con sede en Bali y Barcelona, que organiza viajes inspiracionales con el objetivo de mejorar el crecimiento empresarial, “Ubud es una de las comunidades más importantes del momento y está creciendo exponencialmente el número de profesionales, especialmente quienes se encuentran en los momentos previos a la creación de su empresa, que eligen un diseño de oficina, por ejemplo, con vistas a grandes acantilados, espacios encima de los árboles, etc. Es decir, destinos que les inspiren en el futuro de su negocio”.

Dicen que todo el que llega a Bali anda buscando algo. Ya sea un cambio de rumbo en la trayectoria profesional, una infraestructura en constante desarrollo tecnológico, o un halo de misticismo que otorgue a las nuevas startups cierta energía que no se encuentra en Occidente. O quizás, inspiración para la creación de un nuevo proyecto empresarial. En cualquier caso, Indonesia acoge al nuevo hub tecnológico del Sudeste Asiático. Bienvenidos a Silicon Bali.

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