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Nieve, lluvias y cauces ocupados

La Confederación Hidrográfica del Ebro apunta a un cambio en las avenidas del Ebro "Son de menos caudal, pero más altura", sostiene el responsable de esta institución

Un agricultor cruza las aguas desbordadas del Ebro en Pradilla, cerca de Zaragoza.Foto: atlas | Vídeo: Atlas / AP
Manuel Planelles

La nieve que se derrite y las lluvias están detrás de la última avenida del Ebro, que lleva una semana desbocado. Así ocurrió también en 2003 y 2007, cuando se registraron riadas similares a las que han azotado ahora a cuatro comunidades autónomas.

"La causa son las precipitaciones de larga duración y con cierta intensidad, unidas a la fusión de la nieve y el deshielo. Los embalses tienen que poder almacenar el agua que proviene de la fusión de la nieve y, por tanto, también tienen que sacar agua de forma controlada al río", detalla Patricia Brufau, del Grupo de Hidráulica Computacional de la Universidad de Zaragoza.

Agricultura aportará 60 millones de euros en las ayudas del Ebro

La ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, ha anunciado este miércoles que su departamento aportará 60 millones de euros al Real Decreto que aprobará el Gobierno el próximo viernes para paliar e indemnizar los daños producidos por las inundaciones en el curso del río Ebro.

No obstante, ha insistido en que esos 60 millones no serán "la cifra definitiva", ya que que mientras no haya datos de "cómo ha quedado el río, no se sabrá todo lo que hay que indemnizar".

También ha avanzado que el Gobierno aprobará planes sobre el riesgo de inundaciones de los ríos a finales de año en el marco de la revisión de los planes hidrológicos.

"El río en condiciones de caudal bajo circula por su cauce y solo cuando recibe mucha agua sube su nivel y se extiende por sus orillas, que son las llamadas llanuras de inundación. La avenida no es un comportamiento extraño sino que es su comportamiento normal cada cierto tiempo", añade.

Pero hay un cambio en la forma en la que se está comportando el Ebro en estos episodios. Al menos, es a lo que apunta Xavier de Pedro, presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE): "Las avenidas son de menos caudal, pero el río alcanza más altura".

El caudal máximo de la avenida de 2003 a su paso por Zaragoza fue de 2.832,2 metros cúbicos por segundo. Y la altura máxima fue de 5,58 metros. En esta última riada, el caudal ha llegado en el mismo punto a los 2.610 metros cúbicos por segundo, pero, según los datos provisionales, ha subido hasta 6,1 metros, medio metro más que hace 12 años. "Este fenómeno se ha dado en todo el río", sostiene De Pedro.

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De Pedro achaca este cambio a la "proliferación de las islas de sedimento y al estrechamiento del cauce". También influyen las motas que se han acometido a lo largo del río para contenerlo y la acumulación de sedimentos en los fondos. Las islas surgen por la acumulación de tierra. "Luego se cubren de vegetación, que las fijan", dice el presidente de la CHE. "El uso de fertilizantes en la agricultura también influye", añade.

De Pedro sostiene que la normativa ambiental —una parte importante del río está protegida bajo la Red Natura 2000— hace complicada la limpieza de los cauces y la retirada de estas islas. "Nos piden muchos estudios, que son carísimos, para que nos concedan las declaraciones de impacto ambiental para hacer dragados", afirma De Pedro.

Para Ecologistas en Acción esta versión es "oportunista". "Los dragados, embalses y motas no son la solución" para evitar avenidas. "Es más bien un problema de ordenación del territorio y de la necesidad de aprender a convivir con las dinámicas naturales del río", afirma esta organización.

Según Patricia Brufau, los dragados suponen "solucionar el problema a corto plazo", ya que los sedimentos volverían a acumularse en el río. En su opinión, se podrían acometer "vertederos y conducciones que reconecten el río con una parte de su llanura de inundación histórica". Enrique Playán, investigador del área de Ciencias Agrarias del CSIC, fija su atención en la tendencia a abandonar las riberas del Ebro, lo que también provoca cambios en la vegetación e influye en el cauce.

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Sobre la firma

Manuel Planelles
Periodista especializado en información sobre cambio climático, medio ambiente y energía. Ha cubierto las negociaciones climáticas más importantes de los últimos años. Antes trabajó en la redacción de Andalucía de EL PAÍS y ejerció como corresponsal en Córdoba. Ha colaborado en otros medios como la Cadena Ser y 20 minutos.

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