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El Gobierno: “En occidente no sabemos mucho del ébola”

Rajoy defiende la gestión de la crisis y recuerda que en EE UU también hay un contagio

El Rey y Rajoy hoy en el desfile por la Fiesta Nacional.
El Rey y Rajoy hoy en el desfile por la Fiesta Nacional.ANDREA COMAS (REUTERS)

Mariano Rajoy no admite errores en la gestión de la crisis del ébola, aunque el relevo de la ministra de Sanidad, Ana Mato, como responsable política de la misma suponga una descalificación implícita. Y este domingo encontró una baza para reforzar su tesis de que todo se ha debido a un accidente desafortunado: el posible contagio de una sanitaria en Dallas (EE UU).

El presidente del Gobierno destacó este caso de posible contagio en el país más desarrollado del mundo durante una charla con periodistas en la recepción celebrada en el Palacio Real con motivo de la Fiesta Nacional. Y a continuación apostilló: “En Occidente no sabemos mucho del ébola”.

El Ejecutivo se agarra a un posible contagio similar al de la auxiliar de enfermería Teresa Romero para demostrar que España no es la excepción y que en todo “occidente” cuesta hacer frente al mortal virus. No obstante, a la espera de la confirmación de los test preliminares practicados a la sanitaria de Dallas, la gestión estadounidense del caso ya ofrece algunas diferencias. La trabajadora se contagió mientras atendía al liberiano Thomas Eric Duncan, de 42 años, fallecido por ébola el pasado miércoles en el Hospital Presbiteriano de Texas. El director del centro de Control y Prevención de Enfermedades estadounidense apuntó a una “ruptura de protocolo”, informa Silvia Ayuso. Pero el hospital asegura que desde que la sanitaria avisó de que tenía fiebre hasta que fue ingresada en aislamiento solo transcurrieron “90 minutos” —en el caso de Romero pasaron al menos cuatro días— y ayer mismo, el presidente Barack Obama reclamó medidas “inmediatas” para reforzar los protocolos contra el ébola.

En el Palacio Real, Rajoy explicó la ausencia de la vicepresidenta y de la ministra de Sanidad, reunidas a esa hora con el gabinete de crisis del ébola. De este modo, ni Soraya Sáenz de Santamaría ni Ana Mato tuvieron que responder a preguntas de los periodistas. El presidente quiso transmitir una imagen de tranquilidad. “Tiene usted buena vista”, respondió a la periodista que dijo que se le veía “tranquilo” ante esta crisis. El resto del Ejecutivo hizo lo mismo: se esforzó en llamar a la calma, insistir en el fallo humano y justificarse en la dificultad de afrontar una situación inédita. El ébola acaparó las conversaciones de os corrillos y desplazó el tema estrella de esta recepción en los últimos años: Cataluña.

El Gobierno madrileño llegó a calificar de “ejemplar” la gestión de la crisis. Los políticos “no tienen la culpa”, son los profesionales los que hacen los protocolos, argumentaron fuentes próximas al presidente Ignacio González.

El ministro de Defensa, Pedro Morenés, descartó el contagio de los militares que participaron en la repatriación del religioso Manuel García Viejo al haber superado sin síntomas los 21 días de incubación del virus. Y el titular de Industria, José Manuel Soria, comentó que había que estar tranquilo también en el ámbito económico ya que recibía “a diario” datos sobre el posible impacto del contagio en el turismo y de momento, “no ha habido cancelaciones” por ese motivo, aseguró.

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La Corona está muy pendiente de la situación de Teresa Romero, estable, dentro de la gravedad, y todos los asistentes a la recepción hacía votos por su recuperación. También era unánime, incluso entre miembros de su partido, el PP, la crítica al consejero de Sanidad de Madrid, Javier Rodríguez, por sus declaraciones. El consejero acusó a Romero de mentir y se burló de las quejas de los sanitarios sobre la escasa formación recibida antes de tratar a infectados de ébola: “No hace falta hacer un máster para ponerse el traje [de protección]“, dijo. El Gobierno madrileño considera “desafortunadas” esas palabras, pero ayer insistía en que Rodríguez dijo la verdad” y en plena crisis “no es momento” de cesar a nadie. Ni al consejero, ni a la ministra.

El líder del PSOE, Pedro Sánchez, que acudía por primera vez a esta recepción, mantuvo la estrategia de no acosar al Gobierno mientras Romero lucha contra el virus. “Ya llegará el momento de las responsabilidades políticas”.

En la misma línea, la presidenta andaluza, Susana Díaz, insistió en que ahora hay que apoyar y más adelante, pedir explicaciones. “Habrá que explicar qué ha pasado y por qué se ha cambiado a la ministra por la vicepresidenta para gestionar esta crisis”. Díaz aseguró que los hospitales andaluces están preparados para la crisis y criticó a quienes expanden bulos o incluso simulan la enfermedad, como el vigilante de seguridad detenido el sábado en Cádiz por asegurar que estaba infectado. La presidenta dijo que ha sido denunciado y se le hará pagar el coste del dispositivo de emergencia activado por la falsa alarma.

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