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El Gobierno ataca al PSOE con la herida del PSC contra el ‘caso Bárcenas’

Los socialistas reprochan al Ejecutivo las “mentiras diarias” sobre el extesorero

Rubalcaba y Posada, ayer en la sesión de control del Congreso
Rubalcaba y Posada, ayer en la sesión de control del CongresoUly Martin

El Gobierno tiene una debilidad y se le nota: la gestión de caso Bárcenas. Y el PSOE tiene una herida sangrante que le debilita y que se aprecia a simple vista: la ruptura de la disciplina de voto de los diputados del PSC.

Las dos circunstancias estaban presentes en la escena de Carme Chacón siendo felicitada en el pasillo del Congreso de forma ostensible por veteranos diputados del PP por su actuación de la víspera; en el característico giro de cabeza del presidente del Gobierno cuando un periodista le preguntó a la salida del hemiciclo por la demanda de Bárcenas y en las conversaciones de diputados socialistas preocupados por el cisma en su grupo y molestos por la doble ruptura de disciplina de voto de la exministra de Defensa y Vivienda. A todos los citados se les veía compungidos por la situación de sus respectivos partidos y la actuación de sus dirigentes.

Y, por supuesto, esas heridas estuvieron presentes en el intercambio de reproches del pleno de control al Gobierno. El juego de estrategias quedó especialmente claro en el duelo entre la vicepresidenta, Soraya Saénz de Santamaría, y la portavoz del PSOE, Soraya Rodríguez. “Ustedes no han hecho nada más que gestionar una mentira; una mentira diaria, una mentira tras otra, desde que el señor Bárcenas no tenía nada que ver con ustedes cuando le tenían contratado en el PP y le estaban pagando más de 21.000 euros mensuales, hasta esta explicación de la indemnización en diferido, tipo simulación, que finalmente, señor presidente, qué curiosidad, ha acabado con la interposición de una demanda del señor Bárcenas contra usted”, le dijo la socialista.

“Qué difícil debe ser controlar al Gobierno cuando se ha perdido el control de la bancada, y qué difícil pedir explicaciones cuando tiene dos puestos, dos escaños a su lado en actividades que no tienen ninguna explicación. España está viviendo un momento muy complicado, económicamente muy difícil e institucionalmente muy delicado, y los ciudadanos quieren por parte de los partidos posiciones claras. Señoría, cuando se trata de luchar contra la corrupción no es conveniente abstenerse, y cuando se discute la unidad de España no es oportuno dividirse”, le respondió la número dos del Gobierno en referencia a las discrepancias entre el PSOE y el PSC sobre el derecho a decidir.

Queda claro que la respuesta no tiene nada que ver con la pregunta: una interpela sobre Bárcenas y otra responde sobre la unidad de España. En el Diario de Sesiones consta un grito de “¡muy bien!” procedente del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, sentado junto a la vicepresidenta, y rompiéndose las manos de aplaudir.

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También queda claro que el presidente del Gobierno y el líder de la oposición intentan en lo posible sobrevolar sobre estos asuntos tan incómodos y dejar que sean sus equipos los que confronten en ese terreno. Así, Alfredo Pérez Rubalcaba preguntó sobre las previsiones económicas y las cifras macroeconómicas y Mariano Rajoy le respondió cómodo en ese terreno y sin mancharse. Para eso se guardó la cifra del 6,7% de déficit en 2012 para desvelarla, frente a la oposición del PSOE, y para completar el argumentario principal del debate de la pasada semana y para lanzar un tono de cierto optimismo que tape todo lo demás.

“Los presupuestos del año 2013 anuncian ya el fin de la recesión, y que lo importante ahora no es tanto que hagamos previsiones como que hagamos una política económica para que haya crecimiento y empleo. El déficit público de este año va a quedar al final, y es la cifra que mandaremos a la Comisión, en el 6,7%”. Grandes aplausos desde la bancada popular para recibir el dato.

Rubalcaba ya no menciona en el Pleno el caso Bárcenas, ni su petición de dimisión del presidente del Gobierno, que queda para su portavoz: “El señor Bárcenas es el tesorero del señor Mariano Rajoy, es el tesorero de su partido, y no solamente acabará sentado en el banquillo, sino que está sentado ahora mismo entre ustedes, al lado de la señora Mato, al lado del señor Montoro. Por eso, señora vicepresidenta, mientras ustedes viven amenazados por un ataque de ansiedad del señor Bárcenas me gustaría que a alguien le diera un ataque de dignidad, por ejemplo a usted”. Aquí el diario de sesiones recoge “aplausos”. El líder socialista tampoco habló en el pasillo del PSC, donde los diputados socialistas admitían la gravedad de la situación, confiaban en que pase lo antes posible aunque aventuran que habrá nuevos episodios y la dirección del Grupo explicaba que sancionaría a los díscolos, incluida Chacón, con una multa del grupo por no votar estando presente y del PSC por desoír su instrucción. Los diputados del PP hacían cábalas sobre cómo salir del embrollo de Bárcenas. Cada uno tenía lo suyo.

La bronca siguió en el hemiciclo cuando el PSOE defendió la reprobación de Cristóbal Montoro. Votaron a favor PSOE, Izquierda Plural y parte del Grupo Mixto), pero fue rechazada por los votos del PP y 25 abstenciones de UPyD, CiU y PNV.

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