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Catalunya Banc provisiona al 25% la cartera de 7.000 millones en hipotecas

La baja cobertura podría elevar la aportación de Estado tras su venta a los fondos

Íñigo de Barrón
Sede de Catalunya Banc en Barcelona
Sede de Catalunya Banc en Barcelonaalbert gea (reuters)

El Gobierno está convencido de que necesita limpiar y empequeñecer Catalunya Banc para que haya verdadera competencia entre los compradores y así minimizar las pérdidas netas cuando se subaste. Por eso, el FROB se ha metido en una carrera para desgajar negocios y venderlos a los especialistas. No obstante, algunos expertos consultados creen que cuando se venda la entidad catalana y todos sus negocios (previsto para mediados de julio) el contribuyente podría perder entre 500 y 1.000 millones adicionales. Esta cantidad se sumará a los 12.050 millones que ya ha puesto el Estado en esta entidad para sacarla de la quiebra, aunque aún es pronto para saberlo.

Después de deshacerse de la plataforma inmobiliaria, que ha supuesto el traspaso de la gestión de 9.000 millones en activos, con un beneficio máximo de 40 millones, la siguiente gran venta de Catalunya Banc será la cartera de hipotecas, la más grande de Europa, con 7.000 millones en créditos, el 23% de la cartera total. La semana próxima se abrirá el data room, los documentos con los datos técnicos de estos préstamos para los ocho o 10 fondos internacionales que han mostrado interés.

El FROB asumirá parte de las pérdidas y el resto se cubrirá con un seguro

Sin embargo, no será una operación sencilla ni necesariamente rentable para el contribuyente. Las hipotecas, que cuentan con garantías reales de los créditos (es decir, viviendas), tienen una provisión aproximada del 25% sobre el total de la cartera, según han confirmado fuentes cercanas a la operación. Este 25%, que suman unos 1.750 millones, son las provisiones adecuadas y establecidas por el Banco de España porque, aseguran estas fuentes, “no hay fallidos. No son morosos, son créditos hipotecarios que ahora están al corriente de pago, aunque han podido sufrir algún impago a lo largo del crédito, pero están haciendo frente a su deuda”. Otras fuentes consideran que muchos de ellos son inmigrantes, un colectivo más golpeado por la crisis, con escaso potencial como clientes.

Aunque ese 25% de provisión sea adecuada, su baja cuantía puede convertirse en un problema para el Estado si las ofertas de los compradores —que buscan altas rentabilidades—, son ajustadas, algo que todavía se desconoce. Es decir, si un fondo internacional paga el 40% del valor de la cartera, es decir, 2.800 millones (considerado un precio razonable), la venta de esta cartera de hipotecas ocasionaría un importante déficit de capital.

Algunos expertos creen que cuando se venda la entidad el contribuyente podría perder entre 500 y 1.000 millones adicionales

A los 2.800 millones que se pueden cobrar, se deben sumar los 1.750 millones de provisiones reales: 4.550 millones en total. Como la cartera tenía un valor de 7.000 millones y se obtiene 4.550 millones, la operación dejaría un déficit de unos 2.450 millones. Entre los vendedores, se reduce este déficit hasta 2.000 o incluso 1.500 millones.

¿Cómo se paga este agujero? En una entidad normal esta cantidad se cargaría contra la cuenta de resultados o el capital. En este caso no se puede hacer así porque Catalunya Banc tendría déficit de capital y se depreciaría en la subasta. Para evitarlo, el FROB tiene pensado asumir una parte de la pérdida mientras que sobre el resto establecerá un seguro que cubra la morosidad futura. Si el fondo encuentra más morosidad, lo paga el Estado y si mejora la economía, no será necesario. Como referencia, cabe señalar que la morosidad de hipotecas minoristas encontrada en la CAM es del 33,4% en 2013.

¿Por qué no dejar esta cartera en el banco y subastarlo todo junto? Los vendedores están convencidos de que las ofertas que podrían recibir serían mucho más bajas con las hipotecas en el balance. Además, Catalunya Banc tiene un balance de 63.062 millones que tras estas ventas y las 196 oficinas de fuera de Catalunya puede quedar en cerca de 45.000 millones, lo que facilitará la llegada de más compradores. “Si se vende a un fondo, la factura para el Estado será más alta y demostrará que se debía haber pedido más dinero a Europa porque el saneamiento financiero no está terminado”, concluye José Carlos Díez, economista de Icade.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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