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Del Mundial a los ‘fondos buitre’

La devaluación, el acuerdo con Repsol, un nieto recuperado, la corrupción y la selección marcan el año de Argentina

Alejandro Rebossio
Messi celebra un gol ante Nigeria. / FERNANDO VERGARA (AP)
Messi celebra un gol ante Nigeria. / FERNANDO VERGARA (AP)

Argentina vivió medio 2014 en un intento de acercarse a los mercados, empezando por la devaluación del peso y continuando con la indemnización a Repsol por la nacionalización del 51% de YPF en 2012, y la otra mitad del año en retirada de los mercados por la crisis de deuda. La Argentina kirchnerista mostró en 2014 una de sus caras más oscuras cuando el vicepresidente Amado Boudou fue procesado dos veces por presuntos delitos de corrupción y enseñó uno de sus rostros más ejemplares cuando la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Barnes de Carlotto, encontró después de 36 años de búsqueda a su nieto, aquel a quien la última dictadura militar (1976-1983) había robado a su hija desaparecida.

También fue el año en el que la selección nacional volvió a jugar una final de un Mundial después de 24 años. Y lo hizo hinchada de orgullo nada menos que en territorio de su archirrival deportivo, Brasil. En un partido en el que podría haber vencido, el equipo de Lionel Messi acabó perdiendo 1-0 en la prórroga con Alemania, que venía de pulverizar con un 7-1 a los dueños de casa en semifinales.

"Los que quieren ganar plata (dinero) a costa de la devaluación y del pueblo, van a tener que esperar a otro gobierno”, había dicho la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en 2013. Pero tras la derrota en las elecciones legislativas en los principales distritos, la jefa de Estado nombró como ministro de Economía a un keynesiano de izquierdas, Axel Kicillof, que inició un cierto vuelco ortodoxo. La devaluación, una medida que había resistido Fernández desde 2011 a fuerza de controles de capitales, fue la medida más clara del cambio de sentido, pues supuso un ajuste que buscó corregir errores pasados, pero que también impactó en una recesión, mayor inflación, pérdida de poder de compra de los trabajadores y un alza de la pobreza.

Otras medidas de acercamiento a los mercados fueron un recorte de subvenciones al suministro de gas y agua potable, la materialización del acuerdo con Repsol que se había anunciado a finales de 2013 y el pago de deuda al Club de París (grupo de 19 países acreedores) a los que Argentina había dejado de abonar en su colapso de 2001.

Ese giro, sin embargo, se frenó en junio cuando el Tribunal Supremo de EE UU ratificó un bloqueo judicial que impediría al mes siguiente que Argentina siguiese pagando a la mayoría de acreedores privados que aceptaron los canjes de deuda de 2005 y 2010 si antes no saldaba las reclamaciones de la minoría de fondos buitre y otros inversores que rechazaron aquellas reestructuraciones. El Gobierno de Fernández endureció entonces su discurso contra EE UU, se acercó a Rusia y China e interrumpió su plan de seducción de los mercados.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) espera una caída del 0,2% del PIB argentino en 2014. Sin embargo, los bonos reestructurado que han dejado de pagarse este año cotizan casi al mismo valor que antes de la crisis de deuda porque los inversores de riesgo consideran que están baratos y que en 2015, último año de Gobierno de Fernández, o 2016, cuando otro presidente, supuestamente promercado, conduzca Argentina, se solucionará el conflicto.

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Otra noticia golpeó en junio a la jefa de Estado. Su vicepresidente fue procesado por presunto soborno en un rescate estatal a una imprenta de billetes cuando era ministro de Economía de su primer Gobierno (2007-2011). En agosto, Boudou recibió su segundo procesamiento por la compra irregular de un coche cuando trabajaba en el sector privado, en 1992. Boudou no ha renunciado ni ha pedido una excedencia y sigue respaldado por Fernández. Las denuncias por presunta corrupción constituyen el aspecto quizá más cuestionado de los 11 años del kirchnerismo en el poder.

En cambio, el impulso a los juicios contra los criminales de la dictadura supone una de las políticas más elogiadas de los Gobiernos kirchneristas. Ese empuje ha acelerado desde 2003 la aparición de hijos de desaparecidos robados por el régimen. En agosto el que se acercó a Abuelas de Plaza de Mayo para hacerse un análisis de ADN y conocer su identidad resultaría ser finalmente el nieto de la histórica líder de esa asociación, Ignacio Guido Montoya Carlotto. La alegría de Estela de Carlotto, de 84 años, contagiró a casi todo el país. Con Ignacio sumaron 114 los nietos recuperados por las Abuelas. A esta altura del año ya suman 116. Más de 300 aún permanecen sin hallarse.

Este fue el año en el que la selección albiceleste regresó en julio a la élite del fútbol mundial al rozar su tercera coronación en una Copa del Mundo, después de las de 1978 y 1986. Finalmente no pudo ser. La imagen de un serio Messi recibiendo su medalla de subcampeón quedará grabada en la memoria de los argentinos como la de Diego Maradona llorando tras perder también contra Alemania 1-0 la final de Italia 1990. Pero los aficionados disfrutaron del Mundial y celebraron en las calles hasta la última derrota.

2015, el último año de Cristina Fernández en el poder

El año próximo será el último de los 12 de los Kirchner en el poder. El 10 de diciembre próximo la peronista Cristina Fernández de Kirchner entregará la banda y el bastón presidenciales a quien sea elegido en las elecciones generales de octubre o en una segunda vuelta en noviembre. Antes habrá que estar atentos a lo que suceda en las primarias, en las que todos los ciudadanos tienen la obligación de votar. Las primarias suelen marcar tendencia para las generales.

Una encuesta de la consultora Carlos Fara & Asociados sitúa al peronista opositor Sergio Massa al frente con el 23,5% de intención de voto, seguido por el kirchnerista moderado Daniel Scioli, con el 20%, el conservador Mauricio Macri, con el 17,5%, el socialista Hermes Binner, con el 5%, el radical (centrista) Julio Cobos (que competirá en las primarias con Binner en el Frente Amplio Unen), con el 3,8%, y el kirchnerista Florencio Randazzo, con el 2,8%. La evolución de la economía durante el año influirá en las probabilidades de que un kirchnerista consiga vencer en las generales.

Precisamente el escenario económico estará influido por lo que suceda desde enero con una eventual negociación del Gobierno de Fernández y los fondos buitre. A partir del 1 de enero perderá vigencia la cláusula que establece que si Argentina ofrece a los acreedores que rechazaron la reestructuración de 2005 y 2010 una mejor paga que a los que la aceptaron, estos últimos pueden reclamar un trato igualitario. Sin esa regla, Buenos Aires podría abonarles a los buitres lo que estableció la justicia de EE UU y conseguir así el desbloqueo de transferencias a los inversores en deuda reestructurada, sin pagarles de más. Así la crisis de deuda podría quedar saldada.

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