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Centroamérica se declara primera zona libre de municiones de racimo

Una cita mundial en Costa Rica fustiga a Ucrania, Siria y Sudán del Sur por el uso de este tipo de armamento

Centroamérica se convirtió este lunes en la primera región del mundo en declararse libre de municiones de racimo. El anuncio se hizo en la apertura de la quinta reunión de los Estados que forman parte de la Convención sobre Municiones de Racimo, que se celebra del 1 al 5 de septiembre en San José y que comenzó con una censura al uso de ese tipo de armamento en los conflictos bélicos de Ucrania, Siria y Sudán del Sur.

La japonesa Yoriko Yasukawa, representante de la Organización de Naciones Unidas, dijo en la inauguración que el sistema del foro mundial “reitera su condena al uso continuo de municiones de racimo en Siria y Sudán del Sur. También estamos consternados por las recientes denuncias de su uso en el este de Ucrania” y pidió investigar estas acusaciones.

El gobierno beliceño informó este lunes que suscribió la convención, con lo que los siete países centroamericanos—Costa Rica, Panamá, Nicaragua, El Salvador, Honduras, Guatemala y Belice—se convierten en la primera región que, en bloque, cumple con ese proceso que le permite declararse libre de esas armas que generan altos costos humanitarios. Las municiones de racimo se depositan en contenedores que son disparados desde aviones o piezas de artillería, se abren en el aire y lanzan grandes cantidades de submuniciones explosivas.

Yasukawa explicó que en aunque 2013 hubo avances, porque 130.380 municiones de racimo almacenadas fueron destruidas y 54.000 restos de esas municiones fueron eliminados en la limpieza de casi 32 kilómetros cuadrados de tierras afectadas por el lanzamiento de esas armas, “queda un largo camino por recorrer hasta lograr el propósito de la convención”, que es eliminarlas “de la faz de la tierra”.

“A pesar de que la gran mayoría de los países del mundo han ratificado la convención, las municiones de racimo se siguen utilizando y siguen hiriendo y matando a personas inocentes, entre ellas mujeres y niños. Se estima que el número de víctimas en los últimos cinco años asciende a 55.000 personas”, añadió.

Promulgada en 2008 y en vigencia a partir de 2010, la convención ya ha sido firmada y ratificada por 113 estados
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Promulgada en 2008 y en vigencia desde 2010, la convención ya ha sido firmada y ratificada por 113 estados, de los cuales 19 son de América: Antigua y Barbuda, Belice, Bolivia, Chile, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, El Salvador Grenada, Guatemala Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Perú, Saint Kitts and Nevis, San Vicente y Las Granadinas, Trinidad y Tobago y Uruguay. Belice, Canadá, Colombia, Haití, Jamaica y Paraguay la firmaron pero no la han ratificado y Argentina, Bahamas Barbados, Brasil, Cuba, Dominica, Guyana, Santa Lucía, Surinam, Estados Unidos y Venezuela ni siquiera la han suscrito.

De 54 estados europeos, 32 la rubricaron y ratificaron—entre ellos España, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, Holanda y la Santa Sede—, dos la firmaron sin todavía ratificarla (Chipre e Islandia), y 20 todavía siguen sin suscribirla, como Rusia, Finlandia, Ucrania, Turquía, Polonia, Serbia y la mayoría de antiguas exrepúblicas soviéticas. En Oriente Medio solo la han rubricado Irak, Túnez y Líbano.

Al referirse a los situaciones registradas en Ucrania, Siria y Sudán del Sur, Yasukawa solicitó que se indague el uso de esas municiones, aunque aseguró que “al mismo tiempo, las dificultades para establecer la parte responsable de estos casos demuestra que el esfuerzo colectivo internacional en el marco de la Convención ha llevado a una condena global de esta armas, que está teniendo un impacto aún en los Estados no miembros de esta Convención”.

“Es fundamental que los países utilicen todos los foros internacionales posibles para condenar sistemática y reiteradamente el uso de estas municiones y exijan investigaciones sobre las denuncias sobre su uso”, insistió.

Por su parte, el presidente costarricense, Luis Guillermo Solís, anunció la decisión beliceña y destacó que el encuentro se realice en Costa Rica, que en 1948 abolió su ejército. “No tenemos morteros, ni cañones sin retroceso, ni sistemas portátiles de lanzamiento de misiles” y tampoco otras categorías de armamento y “mucho menos hemos tenido ni tendremos nunca municiones de racimo”.

Solís pidió recordar “con horror que estas municiones se usaron por primera vez en los albores de la Segunda Guerra Mundial, cuando la aviación nazi las lanzó sobre España, especialmente en Guernica. Picasso inmortalizó el sufrimiento de este pueblo, que se repetiría en el Siglo XX en Corea, Indochina, la antigua Yugoslavia y aún en nuestro siglo en Líbano, Siria, Georgia, Sudán y Ucrania, lo cual es motivo de alerta”.

El salvadoreño Jesús Martínez y el mexicano Héctor Guerra, de la Coalición contras las Municiones en Racimo, una organización no gubernamental que encabeza las gestiones para oponerse a esas armas y asiste a la cita, declararon a EL PAÍS que la decisión de Belice es histórica, coincidieron en que el denunciado uso de ese armamento en Ucrania, Siria y Sudán del Sur “es triste” y pidieron que esas acciones sean condenadas por la comunidad internacional.

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