_
_
_
_
_

Peña Nieto renuncia a imponer el IVA a medicinas y alimentos

La reforma fiscal se propone como objetivos la creación de la seguridad social universal y el seguro de desempleo

Peña Nieto este domingo en la presentación de la reforma fiscal.
Peña Nieto este domingo en la presentación de la reforma fiscal.J. M. (EFE)

Con el telón de fondo de las protestas de los maestros y una campaña de movilización de la izquierda contra la reforma energética, pero, sobre todo, muy consciente de la desaceleración de la economía mexicana, el presidente Enrique Peña Nieto presentó en la tarde del domingo una discreta reforma fiscal que descarta la imposición del IVA a medicinas y alimentos. El presidente justificó expresamente la renuncia a esta medida, a la que el propio PRI abrió la puerta en la conferencia del partido del pasado marzo, por “su efecto negativo” sobre la gente ante la actual falta de crecimiento.

Peña Nieto calificó la reforma hacendaria como una “reforma social” que permitirá la creación de la seguridad social universal para todos los mexicanos y del seguro del desempleo para el trabajador empleado en la economía formal. La reforma, que pretende que “paguen más quienes más ganan”, busca incrementar la capacidad financiera del Estado de forma que pueda invertir más en educación e infraestructuras, detonar el crecimiento, combatir la informalidad y establecer un sistema tributario “más simple, justo y transparente”, que facilite el pago de impuestos. El presidente aseguró que con la reforma el incremento de la recaudación supondrá el 1,4% del PIB para 2014 y se llegará al 3% en 2018.

Las medidas anunciadas combinan la eliminación de algunas deducciones y privilegios fiscales, el aumento del Impuesto Sobre la Renta (ISR) y la creación de otros nuevos. Entre ellas destacan gravar con un 10% los dividendos de las empresas en Bolsa, subir el ISR del 30% al 32% a quienes ingresen más de 500.000 pesos (unos 38.000 dólares) al año, acabar con el régimen de consolidación fiscal y seguir de manera gradual con la eliminación de los subsidios a la gasolina.

El Gobierno de Enrique Peña Nieto busca incrementar la capacidad financiera del Estado

Asimismo se creará un nuevo impuesto verde al consumo de carburantes y plaguicidas en función de las unidades de carbono emitido y otro para combatir la obesidad, sobre todo la infantil –México es el segundo país de la OCDE en este problema, solo superado por EE UU–, gravando las bebidas azucaradas.

La reforma también contempla un nuevo régimen fiscal con Pemex, rebajando la carga fiscal de la petrolera del 79% actual al 60%, así como la eliminación de tres cuartas partes de los tratamientos fiscales preferenciales y la mitad de los regímenes especiales. El presidente puso énfasis en que una de las prioridades de la reforma es sacar a los mexicanos de la economía informal –que actualmente emplea a dos de cada tres mexicanos– mediante la creación de incentivos como es el seguro de desempleo y otros beneficios sociales. A este respecto anunció la disminución de las cuotas a la seguridad social para los trabajadores de bajos ingresos que ahora llegan a casi el 30% del salario.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Además de la reforma, Peña Nieto anunció un programa de aceleración económica que da por muerto el objetivo de déficit cero que se fijó el Gobierno el pasado enero al comienzo de su mandato. Ahora se prevé un déficit “transitorio” del 0,4% del PIB para 2013 y del 1, 5% para 2014 con el fin de estimular la economía y ahuyentar al fantasma de la recesión. Minutos antes, el secretario de Hacienda, Luis de Videgaray, había explicado el actual momento de frenazo económico que vive México por la crisis de la construcción pública y privada y por “una producción petrolera menor a la prevista a principios de año”.

La reforma contempla un nuevo régimen fiscal para Pemex

En su breve intervención, Videgaray enumeró una serie de circunstancias que dan idea del reto al que se enfrentan el Gobierno y la sociedad mexicana:

–La economía mexicana no ha crecido a la altura de su potencial en los últimos 30 años. El crecimiento promedio ha sido del 2% debido principalmente al nulo crecimiento de la productividad. Esta fue en 2011 un 8,2% inferior a la de 1990.

–El 45% de la población vive en la pobreza. “Tenemos los mismos pobres que hace 30 años. El enfoque asistencialista es insuficiente”, afirmó Videgaray.

–El 61,2% de los mexicanos, 72 millones, carecen de acceso a la seguridad social.

–México es el único país de la OCDE que no cuenta con un seguro de desempleo.

–El 60% de los trabajadores está empleado en la economía informal.

–La presión fiscal de México es del 13,7% mientras que el promedio de América Latina es del 18% y del 26% en la OCDE.

–Dada la escasa recaudación, el gasto público de México es de 19,5% frente a una media del 27% en América Latina y un 46% en los países de la OCDE.

–El consumo de combustible por habitante de México es más del doble que el de Chile y más del triple que Brasil.

Este panorama, unido a la desaceleración económica y el anuncio de nuevas movilizaciones de la izquierda contra los cambios, que podrían desembocar en un estallido social, han pesado sin duda en la presentación de la reforma hacendaria, la última hasta el momento de las previstas en el Pacto por México tras la educativa, la de telecomunicaciones, la financiera y la energética. Peña Nieto se ha encerrado con varios toros al mismo tiempo y la lidia no se augura nada fácil. El domingo insistió en que “transformar México es posible con la ayuda de todos”.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_