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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

¿Tiene Italia bula bancaria?

El rescate con dinero público de Vicenza y Véneto abre un debate sobre la eficacia de los mecanismos europeos de resolución

El rescate de los bancos italianos Banca Popolare di Vicenza y Veneto Banca ha causado una sorpresa desazonada en Europa. No es necesario ser un experto financiero para apreciar que las condiciones con que se rescatan ambos bancos —Intesa Sanpaolo los comprará por un euro, pero el rescate exigirá una inyección inicial de dinero público de 5.200 millones, que puede llegar hasta 17.000 millones— son muy diferentes de las aplicadas en el caso del Banco Popular español, en las que no medió inyección de dinero de los contribuyentes y fueron recibidas públicamente como un modelo de lo que serían los rescates del futuro.

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¿Tiene Roma bula bancaria? La Junta Única de Resolución da por bueno el decreto italiano, a pesar de las promesas de que los nuevos mecanismos europeos de resolución bancaria evitarían que los contribuyentes pagasen las crisis bancarias.

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La pieza jurídica que ha permitido distinguir Vicenza y Véneto del Popular es la diferencia entre el estado de resolución (como el Popular) y el de liquidación. En el fondo, es una sutileza jurídica para dar cobertura a la arbitrariedad. La diferencia real es que el Popular es un banco solvente, aquejado por graves problemas de liquidez que ni Europa ni España fueron capaces de atajar. Vicenza y Véneto son, por el contrario, insolventes y no generan suficiente resultado de explotación para remontar su crisis. Esa distinción implica que los Gobiernos pueden esgrimir insolvencia para actuar sin atenerse a los mecanismos europeos. Para Roma, la decisión es lógica: tienen más entidades al borde del colapso y quieren atajar la desconfianza; pero la universalidad de los mecanismos de resolución queda herida.

No pueden coexistir dos modelos de resolución bancaria en Europa, uno estricto y sometido a la regla de que no habrá dinero público para rescates, y otro discrecional, donde el Estado interviene sin restricción so pretexto de la urgencia y escudado en la excusa universal de era “necesaria y urgente la intervención” (palabras del primer ministro italiano Paolo Gentiloni). La distinción entre resolución y liquidación no puede estar por encima del principio de rescates sin dinero público. La salvación de Vicenza y Véneto abre un precedente de confusión en Europa.

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