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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Los portugueses cuestionan las prebendas de los partidos

La ciudadanía descubre que no pagan IVA ni IBI ni impuesto de circulación de sus coches

El primer ministro portugués Antonio Luis Santos da Costa al teléfono durante una sesión en Bruselas.
El primer ministro portugués Antonio Luis Santos da Costa al teléfono durante una sesión en Bruselas. Alastair Grant (APPhoto)

En la crisis de 2011 —habrá que empezar a concretar a cuál nos referimos—, el Gobierno de Portugal optó por recortar las subvenciones a los partidos políticos en un 10%, y en un 20% los gastos para las campañas electorales, al igual que se recortaban sueldos a funcionarios y pensionistas y se subía el IVA del pan con chorizo al 24%. Con la llegada del Gobierno socialista y el eslogan de “pasar página” se ha puesto fin a los recortes salariales de los funcionarios y, por tanto, entraba en la lógica acabar con los de los partidos. Sin embargo, los extremos del arco parlamentario, el derechista CDS, el anticapitalista Bloco y el PC han exigido que los recortes a las subvenciones de los partidos sean para siempre. Debido a su éxito popular, se han sumado a regañadientes los partidos mayoritarios, el Partido Socialista y el Partido Socialdemócrata.

No acaba ahí la cosa. En el rifirrafe político de la discusión de los presupuestos para 2017 ha salido a la luz que los partidos políticos que aprueban los impuestos son los mismos que luego no pagan ninguno. Efectivamente, “por utilidad pública”, los partidos están exentos del pago del IBI de sus inmuebles, al igual que está exenta la Iglesia, los clubes deportivos, los hospitales y así hasta una lista de excepciones más larga que la misma ley tributaria. En un debate radiofónico sobre el tema, el 83% de los oyentes deseaba que se acabara con el privilegio de los partidos. Abundando en la discusión, también supo la opinión pública que la exención de los partidos no es solo con sus inmuebles, también con el IVA de cualquier cosa que adquieran o con el mismo impuesto de circulación de sus coches.

Otra vez los dos extremos, el CDS y el Bloco de Esquerda, coinciden en que se acabe con esas prebendas, mientras que el PC —dueño del patrimonio inmobiliario más rico— está dispuesto a hablar si se mete en el mismo saco a la Iglesia. Eso ya no le gusta tanto al combativo CDS, quizás tenga algo que ver que su sede central se asienta en una propiedad de la Iglesia. ¡Ay, estos políticos, sean del país que sean, cómo se parecen!

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