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Columna
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Dilema ciclista

La bicicleta en las urbes deviene un arma de doble filo

La bicicleta en las urbes deviene un arma de doble filo. Puesto que, inmersa en la lectura del reportaje titulado Sevilla, paraíso de dos ruedas, prosigo sopesando hacia dónde se decanta esa balanza, difícil de ponderar. Resulta incuestionable lo beneficioso de dicho medio de transporte como signo inequívoco ecológico, contribuyendo a una calidad de aire menos enrarecida, considerablemente más en las grandes ciudades. Bicicletas que agilizan, descongestionan –en mayor o menor medida– el tráfico rodado. Sin embargo, com o asevera el reportaje, entre peatones y ciclistas –a los que añadiría los automovilistas– el conflicto es el pan de cada día. En mi ciudad, el caos y la proliferación de ciclistas van de la mano. Carriles para bicis mal trazados, que, al menor descuido, te arramblan al apearte del transporte público… Ciclistas a gran velocidad circulando sobre las calzadas, a sabiendas que dicha zona está –exclusivamente– destinada a los peatones, rozándoles peligrosamente y poniendo en entredicho la seguridad vial… Temeridades de padres ciclistas, llevando de “comparsa” a sus hijos de corta edad en diminutas bicicletas, en calles de tráfico incesante del centro de la ciudad… En conclusión, una yincana diaria, poniendo en jaque nuestro sistema nervioso. ¡Un arma de doble filo!

Mujeres de teatro

Por Cecilia Lemus, (correo electrónico)

En el jardín de la infancia que uno se imagina como Edén, en lo oscurito, debajo de las piedras había siempre un par de caracoles para comer, hongos deliciosos, yerbas de apariencia exótica y una junta de criaturas verdaderamente inolvidables. Ese sistema, organizado entre el jardinero y la naturaleza, parece inspirar los arreglos que se hacen en el mundo; es en lo oscurito, debajo de las piedras o en lo profundo de un pozo donde lo humano pretende confinar todo aquello maravilloso que la psique femenina aporta a la vida. En lo que concierne al mundo del arte, quien no está no cuenta y si se le asigna el lugar del caracol o del hongo es cosa perfecta que en ello impone mortaja y desdoro. Lamento leer un suplemento semanal en donde se emplea en el encabezado lo que se antoja lucido y nada rajado, Un nuevo teatro español, y enseguida que busco el artículo aparecen seis quijotes de la escena, todos astados y de buen empuje, tan de buena casta que no dejaron lugar a una sola presencia femenina. ¿Acaso no hay mujeres en España haciendo teatro? ¿No es este el siglo XXI, en donde las políticas culturales se jactan de promover la equidad de género? Esto no es lamentable, es de mal gusto, es misoginia, tan a la mano, tan bien argumentada e ilustrada que hasta recorre el mundo entero. Así que bien lo dijo la vieja: “En el hombre y en el oso, lo feo se hace hermoso”. Y en efecto, que no se pierda la costumbre: a estos quijotes, millones de olés.

Moratinos y Brasil

Por Paulo C. de Oliviera Campos, embajador de Brasil en España, (Madrid)

Por mi experiencia de cinco años en España y por las numerosas ocasiones en las que me he encontrado con el exministro Miguel Ángel Moratinos, siempre le he considerado un amigo de Brasil. Por eso me sorprendieron mucho sus declaraciones en el reportaje La nevera globalizada (El País Semanal del 4 de mayo) sobre la motivación que mi país habría tenido para presentar candidato (que compitió con el propio Moratinos y resultó vencedor) a la dirección general de la FAO. El exministro Moratinos busca vincular el interés brasileño en la FAO a temas empresariales, interpretación que me parece bastante alejada de la realidad tanto en virtud de la historia del candidato brasileño José Graziano da Silva como en virtud de las políticas públicas adoptadas por el Gobierno de Brasil.

En primer lugar, resalto que la actuación internacional de Brasil se estructura en torno a nuestra muy exitosa experiencia interna de combinar una extraordinaria actuación en el área agrícola con los imperativos de luchar contra el hambre, promover la agricultura familiar y preservar el medio ambiente. Al contrario de lo que alega el exministro Moratinos, la actuación internacional de Brasil no está instrumentalizada para la promoción de intereses específicos. Por el contrario, mira, a partir de la óptica de la solidaridad, hacia una mayor inclusión y participación de los países en desarrollo, en consonancia con nuestra búsqueda de un sistema internacional multipolar más justo.

El actual director general de la FAO, el brasileño José Graziano da Silva, fue nombrado ministro extraordinario de Seguridad Alimentaria y Combate al Hambre por el presidente Lula da Silva en el año 2003, con la tarea de crear y desarrollar el programa Hambre Cero, la estrategia de Brasil para la erradicación del hambre en el país y una prioridad absoluta de la agenda política brasileña. En su gestión como ministro, Graziano supuso una importante innovación de las políticas públicas enfocadas a la población más vulnerable al hambre y a la pobreza, al velar por la intersectorialidad y por la participación y el control social. Los resultados fueron significativos: en apenas cinco años, alrededor de 24 millones de personas superaron la pobreza y la desnutrición infantil se redujo significativamente y bajó del 12,5% al 4,8%.

Además de eso, antes de llegar a la dirección de la FAO, como subdirector general de la FAO y representante regional de América Latina y el Caribe, Graziano estuvo al frente de la Iniciativa América Latina y Caribe sin Hambre, a través de la cual los países de la región fueron los primeros en el mundo en asumir el compromiso de erradicar el hambre antes de 2025.

Por último, me gustaría recordar que en el proceso que dio como resultado la elección de Graziano como director general de la FAO contribuyó enormemente el hecho de ser el único candidato con una larga experiencia en un gran programa de erradicación del hambre y poseer una formación académica y un curriculum vitae ideales para el cargo.

Festejos sin dioses

Por Ángel Lahoz, (correo electrónico)

Estimado señor Marías:

Leí en un artículo suyo que llamaba a la “tomatina” algo así como “repugnante”, y me alegró encontrar a alguien como usted que tenga a esa fiesta en tan poca consideración. Yo suelo visitar India casi todos los años por motivos puramente viajeros y me cabrea cada vez más que la “tomatina” sea una pregunta recurrente de muchos indios cuando se enteran de mi nacionalidad.

Quizás antes fuese famosa por los reportajes de la televisión, pero es que hace dos o tres años hicieron una película en Bollywood donde los protagonistas, tres jóvenes indios, visitan España y asisten a la tomatina. Y es que no entienden el despilfarro de la comida con fines puramente de diversión. Allí sí tiran comida, pero con fines religiosos, para ganarse la benevolencia de los dioses.

Contra el acoso escolar

Por Cecilia Busto, (Avilés, Asturias)

Estoy totalmente de acuerdo con el artículo de Rosa Montero publicado el 11 de mayo en El País Semanal. El acoso escolar es un problema muy serio, pero que, desgraciadamente, pasa desapercibido para los ojos de muchas personas. Un ejemplo claro de esto es la actitud que muestran determinados centros educativos con respecto al problema: se lavan las manos, dan excusas baratas como “es un juego de niños” o “son adolescentes, están en una edad en la que las hormonas están revolucionadas”. Hacen todo lo imposible por resolver el conflicto, cuando, para cortarlo de raíz, es necesario que pongan un poco de su parte y que trabajen en conjunto con los padres de la víctima. El acoso escolar afecta tanto a la víctima como a las personas que le rodean, y es muy difícil salir de esta situación: deberíamos ayudar a todas aquellas familias que están sufriendo.

Afortunadamente, disponemos de asociaciones de ayuda. Pero, aun así, creo que deberíamos inculcar en nuestras generaciones futuras la importancia del respeto a los demás, y hacerles ser conscientes de lo que es el acoso escolar: a través de charlas, anuncios, vídeos, películas… como hacen en otros países europeos que son pioneros en educación, y no poner el grito en el cielo cuando ya no hay solución.

La garra del Cholo

Por Lidia Beatriz Fontela, (Buenos Aires, Argentina)

Leí el artículo de Santiago Roncagliolo sobre el Cholo Simeone en El País Semanal (número 1.962 del 4 de mayo). Simplemente me encantó. El Cholo es sinónimo de garra. Todos los argentinos nos acordamos de él por aquella frase que pronunció cuando integraba la Selección de Argentina: “Hay que salir a jugar con el cuchillo entre los dientes”. Así encara todo, y lo está demostrando aun con su humildad y sencillez. Y si hablamos de clubes para outsiders, y que según Santiago él es uno de ellos, le comento que no está solo.

Mis amores futbolísticos se reparten entre el Club Atlético Independiente, Rey de Copas todavía no superado, pero que ha caído en desgracia por su descenso a la B Nacional y el otro con el que me identifico es un club chico, El Porvenir, actualmente en la categoría D y salvado milagrosamente de la desafiliación, ya que no hay más categorías detrás de la D, y que campeonato a campeonato sufre (y sufrimos los hinchas) desde la posición final de la tabla. Así que ¡¡vamos los perdedores!! Igual la camiseta tira, como decimos por aquí. Saludos desde Buenos Aires.

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