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México sube las tasas de interés hasta el 7% para contener la inflación

En la primera quincena de junio, los precios alcanzaron un nuevo máximo de más de ocho años

Ignacio Fariza
Agustín Carstens, gobernador del Banco de México.
Agustín Carstens, gobernador del Banco de México.

Pocas veces se había visto un consenso tan amplio sobre la decisión que iba a tomar este jueves el Banco de México: prácticamente todas las casas de análisis veían segura una nueva subida para contener una inflación que no da tregua. Y el instituto emisor mexicano no defraudó. El organismo comandado por Agustín Carstens ha optado por subir —nuevamente— el precio del dinero en 25 puntos básicos, con lo que el tipo de referencia queda en el 7%. Con este nuevo incremento, ya son diez las subidas consecutivas en poco más de un año y medio. En el mismo periodo, la inflación ha pasado de su suelo histórico a estar por encima del 6% anual: un nivel que, pese a los precedentes históricos, ha encendido las alarmas.

Por si cabía alguna duda, el dato de aumento de precios hecho público este mismo jueves por la oficina estadística mexicana allanaba aún más el camino para el Banco de México. En la primera quincena de junio, la inflación alcanzó un nuevo máximo de más de ocho años —fundamentalmente por el aumento de precio de los alimentos, uno de los capítulos más volátiles—. Si a eso se suma la reciente decisión de la Reserva Federal estadounidense de profundizar en la normalización de su política monetaria ante los buenos datos macroeconómicos, el instituto emisor mexicano solo podía tomar un camino. Las voces discordantes fueron mínimas: únicamente un miembro de la junta de gobierno se inclinó por mantener sin cambios la tasa de interés.

No por esperado, el movimiento dejó de tener efecto en el tipo de cambio. Tras tres sesiones a la baja frente al dólar y el euro, el peso mexicano recupera este jueves buena parte del terreno perdido y se revaloriza un 1% frente al billete verde.

"La inflación ha continuado con el proceso de ajuste ante diversos choques", constata el organismo en la nota en la que comunica su decisión. Entre ellos, cita la depreciación del peso desde mediados de 2014 —que, a pesar de haberse revertido parcialmente en los últimos meses, ha hecho mella sobre los precios de los productos importados—, la liberalización de los precios de los energéticos al inicio de 2017 y la subida del salario mínimo en enero pasado —decretado, sobre todo, para tratar de minimizar el daño que la subida de precios supone para las capas más humildes de la población—.

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"Si bien en 2017 la inflación se ubicará considerablemente por arriba de la cota superior del intervalo de variación del Banco de México", reconoce, "durante los últimos meses de este año y todo el próximo retome una tendencia convergente hacia el objetivo de 3% y que alcance dicho nivel hacia el cuarto trimestre de 2018". El organismo capitaneado por Agustín Carstens espera que la inflación toque un máximo el mes que viene. Desde ahí, deberían caer poco a poco hasta cerrar el año "más cerca del rango objetivo [de entre el 2% y el 4%] de lo que el mercado espera", según ha afirmado reiteradamente el propio gobernador.

Con este nuevo incremento, las tasas de referencia alcanzaron el máximo previsto por el conjunto de los analistas para el cierre del año. El propio secretario de Hacienda, hombre fuerte en materia económica en el Gobierno de Enrique Peña Nieto y probable sucesor de Carstens al frente del instituto emisor, José Antonio Meade, vaticinó el miércoles que el endurecimiento de la política monetaria está cerca cada vez más cerca de tocar a su fin. Aunque el Banco de México ha descartado que las subidas de tipos hayan empezado a dañar el potencial económico del país, voces autorizadas como Olivier Blanchard —ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI)— han avisado de los riesgos que implica un aumento tan acelerado. Y algunas variables, como el crédito para vivienda y consumo, han empezado a resentirse. A favor del banco central juega el hecho de que la transmisión de la política monetaria en México es mucho más lenta que en otros países o bloques económicos.

En este sentido, el comunicado del banco central mexicano deja la puerta abierta a que la decretada hoy sea el último de la larga serie de aumentos de los tipos de interés. "Tomando en cuenta la naturaleza transitoria de los choques sobre la inflación, el horizonte de tiempo en el que operan cabalmente los canales de transmisión de la política monetaria, así como las previsiones que se tienen sobre la economía, el nivel alcanzado es congruente con el proceso de convergencia eficiente de la inflación al objetivo". La evolución de los precios seguirá marcando el paso.

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Sobre la firma

Ignacio Fariza
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS. Ha trabajado en las delegaciones del diario en Bruselas y Ciudad de México. Estudió Económicas y Periodismo en la Universidad Carlos III, y el Máster de Periodismo de EL PAÍS y la Universidad Autónoma de Madrid.

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