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Renfe y Adif se retiran de la patronal ferroviaria tras un escándalo de revelación de sueldos de los directivos

Un anónimo filtró la retribución de la cúpula de Cetren, asociación formada por las propias empresas a las que certifica

Elena G. Sevillano
Trenes en la estación de Camp de Tarragona.
Trenes en la estación de Camp de Tarragona. Josep Lluis Sellart

La patronal del sector ferroviario, Cetren, lleva semanas envuelta en un escándalo provocado por la filtración de los salarios de sus dos directores generales, que en 2016 percibieron más de 600.000 euros entre los dos por gestionar una empresa de menos de 25 trabajadores. La filtración, que se produjo en marzo, y a cuyo contenido tuvo acceso EL PAÍS, ha desencadenado la reacción de algunos de los asociados del sector público, a los que preocupa además el problema ético que supone que la entidad esté formada por las propias empresas a las que certifica. Renfe y Adif ya han anunciado que abandonan Cetren por ese conflicto ético según ha confirmado este diario.

Cetren (llamada también Asociación de Acción Ferroviaria) lleva décadas moviéndose entre el sector público y el privado. No es una empresa, sino una asociación privada “sin ánimo de lucro” creada en 1980 para promocionar y fomentar el ferrocarril como modo de transporte. Actualmente está formada por las principales empresas, tanto públicas como privadas, del sector ferroviario: constructoras, ingenierías, material motor, señalización y electrificación… En total, unas 70. Sin embargo, tiene también una parte empresarial, que se dedica a homologar y certificar productos y servicios, en exclusiva hasta hace poco al ser el único organismo notificado por España ante la Unión Europea para la certificación ferroviaria.

“No es bueno que las mismas empresas que están sacando concursos por los que compiten varias luego estén presentes al mismo tiempo en una de las partes, aunque sea con un porcentaje mínimo”, explicaron fuentes de Renfe. “Antes Cetren prácticamente hacía todas las certificaciones y ahora hay más compañías que certifican. Eso plantea problemas en términos éticos. Eres juez y parte al final. ¿Cómo puedes estar en la asociación?”, añade esta fuente.

El desencadenante de la salida de las dos grandes empresas públicas, que siempre han pertenecido a Cetren, ha sido la filtración de las nóminas y del certificado de retenciones del director general, Manuel Puga Fernández, exdirectivo de Adif, y del director general adjunto, Alejandro Cisneros. Las empresas asociadas recibieron en marzo pasado una carta anónima que denunciaba los “exagerados emolumentos” de la “ya de por sí inflada cúpula directiva de la asociación”.

También recordaba lo “controvertido” del hecho de que Cetren sea “una asociación formada por las propias empresas a las que certifica” y que "mantiene como presidente a Miguel Corsini", condenado por las tarjetas black. Miguel Corsini, expresidente de Renfe, dimitió en 2014 como consejero de Mutua Madrileña tras verse implicado en el escándalo de las tarjetas opacas en Caja Madrid. Su puesto en Cetren no está remunerado.

Extras de 55.000 euros

En la documentación aparecen varios ingresos extraordinarios de entre 25.000 y 55.000 euros en las nóminas de los directivos a partir de julio de 2016. La carta anónima enviada a los asociados explica el motivo de la filtración: “Has recibido esta documentación para hacerte partícipe de una situación potencialmente lesiva para los intereses tanto de la asociación como de las empresas integrantes de la misma”, se lee en el encabezado.

Las empresas que recibieron la carta han guardado silencio durante semanas. Fuentes de una de ellas aseguró a EL PAÍS en marzo pasado, pocos días después de la filtración, que en su compañía la información recibida se percibió como un “escándalo de corrupción” pero que “el entorno ferroviario es cerrado, así que nadie va a querer arriesgar hablando sobre ello”. También Cetren guardó silencio pese a los repetidos intentos de este diario durante más de dos meses para conocer su versión. Finalmente, Manuel Puga confirmó este viernes la marcha de Adif y Renfe, pero rehusó comentar el motivo. “Esta es una asociación viva. Unos entran y otro se van como en cualquier otra asociación”, aseguró.

Además de Adif y Renfe, Cetren tiene otros asociados del sector público, como la Agencia de Obra Pública de la Junta de Andalucía, Euskal Trenbide Sarea, Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya o Metro de Madrid. Entre las constructoras destacan Acciona y Ferrovial. En los últimos años Cetren ha ganado muchas adjudicaciones de Renfe, Adif y otras empresas públicas para realizar trabajos de certificación y de evaluación de todo tipo de material ferroviario e incluso de líneas completas.

Puga confirmó también que empresas del grupo ACS han hecho como Adif y Renfe y han pedido la baja tras la filtración, que el directivo califica de “hackeo” y asegura que ya ha sido denunciada a la Policía. El diario digital El Independiente publicó hace unos días que Cetren había sufrido un “hackeo” y que los directivos devolverán el dinero. Sin embargo, Puga afirma que nadie le ha pedido que lo devuelva y que lo único que han planteado algunos asociados es “reestudiar y redefinir la fórmula de retribución variable”.

Según Puga, fue la junta rectora la que aprobó el sistema de retribución que dio lugar a los ingresos extraordinarios que percibieron los directivos el año pasado. “Y se ha demostrado su eficacia, puesto que en 2016 Cetren obtuvo unos resultados excepcionales”, añade. Fuentes del sector público explicaron que en abril que la junta se equivocó al permitir que la retribución se disparara en consonancia con el incremento de los beneficios, puesto que el variable no estaba topado. Cada uno de los dos directivos recibió un ingreso extra de 225.000 euros durante el año 2016.

investigacion@elpais.es

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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