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ENTREVISTA

Juan de Antonio (Cabify): “Uber no ha inventado nada en esta industria”

El fundador y consejero delegado de Cabify atribuye los ataques a sus conductores a "un grupo de criminales"

Lluís Pellicer
Juan de Antonio, consejero delegado de Cabify.
Juan de Antonio, consejero delegado de Cabify.Albert Garcia

La flota de vehículos de Cabify ha sido objeto de varios ataques por parte de taxistas en Sevilla o Barcelona en las últimas semanas. Juan de Antonio, fundador y consejero delegado de la plataforma de movilidad, defiende la legalidad de su actividad. La empresa, cuya facturación crece a un ritmo del 600% anual y que fue valorada el año pasado en 320 millones de dólares (286 millones de euros), quiere seguir expandiéndose en España de la mano del taxi.

Pregunta. ¿Qué planes tiene la compañía?

Queremos reemplazar el vehículo particular, no al taxi”

Respuesta. Ahora estamos en España, Portugal y casi toda Latinoamérica. Empezamos en Madrid en 2011, pero el 80% del negocio está fuera de España. Nuestro mercado más fuerte ya es Brasil, donde solo llevamos un año. Los planes inmediatos pasan por crecer en estos países, en las ciudades en las que estamos y en otras en las que aún no operamos.

P. ¿No van a otros países por la competencia que supone Uber?

R. No necesariamente Uber, pero sí otros competidores. Es una industria similar a las telecomunicaciones. Hay que hacer grandes inversiones para tener cobertura en una región. Y cuando hay tres o cuatro jugadores es muy caro entrar a competir.

P. ¿Cómo piensan crecer en las ciudades en las que están?

R. La mayor parte de nuestro crecimiento vendrá de progresar en cuota de mercado. Eso no supone ganar terreno al taxi. No es nuestra competencia. En muchos países la mayoría de nuestros trayectos se hacen mediante taxi. Nuestro objetivo es reemplazar el vehículo particular dentro de las ciudades, sacar esos coches que en el 95% del tiempo están parados de las calles. Cabify no es una empresa de VTC [vehículos con conductor], sino de movilidad. Nos gustaría operar también bicicletas y vehículos sin conductor. En alguna ciudad hay incluso la opción de motos o helicópteros.

P. En España operan sobre todo con VTC, pero esas licencias están limitadas. ¿Cómo piensan ganar cuota de mercado?

R. Estamos buscando fórmulas para colaborar con el taxi.

P. Los taxis protestan porque los ven como una amenaza...

Si pudiera volver atrás empezaría en Latinoamérica

R. La polémica no es con el sector del taxi, sino con un sector minoritario. Hay taxistas que saben que si Cabify consigue reducir los coches particulares la gente a veces usará nuestra plataforma, pero otras levantará la mano en la calle para pararlos. Si logramos reemplazar el vehículo particular, crecerá la industria. En Madrid ya se pueden pedir taxis con nuestra aplicación

P. Pero los taxistas temen que una liberalización rebaje el valor de sus licencias.

R. Hay que trabajar con el regulador y buscar fórmulas que permitan asegurar que podemos ir hacia la dirección que queremos sin que nadie pierda dinero.

P. En Madrid los acusan de captación ilegal, por ejemplo, en el aeropuerto. ¿Es cierto?

R. En el aeropuerto ganamos un proceso de licitación que realizo Aena y tenemos un expositor para ofrecer el servicio de alquiler de vehículos con conductor. Así que no entiendo esa polémica cuando. Lo que no está permitido es que se realice captación en la calle. Y Cabify no deja hacerlo.

P. ¿Cómo viven los ataques a su flota en Barcelona o Sevilla?

Los ataques vienen de una minoría criminal que amedrenta al resto

R. Me duele muchísimo que de los 13 países en los que estamos solo haya habido incidentes violentos en España. Me da vergüenza que demos esa imagen. Pero no son los taxistas, sino un grupo de criminales que amedrentan a sus compañeros.

P. ¿Hoy volvería a lanzar la plataforma en España?

R. Si pudiera volver atrás empezaría en Latinoamérica. Eso no quiere decir que si no estuviéramos aquí el taxi no tendría competencia. Si no permites que las ideas innovadoras crezcan dentro, estas vienen de fuera, como sucede con Airbnb o Uber. Y no habría empleos de calidad, gente que adquiere la capacidad de crear otras empresas. España debe entender que vivimos una revolución digital y no podemos ser los últimos.

P. ¿Cuándo habla de empleos de calidad habla de los de sus conductores también?

España debe entender que vivimos una revolución digital y no podemos ser los últimos

R. No, los conductores no son empleados nuestros. Son proveedores que tienen una licencia y un vehículo o bien empresas que montaron autónomos que compraron varias licencias. Queremos mejorar la comunidad en la que estamos, empezando por los conductores, pero la regulación actual no está preparada. La solución que hallamos es dar el visto bueno a un convenio y que nuestros proveedores se enmarquen en él de forma voluntaria.

P. ¿Qué diferencia hay con Uber?

R. Cuando fue prohibido, Uber copió nuestro modelo y empezó a usar VTC. Uber no ha inventado nada en esta industria. Nosotros nos orientamos al servicio de calidad y al largo plazo. Y pagamos el 100% de nuestros impuestos. Facturamos el 100% del trayecto, no solo la comisión, que es lo que reconoce Uber en España.

P. ¿Qué tipo de clientes tiene?

R. Un 40% son empresas y un 60% particulares.

P. ¿Y cuánto facturan?

R. No damos cifras, pero crecía un 400% anual y ahora lo hacemos un 600%. Vamos muy rápido y hemos pasado de 150 a 1.800 empleados.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Economía de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera. Ha sido corresponsal en Bruselas entre 2018 y 2021 y redactor de Economía en Barcelona, donde cubrió la crisis inmobiliaria de 2008. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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