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Los bancos diseñan productos para hacer clientes a los bebés

Las entidades financieras se lanzan a ampliar su mercado con productos diseñados para los menores de edad

David Fernández

El ahorro es un hábito que echa raíces con la práctica. La planificación financiera no entiende de cantidades; cada uno puede aportar en función de su situación económica y laboral. Tampoco es una cuestión de edad. De hecho, los expertos aconsejan entrenar esta rutina desde niños. Y lo recomiendan por dos motivos: porque cualquier práctica que se aprende en la infancia tiene más posibilidades de repetirse en la edad adulta y, en segundo lugar, por la rentabilidad acumulada que puede reportar.

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¿Qué opciones tienen los jóvenes para empezar a ahorrar? Una de las alternativas más repetidas en el escaparate de las entidades financieras son las cuentas para niños y jóvenes. Hay 40 productos con este perfil en el mercado actualmente. Se trata de cuentas con condiciones ventajosas si se comparan con las que poseen los adultos. Por ejemplo, casi ninguno de estos productos cobra comisiones de mantenimiento ni de administración, ni exige ningún tipo de vinculación. Un tercio de la oferta ofrece además una tarjeta de débito sin coste, normalmente de forma indefinida. Además, algunas premian a sus clientes con regalos.

En aquellas cuentas para menores que ofrecen remuneración, el tipo de interés nominal (TIN) medio que puede conseguir es del 0,62%, aunque dentro de un abanico muy amplio: desde el 3% que ofrece la Cuenta 123 Mini del Banco Santander (la única que sí cobra comisión de mantenimiento) hasta el 0,01% de la Cuenta A o de la Cuenta Joven, ambas de Kutxabank, según un estudio de Kelisto.es. Los expertos de esta web de ahorro calculan que los menores españoles que reciben una paga semanal de sus progenitores podrían obtener un rendimiento conjunto valorado en 17,9 millones de euros brutos al año si decidieran invertir el dinero ahorrado en una de las cuentas infantiles o para jóvenes que comercializan los bancos.

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Banco Mediolanum, por ejemplo, tiene un producto para una franja de edad que va hasta los 18 años denominado Mi Propia Cuenta. “Nosotros aconsejamos a los padres que utilicen esta cuenta para ayudar a sus hijos a adquirir el hábito del ahorro, para que comprendan el valor del dinero y vean que es la mejor forma de conseguir sus objetivos”, explican fuentes de la entidad. La cuenta del grupo italiano no tiene costes y ofrece un 1% nominal de rentabilidad hasta 100.000 euros. “Es más importante y más eficiente empezar a ahorrar lo antes posible, aunque sea con poco, que ahorrar con mucho empezando más tarde”, aconsejan.

En qué hay que fijarse

Los expertos aconsejan a los padres que busquen una cuenta para sus hijos que se fijen en varios aspectos. Es verdad que la mayoría no tiene comisiones, ni exigen ninguna vinculación extra, pero hay algunas excepciones, por lo que conviene leer la letra pequeña. Muchas cuentas ofrecen rendimientos o regalos, por lo que la fiscalidad es otro aspecto a estudiar. “Dado que lo habitual es que ni los intereses ni el valor del regalo sobrepase los 6.000 euros, tocaría pagar a Hacienda un 19%”, según Kelisto.es. Asimismo, hay que vigilar si la gratuidad de las tarjetas que van vinculadas a las cuentas tiene caducidad o no.

La asignatura de educación financiera empieza a impartirse en muchos colegios. La teoría que los niños aprenden en las aulas puede tener un buen complemento práctico en el caso de tener algún producto financiero a su nombre. “Hay que combinar esfuerzos en casa y en el colegio. Todos tenemos una responsabilidad en este proceso. De una forma muy sencilla, hay que hablar a los niños sobre el dinero. Además, hay que charlar frecuentemente de ello, porque la repetición refuerza el aprendizaje”, sugiere María Vázquez, directora general de Gestión Fondo Educativo.

Las cuentas no son el único producto que empieza a contar con una versión infantil. Algunas gestoras disponen de fondos con una categoría para menores. Bestinfond, de Bestinver, abarata hasta los 200 euros la inversión inicial mínima y demás aportaciones si se tiene menos de 18 años (6.000 para mayores de edad). La única condición es que el niño cuente con DNI. “Nos sentimos obligados a fomentar la cultura del ahorro a largo plazo. Por eso, facilitamos las cosas a todo aquel que quiere hacer a sus hijos partícipes del fondo”, explica Gustavo Trillo, director comercial de la gestora.

“Hijo, tenemos que hablar de dinero”

La paternidad es probablemente la responsabilidad más grande que existe. La educación que se proporciona a los hijos determina qué tipo de personas serán de mayores. En ese proceso, muchas veces se margina la transmisión de conocimientos financieros. “La responsabilidad en este ámbito es una parte crítica de la educación y, al igual que otros importantes hábitos y actitudes como la cortesía, el orden y los hábitos de estudio, se adquiere desde edad muy temprana”, advierten la CNMV y el Banco de España en la web Finanzasparatodos.es.

La primera recomendación que dan los supervisores a los padres es predicar con el ejemplo. “Enséñeles que no hay que comprar de forma compulsiva, sino estableciendo prioridades, comparando precios y ahorrando en vez de tirar de tarjeta. Involucre a sus hijos, sobre todo a los adolescentes, en la planificación del presupuesto familiar”, sugieren. Los niños no pueden aprender el valor del dinero si nadie se lo enseña. Normalmente, con cinco o seis años, ya son capaces de comprender conceptos financieros básicos, según los expertos. Tanto la CNMV como el Banco de España señalan que es necesario hablar con los hijos sobre este tema. “Aprovechemos las ocasiones para explicarles que mamá y papá tienen que trabajar muchas horas para ganar el dinero o que solo podemos sacar del cajero aquello que hemos ahorrado previamente”. ¿Cuándo es el mejor momento para sacar el tema? Hay varios: al sacar de un cajero, al revisar los extractos del banco y cuando se planean las vacaciones, entre otros.

La paga es la primera experiencia de un niño con su independencia financiera y, por lo tanto, puede ser una herramienta en el aprendizaje del ahorro. “La paga no tiene por qué representar un gasto adicional de los padres. No se trata solo de repartir dinero, sino de transferir a sus hijos la responsabilidad de pagar ciertas cosas”, según estos expertos.

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Sobre la firma

David Fernández
Es el jefe de sección de Negocios. Es licenciado en Ciencias de la Información y tiene un máster en periodismo por EL PAÍS-UAM. Inició su carrera en Cinco Días y desde 2006 trabaja en EL PAÍS, donde se ha especializado en temas financieros. Ha ganado los premios de periodismo económico de la CNMV, Citigroup, Aecoc y APD.

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