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La eurozona mantiene su velocidad de crucero y crece el 0,5% el primer trimestre

El PIB decelera levemente en tasa interanual, con un avance del 1,7%, una décima inferior

Claudi Pérez
Un operario de Volkswagen en Dresde (Alemania).
Un operario de Volkswagen en Dresde (Alemania). EFE

Europa crece más que Reino Unido y Estados Unidos, pero sigue sin terminar de despegar: casi una década después del inicio de la Gran Recesión, la recuperación decepciona una y otra vez en comparación con otras grandes crisis. Eurostat, la agencia estadística de la UE, ha publicado hoy que el PIB de la eurozona avanzó el 0,5% en el primer trimestre del año, al mismo ritmo que a finales de 2016. El crecimiento anual se va al 1,7%, una décima menos que a finales de año. España crece prácticamente el doble, pero los motores del euro son Alemania y Francia. El motor alemán empuja a través de las exportaciones, pero el francés sigue gripado: no ha empezado bien el año, a la espera de la segunda ronda de las presidenciales del domingo. Tanto los organismos internacionales como los indicadores adelantados y las encuestas de sentimiento económico —sea lo que sea el sentimiento económico— ofrecían mejores perspectivas. Pero los datos son los datos, y la historia que cuentan es que la eurozona es incapaz de alcanzar una velocidad de crucero del 2% por mucho que empuje el BCE y por mucho que no se materialicen los riesgos políticos en forma de populismos de ultraderecha.

Las estimaciones iniciales de Eurostat cuentan prácticamente lo mismo en el caso de la Unión Europea: el crecimiento trimestral fue del 0,4% (dos décimas menos que en los últimos meses de 2016), con un alza interanual que sigue inamovible en el 1,9%.

Los analistas ven señales para el optimismo en el continente. En las últimas semanas han mejorado los datos de exportaciones. Los índices de confianza están al alza. Grecia acaba de llegar a un acuerdo con la troika que evitará un verano caliente en el Mediterráneo. Las encuestas de préstamos del BCE ofrecen datos alentadores. El desempleo sigue bajando, y los riesgos políticos no se han materializado ni en Holanda ni en la primera ronda de las presidenciales francesas. Pero la realidad es que todo sigue igual: Europa protagoniza una recuperación mediocre con los riesgos ligeramente a la baja. "La incertidumbre política global sigue siendo elevada, pero tanto Estados Unidos como China van a acelerar y Europa puede protagonizar la primavera económica si sigue evitando un shock inesperado", apunta el analista Lorenzo Codogno. Mark Wall, de Deutsche Bank, firmaba un estudio esta mañana en el que fía todos los pronósticos a las elecciones francesas. Si el centrista Emmanuel Macron consigue batir a la ultraderechista Marine Le Pen, el banco alemán prevé una retirada gradual de estímulos por parte del BCE a partir de diciembre.

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Pero la mejor previsión es siempre el último dato oficial. La eurozona, a pesar del optimismo, crece al 0,5% trimestral y al 1,7% anual. A duras penas ha recuperado el nivel de PIB precrisis, muy lejos de otras grandes áreas económicas, especialmente de Estados Unidos. Y el paro sigue rozando el 10%, con cifras en torno al 20% en países como Grecia y España.

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.

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