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Pedro Larena, consejero delegado del Popular, abandona el banco y la entidad cae un 10% en Bolsa

La entidad admite falta de provisiones en 2016 y se mantendrá en pérdidas en el primer trimestre de 2017

Íñigo de Barrón
Pedro Larena el pasado mes de octubre
Pedro Larena el pasado mes de octubreÁlvaro García

El Popular ha anunciado este lunes por la tarde que el consejero delegado, Pedro Larena, ha manifestado al presidente, Emilio Saracho, “su deseo de cesar en el cargo por motivos estrictamente personales”. Larena seguirá en el cargo hasta que el consejo designe “a su sustituto”. Esta marcha llega tras el anuncio, a primera hora de la mañana, de que el Popular corregirá las cuentas de 2016 para realizar cargos por varios cientos de millones en los resultados de marzo de 2017. La situación agrava la crisis interna del banco, que perdió 3.485 millones en 2016, y se desconoce hasta cuándo seguirá en pérdidas. La acciones bajaron un 10,44%.

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Ocho años después de la primera quiebra bancaria, (la de Caja Castilla La Mancha en marzo de 2009), las entidades financieras españolas siguen dando malas noticias por los problemas de la burbuja inmobiliaria. El Popular no ha pedido ayudas públicas, pero sí ha necesitado 5.400 millones de sus accionistas desde 2012 para atajar este problema. Este dinero no ha sido suficiente para cubrir todas las pérdidas ocasionadas por la depreciación del suelo, las promociones y las viviendas financiadas, y ahora busca una salida que, según fuentes del mercado, pasa por la venta del banco.

La crisis del Popular se había llevado por delante, hasta ahora, a Ángel Ron y a Francisco Gómez como presidente y consejero delegado, respectivamente. Ayer se cobró una nueva víctima: Pedro Larena, nombrado en julio de 2016 como consejero delegado, que al parecer no contaba con la confianza de Emilio Saracho, según fuentes financieras.

El banco insiste en que no hay problemas de confianza con Larena y que se marcha por motivos personales. Fuentes internas apuntan que Larena ha visto cómo Saracho ha cambiado la estrategia del banco y ha pedido marcharse. Larena abandona la entidad apenas mes y medio después del desembarco de Saracho.

El hecho es que Larena no estaba solo en el puente de mando. Saracho, ex vicepresidente mundial de JP Morgan Chase, fichó, días después de su llegada, a un exdirectivo de Telefónica, Miguel Escrig, como director general adjunto a presidencia, lo que le convirtió en su hombre de confianza. Escrig ejerció, hasta junio del año pasado, el cargo de director financiero de Telefónica, en el que había trabajado durante los últimos 17 años, aunque también pasó antes por el Santander y JP Morgan. Escrig reporta directamente a Saracho.

La noticia de la salida de Larena de la entidad precipitó la caída del valor desde el 5% al 10%. En la mañana de este lunes, el Popular comunicó a la CNMV que, aunque no reformulará las cuentas de 2016, sí realizará diferentes correcciones de forma retroactiva en los estados financieros del primer semestre de 2017 tras una auditoría interna de la cartera de crédito y de la ampliación de capital.

Según el hecho relevante remitido por el banco, no habrá "un impacto significativo en las cuentas anuales de la entidad a 31 de diciembre de 2016 y no justifican, por tanto, una reformulación de estas". No obstante, la revisión llevará al banco a cargar la cuenta de resultados con varios cientos de millones de euros, en una cifra que el banco no ha concretado. Fuentes de la entidad afirman que le llevará a presentar pérdidas en marzo de 2017. El Popular ya perdió 3.485 millones de euros en diciembre pasado.

La entidad cae en Bolsa más del 10% tras dar a conocer las correcciones de su contabilidad. Los desajustes anunciados suman más de 690 millones de euros. El Popular destinó en 2016 unos 5.692 millones a provisiones para cubrir la depreciación de los activos inmobiliarios y para la devolución de las cláusulas suelo.

Falta de provisiones

En concreto, el banco apunta en el hecho relevante que está analizando la "insuficiencia en determinadas provisiones constituidas respecto a riesgos que deben ser objeto de provisiones individualizadas", que afectarían a los resultados de 2016 (y, por ello, al patrimonio neto) por un importe de 123 millones de euros. También admite la "posible insuficiencia de provisiones asociadas a créditos dudosos en los que la entidad se ha adjudicado la garantía vinculada a estos créditos que, estimada estadísticamente, ascendería, aproximadamente, a 160 millones de euros".

Continúa con el reconocimiento de una "posible obligación de dar de baja alguna de las garantías asociadas a operaciones crediticias dudosas, siendo el saldo vivo neto de provisiones de las operaciones en las que se estima que pudiera darse esta situación de, aproximadamente, 145 millones de euros, lo que podría tener un impacto, aún no cuantificado, en las provisiones correspondientes a esas operaciones". Tanto estos 145 millones como los 160 millones del punto anterior, según Popular, "proviene de ejercicios anteriores a 2015 y tendría, por ello, escaso impacto en los resultados del ejercicio 2016, aunque sí afectaría al patrimonio neto", reconoce.

Menos capital de calidad

Por último, Popular señala que "determinadas financiaciones a clientes que pudieran haberse utilizado para la adquisición de acciones en la ampliación de capital llevada a cabo en mayo de 2016, cuyo importe, si se verificara", debería ser deducido de acuerdo con la normativa vigente del capital regulatorio del Banco, "sin efecto alguno sobre el resultado ni el patrimonio neto contable". La estimación estadística del importe de estas financiaciones es de 205 millones de euros, siendo el importe total objeto de este análisis de 426 millones de euros, según la entidad que preside Saracho.

Aunque los cambios, insiste el banco, no afectan a las cuentas, sí cambian la ratio de capital. "A efectos del cumplimiento de los requerimientos de capital regulatorio, los impactos anteriormente citados y las estimaciones provisionales de los resultados correspondientes al primer trimestre de 2017, se prevé que la ratio de capital total a 31 de marzo se sitúe entre el 11,70% y el 11,85%, siendo el requerimiento aplicable al Grupo, por todos los conceptos, del 11,375%", señala.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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